El Gobierno anunció este martes un nuevo bono de $94.000 para personas desempleadas de entre 18 y 64 años que no perciban ninguna otra prestación por parte del Estado.
El bono, que será pagado en dos cuotas de $47.000, los próximos 15 de octubre y noviembre, tendrá un costo fiscal de $237.500 millones de pesos.
La medida, que será compensada a través del cobro de un anticipo extraordinario de ganancias a grandes contribuyentes, busca "recuperar los ingresos" de los sectores más vulnerables de la sociedad, según dijo el ministro de Economía, Sergio Massa.
"Pretendemos de esta manera mantener el equilibrio en las cuentas públicas, pero llegar a los sectores más vulnerables de nuestra sociedad, a los efectos de cuidar el ingreso de todas y todos los argentinos", expresó Massa.
El nuevo bono se suma a una serie de medidas anunciadas por el Gobierno en las últimas semanas para paliar el golpe a los bolsillos que significó el incremento inflacionario tras la devaluación del 14 de agosto.
La oposición cuestionó las medidas anunciadas por el Gobierno, calificándolas de "populistas" y "electoralistas".
"El Gobierno está comprando votos con plata que no tiene", dijo el diputado de Juntos por el Cambio, Martín Tetaz. "Estas medidas no resuelven los problemas estructurales de la economía", agregó.
Por su parte, el economista Carlos Melconian, también de Juntos por el Cambio, señaló que "estas medidas son una bomba de tiempo para las cuentas públicas". "El Gobierno está gastando más de lo que recauda y eso va a terminar en una crisis", advirtió.
Se espera que el nuevo bono tenga un impacto positivo en el consumo de los hogares, lo que podría ayudar a impulsar la economía en el corto plazo. Sin embargo, también se teme que las medidas anunciadas por el Gobierno puedan exacerbar la inflación y el déficit fiscal.