VIOLENCIA DE GÉNERO

#NiUnaMenos: Los cinco puntos que promueven l@s activistas

A las 17 horas está convocada en Necochea la manifestación contra la violencia de género y los crímenes contra las mujeres agrupada detrás del hashtag #NiUnaMenos. Son cinco puntos los que reclamarán ls activistas en más de 80 ciudades del país.
miércoles, 3 de junio de 2015 · 13:09

NECOCHEA (Cuatro Vientos) - A partir de las 17 horas está convocada en la Plaza Dardo Rocha la marcha a nivel local agrupada tras el hashtag #NiUnaMenos.

#NiUnaMenos nació, en las redes sociales, como una reacción de un grupo de mujeres, en su mayoría periodistas, y se viralizó en las últimas semanas ante el brutal crimen de Chiara Páez, de 14 años, en Ruffino, San Fe, el 11 de abril.

Desde ese momento, la campaña fue ganando impulso día tras día. De hecho, personajes públicos, dirigentes políticos, la Iglesia Católica y organizaciones no gubernamentales adhirieron a la consigna.

 

En 80 ciudades de todo el país se realizarán manifestaciones para visualizar la problemática de la violencia de género, pero, ¿qué es lo que se reclama?

En sí se trata de 5 puntos que buscan la implementación real de leyes que a pesar de haber sido sancionadas tienen aplicación una limitada en lo cotidiano. El colectivo convocado a través de las redes sociales leerá los puntos en el acto central del movimiento que se realizará en la plaza frente al Congreso de la Nación, en Capital Federal. 

Punto uno:

Implementación del Plan Nacional de Acción para la Prevención, Asistencia y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, que está en la ley 26.485. El movimiento reclama un cumplimiento integral del Plan, monitoreo y presupuesto.

Punto dos:
 
Acceso a la Justicia. "Pedimos que se garantice el acceso de las víctimas a la Justicia; que haya patrocinio jurídico; que no se las revictimice; que las causas que tramitan en el fuero civil y penal se unan para que sea todo más ágil", establece el segundo punto de la declaración según el diario Clarín.

Punto tres: 
 
Crear un registro oficial único: "Entendemos que es fundamental que existan estadísticas oficiales sobre femicidios, ya que hasta ahora sólo contamos con los números que aporta la ONG Casa del Encuentro. Dentro del Estado debe haber un registro oficial único, para que las políticas públicas se piensen desde esa dimensión".

Punto cuatro:

Educación sexual y un profundo cambio cultural. "Queremos que se garantice la educación sexual integral en todos los niveles (...) El cambio más profundo es el cultural, es romper con la lógica patriarcal, y entonces la educación es fundamental".
 
Punto cinco: 

Protección integral de la víctima. Implementar el monitoreo electrónico de los victimarios para asegurar que no violen las restricciones de acercamiento que les impone la Justicia.
 
Marcha en Necochea

Laura Carnicero, abogada de la ONG Antígonas, expresó esta mañana en el programa Segundos Afuera (Estación K2), que se busca erradicar la violencia de género y que "la idea es que la marcha sea el disparador para que se sigan haciendo acciones”.

Destacó que en Necochea se han incrementado mucho las denuncias por violencia de género y destacó que la Comisaría de la Mujer de Necochea recibe 200 denuncias por mes. 

"A nosotros lo que nos llama la atención son los noviazgos", comentó carnicero, "vemos que existen los mismos prejuicios y conductas de control de las parejas". "Nosotros pensábamos que por ahí con los chicos el asunto estaría más resuelto pero no es así", agregó


¿Quién es el enemigo? ¿Hay enemigo?

Más allá de los cinco puntos promovidos por el movimiento #NiUnaMenos, numerosas reflexiones se han publicado en todos los medios de comunicación aportando diferentes puntos de vista sobre la manifestación. Para la web de Cosecha Roja, Julia Muriel Dominzain, escribió una nota titulada "Ni una menos y salvemos a los koalas: ¿tenemos identificado al enemigo?", que hace una pregunta clave en el marco de las manifestaciones:

Hace tres semanas que hablamos de Ni una menos en la sobremesa, en el bondi, en Twitter y hasta en las pausas de Bailando por un sueño. Qué sabemos, qué más podemos averiguar, qué decimos, qué no, cómo, en qué tono, ojo con lo de la pollera, busquemos otra foto: cómo contar la violencia contra las mujeres se discute en la redacción de Cosecha Roja hace cuatro años. Todos los días hay un caso para narrar y el desafío periodístico es no estigmatizar, respetar a la víctima y relatar desde una perspectiva de Derechos Humanos. Hace tres semanas pienso en cómo cubriremos la marcha del miércoles, si tiene sentido plantear el debate o si lo único importante es difundirlo. Pero decidí preguntarme: ¿Quiénes nos movilizamos? ¿Para qué vamos? ¿Alguien se opone? ¿A quién debemos combatir? ¿Tenemos un enemigo en común? ¿Tenemos un enemigo?

