LA PRIMER MUJER EN LA CORTE

Murió la jueza de la Corte Suprema Carmen Argibay

Carmen María Argibay murió a los 74 años de una afección pulmonar. La jueza fue la primer mujer de la historia de nuestro país en integrar la Suprema Corte de Justicia.
sábado, 10 de mayo de 2014 · 21:36
NECOCHEA (Cuatro Vientos) - La jueza de la Corte Suprema Carmen María Argibay murió hoy en la ciudad de Buenos Aires, a los 74 años, tras sufrir un paro cardíaco. La magistrada padecía la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), tenía complicaciones renales y problemas cardíacos y requería asistencia respiratoria. Estaba internada en el Instituto de Diagnóstico y Tratamiento.

La jueza, impulsora de la Oficina de la Mujer en la Corte y quien se declaraba atea y a favor del aborto, integraba el máximo tribunal de Justicia del país.

Durante los últimos meses, Argibay, fumadora habitual, había estado internada en varias oportunidades para someterse a estudios y cuidados médicos por sus inconvenientes de salud, cuenta el diario La Nación.

Argibay había ingresado al Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento (IADT) el 1 de mayo, para realizarse estudios por diversas afecciones respiratorias derivadas de un enfisema pulmonar, cardíacas e intestinales.

Nacida el 15 de julio de 1939, en el barrio de Belgrano, era la tercera hija entre siete hermanos, padre médico y madre pianista y profesora de inglés. En 1964 se recibió de abogada en la Universidad de Buenos Aires.

De amplia trayectoria en el derecho penal internacional, Argibay fue la primera mujer elegida para la Corte Suprema de Justicia . Había prestado juramento el 3 de febrero de 2005.

En 1984 fue nombrada jueza, cargo que ejerció hasta 2002. En diciembre de 2003, fue propuesta por el entonces presidente Néstor Kirchner para integrar la nueva Corte Suprema de Justicia. Siete meses después, el Senado aprobó su designación, con lo que se convirtió en la primera mujer en integrar el más alto tribunal en democracia.

En la última dictadura militar, Argibay había estado nueve meses detenida en la cárcel de Villa Devoto sin imputación, juicio ni proceso. "Me vinieron a buscar la madrugada del golpe, a las tres de la mañana, y me tiraron la puerta abajo a tiros. En nombre de querer defender la Constitución, ellos la pisotearon", había recordado en una entrevista.

La ministra de la Corte era una firme defensora de la independencia judicial y evitaba cualquier diálogo extraoficial con el Gobierno. "Siempre lo digo: la tarea de un juez de la Corte es antipática por naturaleza porque, para ser un buen juez, nuestro primer deber es ser desagradecidos con quien nos nombró. Estrecharle la mano con educación, agradecerle el cargo y no volverlo a ver", fueron las palabras que utilizó en 2007 para explicar su relación con el gobierno de Néstor Kirchner.

El fallecido ex presidente la había propuesto el 30 de diciembre de 2003 para ocupar uno de los sillones del máximo tribunal. En ese momento, Argibay trabajaba en La Haya como juez ad litem para el Tribunal Criminal Internacional que juzga los crímenes de guerra de la ex Yugoslavia.

Ante el rechazo parcial que provocara su nominación, Argibay contestó: "Decir de frente lo que uno es o piensa revela honestidad, que es el primer paso para la ecuanimidad. Mis creencias (o su falta) no deben interferir en las decisiones judiciales que tome”.

También participaba en el Tribunal Internacional de Mujeres sobre Crímenes de Guerra para el Enjuiciamiento de la Esclavitud Sexual, que condenó en 2000 a Japón por los crímenes cometidos durante la Segunda Guerra Mundial. Además, fundó la Asociación Internacional de Mujeres Jueces. 

 

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