COMERCIO WEB

Quieren cerrar Bolishop

La intención de controlar el comercio online podría empezar de la mano de un estudio de abogados marplatense que impulsa la idea de cerrar grupos de Facebook dedicados a la compra venta de usados en la Costa Atlántica. ¿Chau Bolishop?
lunes, 14 de abril de 2014 · 22:54
NECOCHEA (Cuatro Vientos) - Un estudio jurídico marplatense asegura que iniciará litigios en nombre de la Cámara de Comercio de Mar del Plata contra una serie de "mercados online" que se mueven en toda la Costa Atlántica Bonaerense a través de las redes sociales. La mención del estudio jurídioc se omite por ser reconocidos litigantes de causas de las llamadas "industrias del juicio". Su sola mención podría devenir en problemas legales para Cuatro Vientos, por lo que nos abstenemos de correr riesgos.

Segun los letrados del estudio, la práctica del comercio en "redes sociales como Facebook y Twitter" evaden las responsabilidades dispuestas por leyes orgánicas provinciales y nacionales que establecen las normas adecuadas para el "intercambio regular de bienes y servicios en toda la República".

Desde luego, la amenaza parece ser una especie de broma, dado que en realidad no existen disposiciones legales que regulen la comercialización de usados en las redes sociales. Sí hay una regulación para el comercio online, pero todavía no se han hecho precisiones acerca lo que se intercambia dentro de la esfera de las redes sociales.

Los abogados aseguran que pronto iniciarán una campaña de envío de cartas documento a los titulares de los grupos, investigando sus identidades con servicios especiales. Si no se trata de una broma de mal gusto, es probable que se encuentren con problemas al asociar una cuenta de Facebook a una identidad real...

De hecho, existen pocas legislaciones al respecto de qué es lo que se puede hacer y qué no dentro de la web. Más de uno ve en Internet un futuro de litigios legales más que redituable, panorama que se expande con el surgimiento de mercados "irregulares" online, el surgimiento de numerosos nuevos servicios que no están previstos por la ley y, sobre todo, el conflicto que plantea la diferencia de marcos legales que existen en todo el mundo: lo que es legal en un país, es ilegal en otro y en Internet todo da igual, dado que no tiene territorio ni limitación... aún.

Como sea, la intención parece estar centrada en realidad en impulsar regulaciones en Internet que supriman todas aquellas iniciativas que se manejen por fuera de los estamentos legales. Necochea, Miramar, Mar Del Plata, Villa Gessell, Pinamar y Claromecó son sólo algunas de las localidades mencionadas donde "grupos de a miles de usuarios intercambian usados fuera del marco de la ley y a través de redes sociales que escapan a cualquier clase de control estatal".

Uno de los puntos cuestionados es que "si bien el intercambio de bienes usados es de caracter personal entre particulares, los titulares de los grupos se dedican en muchos casos a la comercialización de espacios publicitarios que evaden cualquier clase de control del fisco y en muchas ocasiones representan una estafa para usuarios que se acercan a ellos de buena fe". "Al no haber organismos que regulen esta actividad, cualquier delito que se cometa en estos ámbitos está por fuera de la ley".

En Necochea existen distintos grupos de Facebook en los que se realizan intercambios de usados. Bolishop y Bolishop (Necochea) son los dos más grandes, con unos 20 mil usuarios cada uno. Ambos "mercados virtuales" sirven día a día a los miles de usuarios que se dedican a comprar y vender en un mercado paralelo que les permite subsistir produciendo o intercambiando mercadería sin tener que pagar comisiones (como en Mercado Libre) o impuestos.

Además, en nuestra ciudad existen otros mercados menores donde la gente ofrece sus cosas, como "Compra/Venta de Celulares y Tecnología" o el muy pequeño "Mercado Libre Necochea".

En Mar del Plata existen variables como Peatonal San Martín, que emula la famosa peatonal comercial marplatense. Lo mismo sucede para Miramar, Villa Gesell, Pinamar y parcticamente el resto de las localidades... del mundo.

