La cosa cambia hacia fin de año

Pronostican meses calmos, dólar estable y mejores salarios

Apuntan que el cambio de temperatura que experimentará el nivel de actividad en el trimestre que está por comenzar no implica una recuperación consistente dado que las condiciones para la última parte del año volverán a mutar.
miércoles, 2 de abril de 2014 · 11:14

NECOCHEA (Cuatro Vientos) – La paz cambiaria alcanzada luego de que el Banco Central pusiera sobre la mesa el "manual" de manejo de las corridas -suba de 10 puntos porcentuales en la tasa de interés e intervención directa e indirecta para ubicar las expectativas de devaluación por debajo de dicha tasa- alejó momentáneamente los fantasmas de desestabilización.

Así lo asegura el economista Miguel Bein en entrevista con el sitio iProfesional, que a su vez remarca que si bien dichos "fantasmas" se habían agudizado con el shock devaluatorio de enero, se venían acelerando desde fines de 2013, producto del error de intentar devaluar en cuotas a niveles que multiplicaban por hasta cinco veces la tasa de interés en pesos y que, a su vez, se reflejaron en una pérdida de reservas del orden del 26% desde agosto.

Para Bein, "esta nueva calma se trasladó también a la brecha cambiaria, que se redujo al 37%, desde los niveles de 63% que llegó a alcanzar a fines de enero".

De cara a los próximos meses, según el experto, el panorama para la administración K mejorará notablemente a partir de abril, de la mano del mayor ingreso de agrodólares de la soja, del mejor humor social por las mejoras salariales y del impacto positivo que esto último tendrá en los niveles de recaudación.

Así las cosas, el analista considera que si bien "se ha transitado el peor momento", con un primer trimestre "muy recesivo, a partir de abril mejorará el panorama".

Incluso, sostiene que "mayo va a ser mejor aun", para luego llegar a un mes de "junio en el que parecerá que la Argentina ingresó en un sendero de crecimiento a mediano plazo".

Las razones que esgrime el economista en el informe se basan en que:

• Se concentrará el mayor impacto de las paritarias sobre la capacidad de compra de los salarios.

• La "sequía" de dólares se transformará en "lluvia" con la llegada de la cosecha gruesa (situación que permitiría moderar el freno importador).

• La estabilidad de las tasas de interés en niveles neutrales o algo positivos traería alivio después del brusco freno registrado en febrero/marzo.

"La economía va a estar en su mejor momento", es el diagnóstico que traza el experto, quien considera que transitar con éxito y con cierta estabilidad cambiaria el primer semestre es el "primer test" del plan oficial para llevar algo de oxígeno a la economía.

Sin embargo, Bein advierte que este cambio en la "temperatura" del nivel de actividad -donde un marzo "frío" contrastará con un junio "caliente" y más positivo-, no implica necesariamente una recuperación consistente, dado que las condiciones para la última parte del año volverán a mutar.

Sucede que estas mejoras que traerán algo de oxígeno serán de corto plazo, ya que se volverá a entrar en el círculo vicioso que la suba de precios le imprime a toda economía: "Como sucede en un contexto de alta inflación, se empezarán a licuar los salarios reales, hasta que se llegue a febrero y marzo del año que viene, que será otra vez el peor momento".

Paralelamente, al trazar referencias sobre el valor del dólar, Bein -que fuera elogiado por la propia presidente Cristina Kirchner-, advirtió que estos meses de "calma cambiaria" no se mantendrán, dado que la divisa estadounidense "no se va a quedar quieta".

Si bien el economista descarta un salto importante para los próximos meses, sí recalca que el billete verde volverá a ganar ritmo: "Ahora está quieto porque hay que bajar expectativas de inflación y cerrar las paritarias. Pero creo que tendrá una variación del 1,5% mensual y, a fin de año, se ubicará en $9,30".

"Segundo test": corregir precios relativos

El análisis del estudio Bein señala que la pérdida de poder adquisitivo ya se dio con "toda su fuerza" entre noviembre de 2013 y febrero de 2014, a partir de una caída del ingreso en términos reales de casi 11%.

Y, tal como quedó de manifiesto, la recuperación de los ingresos que tendrá lugar tras las paritarias, será momentánea dado que, según el experto, "la inflación volverá a erosionar las mejoras logradas".

Este retroceso del poder adquisitivo, para el economista, es lo que hay que pagar "para que sea exitosa la corrección de precios relativos", dado que "se requiere que los salarios suban por debajo de la inflación".

Para el experto, éste será, justamente, el "segundo test" que deberá enfrentar el Gobierno: el de la puja distributiva.

