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Retiro: Así es la villa donde le robaron a Molina

La Villa 31 en Retiro, Buenos Aires, donde asaltaron al ex intendente Daniel Molina, creció considerablemente en los últimos 10 años de la "dékada ganada". Creció en inseguridad, hacinamiento, usurpación de terrenos...
viernes, 8 de noviembre de 2013 · 10:01

NECOCHEA (Cuatro Vientos) - Fue primicia de Cuatro Vientos: en la noche de este jueves el ex intendente Daniel Molina fue asaltado en la puerta de la Villa 31, a escasos metros de la Terminal de Omnibus de Buenos Aires.

El barrio ha crecido considerablemente desde el 2001 en adelante, incluso mucho más que en la década de los 90's. A pesar de la "dékada ganada", lo cierto es que el nivel de hacinamiento y pobreza en ese sector de Buenos Aires, con la 

El asentamiento comenzó a gestarse a principios de los años 40 cuando el Gobierno nacional decidió otorgarles los terrenos a trabajadores italianos. Con el primer peronismo, arribaron al barrio migrantes provenientes del interior del país. Llegaban a Buenos Aires para ser la mano de obra necesaria de las incipientes industrias. En las décadas posteriores, llegaron extranjeros de países limítrofes y las familias de trabajadores cada vez más informales. Después de la de Flores, la 31 y la 31 bis conforman el asentamiento más poblado. 

Al calor del neoliberalismo más extremo, las villas de emergencia multiplicaron su tamaño y su población. De hecho, alrededor de un millón de personas habitan este tipo de entramados urbanos en la metrópolis Buenos Aires. El desarrollo económico típico de los últimos veinte años fracturó el tejido social para arrojar como resultado realidades bien opuestas. Actualmente, puede verse esa situación sin necesidad de recorrer muchos kilómetros: el lujoso hotel Sheratton a cuadras de la 31, es uno de los tantos indignos ejemplos de la desigualdad. 

Entre fines de los ’60 y principios de los ‘70, la Villa tuvo un visitante habitual, el sacerdote Carlos Mugica. Como parte del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo y militante activo por aquellos convulsionados años, Mugica se trasladó al asentamiento para vivir juntos a los más necesitados. Una tarde de mayo del 74, una operación de la Triple A acabó con su vida. Treinta años después una murga integrada por villeros se llama "Los guardianes de Mugica”; además, una calle y un comedor lo recuerdan. Desde hace décadas, en la zona se despliega una activa actividad militante y social de diferentes espacios. 

Con la última dictadura militar, se llevó a cabo una erradicación compulsiva y violenta de la villa. Los habitantes fueron expulsados en camiones fuera de los límites de Capital Federal. A los extranjeros se los llevó hasta la frontera. Con el retorno de la democracia, la 31 se pobló otra vez. En pocos meses, reunió alrededor de 12 mil personas. Durante los ’90, más precisamente el Gobierno de Carlos Menem, se prometió la entrega de títulos de propiedad a los históricos pobladores. Sin embargo, durante la gestión de Jorge Domínguez al frente de la comuna porteña regresaron los desalojos compulsivos. Por esos tiempos, surgió el apodo de "topadora” para el funcionario. 

En el ’94 nació la villa 31 "Bis”, que extendió la población a las 70 mil personas actuales. La 31 originaria se divide en cinco barrios Güemes, Inmigrantes, Comunicaciones, YPF y Autopista. Ambos asentamientos adquieren, cada tanto, la atención pública. Casi siempre, la mirada incluye intolerancia, estigmatización y discriminación en dosis altas y parejas. 

Un plan 

La falta de planificación urbana que caracteriza a la metrópolis Buenos Aires arroja como uno de sus resultados, un serio déficit habitacional. La población en las villas se multiplicó exponencialmente desde 2001 a la fecha, al calor del kirchnerismo. 

Al llegar a la terminal de Retiro en Omnibus, cualquiera puede apreciar como la villa ha crecido a los largo y ancho, copando incluso calles laterales de la terminal, y hacia arriba, dado que la villa tiene edificios de hasta 6 pisos de altura.

Con respecto a la Ciudad, la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) explicó que "ha fallado constantemente en el desafío de construir políticas públicas integrales y sustentables relativas a la vivienda. Y la obligación jurídica recae en los tres poderes del Estado. La responsabilidad cívica de exigir que las políticas públicas hagan efectiva la Constitución es de todos los habitantes". 

El urbanista y vicepresidente de Fundación Metropolitana, Alfredo Garay, sostiene que para solucionar el déficit metropolitano "además de la creación de empleo, es necesaria una política sostenida de suelo y vivienda por lo menos por los próximos 10 años". 

Desde un par de años, los vecinos de la villa tienen un proyecto que describe intervenciones posibles y contempla la urbanización y la regularización de terrenos. El plan fue diseñado por académicos de la Facultad de Arquitecto y Urbanismo de UBA. La iniciativa, ganadora del Bienal de Arquitectura 2002 en Santiago de Chile, fue presentada a las diferentes administraciones porteñas y a la ONABE, entre otras instituciones públicas. 

La propuesta cuenta con apoyo mayoritario de los vecinos –muchos de ellos participaron en su creación- y consiste en la creación del "Barrio 31”, mediante la apertura de calles, la urbanización de diferentes sectores del asentamiento, y la regularización de propiedades y terrenos5. Nada de demoliciones ni recolocaciones. Los habitantes de la villa, con el proyecto en la mano, pretenden ser escuchados en la causa que enfrenta a los gobiernos de Ciudad y la Nación. 

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