Lo indemnizarán por caer en un bache

Sucede en la capital provincial, La Plata, donde el juez en lo contencioso y administrativo n°1, Luis Federico Arias, falló que el estado municipal abone una suma de 7 mil pesos a un vecino platense que rompió su vehículo por caer en un bache en la esquina de 12 y 69, según relata el portal La Plata Ya.

La causa tiene origen en una denuncia que data de diciembre de 2009. Luego de haber sufrido la rotura de su auto Fiat Punto, Néstor José Álvarez, presentó una demanda contra el municipio: circulaba de noche por calle 69, cuando al llegar a la esquina de 12 su vehículo cayó en un bache existente en el adoquinado.

Producto del impacto, parte del tren delantero de su auto quedó destruído, las parrillas de suspensión sufrieron serias averías igual que la cazoleta izquierda, un soporte de motor, el amortiguador izquierdo, la caja de dirección hidráulica y otras piezas del rodado.

Los representantes de la ciudad intentaron argüir que la responsabilidad había sido del conductor que no vió el bache porque conducía a alta velocidad o "por la falta de luces reglamentarias” del auto, dado que "un bache en la vía pública no resulta invisible para el hombre común”.

A pesar de los argumentos, el juez interpretó que el hecho "revela el incumplimiento de la obligación de la Municipalidad de mantener en debida forma de conservación” la calle, y la condenó a pagar la indemnización.

La sentencia resulta amenazante por el precedente que sienta en la provincia... pudiendose extender rapidamente al resto del país en una oleada de fallos de la justicia frente a demandas crecientes.  

Este tipo de incidentes tiene previsto un procedimiento que debe ser iniciado por el damnificado ante la Municipalidad o ante el estado provincial o nacional en caso de suceder en una ruta. Se debe llenar un formulario de reclamo junto a pruebas documentales y en caso de no recibir respuesta se puede recurrir a la vía judicial, sin necesidad de agotar la vía administrativa.

Se debe tener en cuenta que el daño comprende no sólo el perjuicio efectivamente sufrido, sino también la ganancia de que fue privado el damnificado por el acto ilícito, y que en este Código se designa por las palabras "pérdidas e intereses”.