En nuestra ciudad se han conocido casos escandalosos en Bolishop: venta de armas de aire comprimido, juguetes sexuales disponibles para menores, el canje de animales por electrodomésticos o la venta de netbooks del plan Conectar Igualdad. Sin embargo, no hubo casos de gravedad que ameriten su intervención por parte de la ley y, en realidad, tampoco hay demasiadas leyes que puedan regularlos.

De cualquier modo, si bien los abogados tienen cierta razón acerca de, por ejemplo, la venta de espacios publicitarios y las posibles estafas, por lo pronto poco y nada se podría hacer al respecto contra los titulares de los grupos. De hecho, en muchos casos los usuarios mismos son los responsables de regular las actividades de esos grupos, así que los letrados ahí la tendrán dificil.

Habría que recomendarle a este estudio jurídico "innombrable" que quizá podría estudiar la historia reciente de internet, donde la fuerza de los usuarios consiguió detener en varias oportunidades leyes de control capciosas como SOPA, PIPA y CISPA en Estados Unidos e iniciativas similares en Europa.
 
El caso Farmacity

Una muestra de la dificultad real en la que se encuentran las autoridades jurídicas a la hora de intentar regular el comercio en Internet es el caso de Farmacity. Matías Bonelli describió la situación para el Cronista, el pasado 20/01:

Farmacity comenzó a explorar nuevas variantes que le permitan operar en aquellas localidades en las que hoy sus locales no son bienvenidos.

Hoy presente en territorio de 13 provincias y Capital Federal, la cadena operada por el fondo de inversión Pegasus se lanzó primero a explorar un formato bautizado como "Simplicity” –en el que sólo vende productos de perfumería y que comenzó a hacer pie en el Gran Buenos Aires, justamente donde no tienen permitido ingresar con el esquema tradicional de Farmacity–, y ahora prueba suerte en el mundo virtual.

En el ámbito real, tanto en Buenos Aires como en otras provincias le objetan, entre otras cosas, que conviva bajo un mismo techo la venta de remedios, con productos de tocador y golosinas. Por esto, acaba de poner en marcha una plataforma de e-commerce con la que pretende ampliar su espectro de ventas.

"Por el momento podríamos decir que estamos en un período de pruebas ya que no se realizó mayor publicidad sobre el lanzamiento, pero el sitio está ya disponible al público en general”, precisaron a El Cronista fuentes de Farmacity, y remarcaron que "el promedio de ventas por día es de entre 80 y 100 tickets”.

Como ocurre con Simplicity, en la web también se venden sólo productos de cosmética y cuidado personal, entre los que hay unos 14.000 artículos catalogados. No comercializa por esta vía, en cambio, medicamentos de ningún tipo, algo prohibido por ley.

Hasta ahora, el rango de entrega de los productos comercializados por esta vía va de La Plata hasta Luján, con lo que refuerza más aún su idea de tener presencia, aunque sea de modo virtual, en aquellos lugares en los que no puede operar.

De acuerdo con las fuentes consultadas, el 50% de las compras realizadas vía web provienen del Gran Buenos Aires.

Según destacó a Pharmabiz –un sitio especializado en la industria farmacéutica– Plácido Cosentino, de la consultora Mercatus, en tres años, las ventas online podrían representar el 10% de las ventas de salón correspondientes a cosmética y belleza.

Nacida en 1996, Farmacity opera hoy 198 locales. Pegasus compró la cadena en 2007, y desde entonces puso en marcha un fuerte plan de crecimiento, que no pudo llevar adelante en algunas provincias.

La compañía ya había dado a mediados del año pasado un primer paso para intentar captar nuevos mercados.

En junio de 2013 debutó "Farmacity Look”, un local dedicado al maquillaje y la cosmética femenina con islas ubicadas en centros comerciales.

 

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