 

 


No nos conocemos. Nos vamos a encontrar en la misma plaza las que militaron toda su vida, las feministas que se suman ahora, los varones que se animan, las víctimas, los que creen que el Estado no hace nada, las que piensan que se hizo mucho, las acusadas de feminazi, mujeres con poder, mujeres con miedo, académicas, artistas, trabajadoras, escritoras, periodistas, pibas de barrio, señoras que fueron porque la vieron a Susana Giménez con el cartel.

Sabemos que en las ochenta marchas que habrá en el país nos unirá una consigna: no queremos ni una menos. Pero también que hay todavía mucho que no sabemos, que no estamos de acuerdo en todo y que la diversidad es virtud solamente si estamos dispuestos a sacarnos la careta y discutir, debatir, pelearnos y enfrentar el quilombo.

***

Hace casi una década, un docente de la Universidad de Buenos Aires entró a dar una clase de economía cantando un bolero. "Y amarte como yo lo haría, como un hombre a una mujer, tenerte como cosa mía y no podérmelo creer. Tan mía, mía, mía, mía, que eres parte de mi piel”, dice Luismi. Cuando el profesor terminó la estrofa dijo "El amor que conocemos es capitalista. Buenas noches” y empezó la cursada.

Desde entonces no me sorprendí más de las relaciones posesivas, de los llamados intempestivos, de te amo, amame, sos mía. No me resultó extraño que existan los celos. No me shockeó que me cuenten ‘no me suelta’, ‘me quiere tanto que no quiere que me vaya’, ‘se volvió antes de las vacaciones por mí’. Porque las relaciones que tenemos son capitalistas, ¿o hay alguien en la sala tan longevo como para haber conocido otras?

Las mujeres de las historias que solemos contar en Cosecha Roja fueron tratadas como mercancías: cuerpos sometidos al úselo y tírelo. A Daiana García la encontraron muerta a la vera de la ruta 4, dentro de una bolsa de arpillera. Andrea Castana apareció debajo de unas piedras en el Cerro de La Cruz, en Córdoba. El cuerpo de Candela Rodríguez estaba en una bolsa negra, en el Acceso Oeste. Ángeles Rawson terminó en el CEAMSE. Melina Romero, en dos bolsas de consorcio. Noelia murió asfixiada entre tierra, cartones y basura, en Ezpeleta. Paola y su beba Martina aparecieron en una alcantarilla. En Cosecha Roja titulamos "mujeres descartadas como basura”.

***

Los femicidios son la punta del iceberg de las violencias contra las mujeres que empiezan cuando a un nene lo retan porque agarró una muñeca, cuando a la nena la tratan de machona si quiere jugar al fútbol y la mandan a jugar con ollas y sartenes. Que tire la primera piedra quien nunca haya dicho: "A esta le gusta más la pija que el dulce de leche” o "¿A quién se habrá garchado para conseguir ese laburo?”, "El boludo quiso que paguemos a medias: ¡era obvio que me tenía que invitar!”

Ahora levante la mano quién está a favor de que nos maten. Nadie. ¿Alguien está a favor de la muerte de los koalas? Tampoco. Tiernos, lejanos, australianos, simpáticos, inofensivos; como de felpa. Salvemos a los koalas. Pero no podemos hacerlo si no sabemos por qué se extinguen. Busquemos información. ¿Los mata el hombre? ¿La selección natural? ¿El smog? ¿Alguien les destruye el hábitat? ¿Quién? Aunque los epistemólogos se revuelquen, el final es siempre el mismo [alerta, spoiler]: la verdad no existe. Es probable -aceptable, entendible- que la búsqueda no tenga como destino un paraíso de certezas absolutas. Lo que sí tiene que pasar es que más temprano que tarde asome el enemigo. Sin enemigo no hay guerra. Sin guerra no hay triunfo.

Los koalas nos chupan un huevo, que en nuestro país maten a una mujer cada 32 horas no. Esa es la novedad: hace un año el término ‘femicidio’ no era conocido y ahora el hashtag #NiUnaMenos se sostiene hace tres semanas en Twitter, la consigna llegó a la tele y el miércoles se llenarán las plazas del país. Algo cambió para siempre.

Pero, disculpen mi insistencia, para mí falta algo: ¿Contra quién combatimos? ‘Los siglos de patriarcado’ es un concepto muy abstracto. ¿El Estado argentino? Existen políticas públicas promovidas durante la última década que buscan ‘prevenir, sancionar y erradicar’ la violencia contra las mujeres. ¿Los femicidas? Que la Justicia los condene. ¿Los potenciales femicidas? Polémico, lombrosiano. ¿Los hombres? No, che, no todos.

Si el enemigo es todo, el enemigo es nada.

El debate sobre la violencia no nació ayer, ni con el femicidio de Chiara ni con el de Daiana, ni siquiera con Melina Romero ni Wanda Taddei. Pero tampoco termina el miércoles: tengamos la valentía de discutir más allá del femicidio porque la violencia empieza antes que un cuerpo en una bolsa y puede que no estemos de acuerdo en qué hacer para solucionarlo. Detrás del acoso callejero, del periodismo que mide el largo de la pollera, de la mesa de Mirtha Legrand, del que levanta la pancarta por moda y del trending topic, se esconde el enemigo.

 

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