Esto también estará acompañado por lo que denominó un "mayor control del gasto público", como ya se está comenzando a dar mediante la quita de subsidios, una decisión que brindará, según su visión, "un poco de racionalidad en materia económica".

La contracara de este creciente impacto de las tarifas en los bolsillos -tras los aumentos que se esperan de entre el 100% y el 400% para las facturas de gas y agua-, para el economista Miguel Kiguel, de Econviews, terminará afectando el "humor social", dado que "se da en un año con caída del salario real".

Claro que las mayores tarifas, el proceso de caída del poder adquisitivo y una suba significativa de la tasa de interés en pesos no sólo repercutirán en el ánimo de los consumidores. Según Bein, todo este combo también terminará generando "un freno en el nivel de actividad".

En este contexto, el analista asegura que la contracción de la economía y el riesgo de perder el trabajo (el ancla que se está utilizando para contener las negociaciones salariales) resulta más manejable en el sector privado que en el público, que goza de una mayor estabilidad laboral.

Frente a esto, el analista considera que llegó la hora de reformular la agenda, dado que "el motor de la economía ya no será el consumo".

Paralelamente, para Bein, a medida que se pasen los meses de aparente bonanza económica, volverán con fuerza las presiones sobre las reservas del Central.

En este sentido, para Kiguel, de Econviews, pese a los meses calmos y al aparente "encausamiento" de la economía, "no hay nada que festejar. Por el contrario, sigue habiendo muchos factores de preocupación y uno de ellos es cuántas reservas podrá acumular el BCRA durante el segundo trimestre".

Desde la consultora estiman que "no será mucho" lo que vaya a quedar en las arcas de la entidad que preside Juan Carlos Fábrega:

"No superará los u$s2.000 millones, dependiendo de la intensidad de los controles en el mercado de cambios y sobre las importaciones. Pero este nivel servirá de poco para enfrentar un segundo semestre que se presenta complicado".

"La intención del Gobierno seguirá siendo perder la menor cantidad de reservas y de empleos. Pero la política oficial parece haber tomado nota que en este contexto ambas cosas ya no pueden crecer en forma conjunta. Este delicado trade-off entre reservas y empleo está en el centro de las tensiones que enfrenta la economía argentina y, sin dudas, condicionará las decisiones de política económica durante los próximos años", advierte Kiguel.

El "tercer test": cubrir el gasto fiscal

Para Bein, el nivel de reservas va a estar determinado por los dólares que pueda conseguir YPF, por el crédito externo que pueda obtenerse por parte de organismos internacionales, por el pago del cupón del PBI y por el ingreso de divisas por la cosecha de trigo.

Este último factor Bein lo relaciona con el "tercer test" que deberá enfrentar la administración K: acotar la dominancia fiscal sobre el balance del BCRA o, lo que es igual, sobre la presión inflacionaria y cambiaria hacia adelante.

En este punto es donde se dividen las aguas entre los economistas. Mientras algunos sostienen que sin ajuste fiscal no hay posibilidades, Bein considera que "aún sin enamorarnos de la deuda, consideramos que, bajo determinadas circunstancias y decisiones correctas, puede amortiguar la presión cambiaria".

Lo que sí es evidente, dice Bein, es que "el esquema de Mercedes Marcó del Pont con un Banco Central que financiaba todas las necesidades de pesos y dólares del Tesoro no se sostenía, en tanto que el esquema ´a la Juan Carlos Fábrega´que financia pero luego esteriliza los pesos que emite tiene un costo".

En su opinión, la alternativa de tomar pesos en el mercado local (un nuevo Bocan), tampoco es sostenible políticamente como única estrategia de financiamiento, dadas las consecuencias negativas que esto genera, como son un desplazamiento del crédito del sector privado y el mayor aumento resultante en las tasas de interés.

En definitiva, comenta Bein, "ningún esquema de fondeo es malo o bueno per sé. Depende de la magnitud de las necesidades de financiamiento, del crecimiento potencial de la economía resultante y, fundamentalmente, de las condiciones de acceso al crédito y su permanencia".

Frente a esto, asegura que "con necesidades financieras en torno a 3% del PBI y una deuda pública en el mercado que luego de la devaluación y contabilizada la emisión de bonos para compensar a Repsol y para cancelar los fallos pendientes del CIADI ascendería a sólo 14,5%, la opción de utilizar el crédito externo luce hoy como la mejor, aunque los tiempos para abrir los mercados no resultan obvios".

Así las cosas, Bein concluye que "el Gobierno tomó nota de esta situación y viró la agenda hacia el crédito", claro que lo hizo demasiado "tarde como para poder capitalizarlo políticamente".

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