DESINDUSTRIALIZANDO

Macri al G20: Buscando inversiones cueste lo que cueste

En la búsqueda de generar negocios para el país el presidente Mauricio Macri partió rumbo a la cumbre del G20 en China. El riesgo de profundizar las relaciones con China tiene que ver con la desindustrialización y la pérdida de empleo.
miércoles, 31 de agosto de 2016 · 09:34
El presidente Mauricio Macri partió rumbo a Doha, para mantener un nuevo encuentro bilateral con el Emir de Qatar este jueves, con el objetivo de conseguir capitales para financiamiento, y luego seguirá rumbo a la ciudad china de Hangzhou, en donde tendrá lugar la décima cumbre del G-20.

Antes de viajar a China para asistir a la Cumbre Mundial de Líderes, el presidente envió un mensaje a los estados miembros: "Vamos a decirles que queremos trabajar con ellos". Desde Tecnópolis, donde anunció el lanzamiento del plan "Argentina sin narcotráfico", Macri se refirió a su viaje al continente asiático, y manifestó que "hay una sociedad que está madurando, los argentinos estamos creciendo. Eso es lo que espero transmitir cuando parta para China, ahí les voy a decir que entendimos, aprendimos".

"No vamos a ir más a esas reuniones a decirles lo que tienen que hacer ellos, sino a decirles que queremos trabajar junto a ellos y que abrimos nuestros brazos para que ellos vengan a trabajar con nosotros en este maravilloso país", sostuvo el primer mandatario.

Macri emprendió este martes en un vuelo de Qatar Airways que une Buenos Aires con la capital qatarí, vía San Pablo, y pasará una noche allí para compartir el jueves al mediodía un almuerzo con el emir Tamin bin Hamad Al Thani.

"Es una continuación de la reunión que tuvieron en Buenos Aires", informaron desde la Casa Rosada, en alusión al encuentro que hubo el 28 de julio pasado en el despacho presidencial, en una relación que apunta especialmente la atracción de capitales para financiamiento.

De hecho, antes de fin de año, la vicepresidenta Gabriela Michetti realizará una visita oficial a Qatar, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos con ese fin.

Según informaron fuentes de oficiales, están confirmadas ya tres audiencias bilaterales durante su estadía en China: con el primer ministro de la India, Narendra Modi, el presidente ruso, Vladimir Putin, y el presidente chino, Xi Jinping.

La del 3 de septiembre próximo será la tercera reunión con el mandatario chino. La primera fue el año pasado, cuando Macri era jefe del gobierno porteño, la segunda, ya como pares, en marzo pasado en Washington, durante la cumbre sobre seguridad nuclear. Y en 2017 habrá una cuarta cuando el Presidente encabece una visita de Estado a China que ya está en preparación.

El G20 de Hangzhou se trata de una cumbre que para el oficialismo será emblemática porque allí Macri anunciará formalmente la realización en Argentina del G20 de 2018, la primera vez que ese selecto club de países se reúne en Latinoamérica.

Además, desde el entorno presidencial aseguran que está cerca de cerrarse un encuentro con la flamante primer ministra del Reino Unido, Theresa May (también podría darse en Nueva York días después), quien reemplazó en el cargo a David Cameron y con quien se busca proseguir con el giro en la relación bilateral con Londres: "Ampliar el diálogo en todos los frentes sin condicionantes", afirman.

El 5 de septiembre está previsto que Macri vuelva a Buenos Aires, para volver a irse el 18 de septiembre, esta vez con destino a Nueva York para participar de la apertura de sesiones ordinarias de la Asamblea General de Naciones Unidas.

Allí, en lo que será el primer discurso de un presidente argentino sin el apellido Kirchner en 12 años, fuentes del equipo de asesores presidencial señalaron que Macri "no intentará marcar una bisagra porque eso ya está hecho con el nivel de las visitas recibidas a nuestro país y los encuentros que ha tenido en todo el mundo".

Con respecto al discurso, adelantaron que "remarcará los compromisos con las metas de la ONU sobre desarrollo sustentable y los objetivos del gobierno de Pobreza Cero y lucha contra el narcotráfico".

Tres semanas después, Macri tiene programada una visita a la ciudad de Roma para participar de la canonización del cura argentino José Brochero, y para verse en audiencia privada el 17 de octubre con el papa Francisco, diez meses después del primer encuentro en Vaticano.

En cuanto a la agenda oficial exterior, que Macri delega en parte a la vicepresidenta desde comienzos de su gestión, Michetti de hoy hasta febrero tiene previstas visitas oficiales (en las que participará Malcorra en algunos casos) a una decena de países, entre ellos Estados Unidos, en donde se verá con la primera dama Michelle Obama y la ex secretaria de Estado durante el gobierno de Bill Clinton, Madeleine Albright, que fue la primera mujer en llegar a ese cargo.

También encabezará misiones comerciales en Malasia, Indonesia y Singapur y viajes en búsqueda de inversiones en Australia, Canadá y Nueva Zelanda, además de la gira por la península arábiga.

El riesgo

Si bien es la necesidad de inversiones extranjeras lo que lleva a Macri a buscar en China, algunas observaciones quedan en el tintero. Por ejemplo, la advertencia reciente que hiciera Jorge Guajardo, ex embajador de México en China, consideró que se debe prestar atención a las inversiones de ese país, ya que están provocando la desindustrialización en América Latina.

"El tema de China es un fenómeno reciente, en nuestros países no hay gente que lo haya estudiado con el detenimiento que se ha estudiado en Estados Unidos;(...) no hay quién esté estudiando el impacto de China en el mundo”, indicó el diplomático a Cadena 3.

Guajardo apuntó que por décadas se habló de la industrialización de los países en desarrollo y ahora estamos hablando de la desindustrialización.

"Hemos encontrado que hay una correlación directa desde el ingreso de China a la OMC (Organización Mundial del Comercio), en el 2001, a la fecha, con la desindustrialización de los países en la región latinoamericana, particularmente, en productos con valor agregado como el acero, el vidrio plano y la petroquímica”, explicó.

Sostuvo que "los políticos en los países que no tienen acceso a los mercados financieros internacionales, como era Argentina antes, tienden a auspiciarse en el financiamiento chino y lo ven y lo venden como la gran salvación, y China lo sabe muy bien y en el proceso usan prácticas depredadoras”.

En ese sentido, los inversores chinos imponen condiciones como conceder asignaciones directas o que se garantice deuda soberana.

"Lo peor de todo es que no derraman nada, por lo general los créditos de infraestructura están hechos con ingenieros chinos, obreros chinos, materiales chinos”, señaló.

Y, en eses sentido, advirtió: "Ojo que China está desindustrializando nuestros países y estamos perdiendo empleos que no se van a recuperar nunca, porque esas industrias, del acero, de la petroquímica, no son temporales, una vez que se cierran se quedan cerradas, es el caso de las industrias petroleras”.
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