GUERRA A LA BALANZA

Esta vez sí: Una dieta para no volver a engordar

Un clásico: bajar de peso en una dieta de meses y recuperarlo en un par de semanas de descuido. Acá te damos unas claves para que eso no te pase.
viernes, 30 de agosto de 2013 · 16:55
NECOCHEA (Cuatro Vientos) - Acabas de probarte esos pantalones carísimos y preciosos que te compraste el verano pasado y… ¡horror! Por más que metes cintura no hay forma de abrocharlos, ¡y qué decir de las cartucheras! Si estás pensando en dietas rápidas, olvídate, la clave para recuperar tu figura y no volver a engordar pasa por cambiar sencillos hábitos de vida y modificar tu alimentación. Si empiezas ya, en verano podrás presumir de tipazo.

Es del todo normal que cuando te planteas adelgazar y despojarte de esos incómodos kilos que te sobran, quieras perderlos cuanto antes y llegar a la meta tan pronto como sea posible, sin embargo, es un completo error. Debes aceptar que se trata de una batalla lenta para la que conviene ir poniendo metas pequeñas que te hagan descubrir, poco a poco, con constancia y paciencia, que puedes lograr llegar a tu peso con salud y mantenerlo. Olvídate de los resultados rápidos que ofrecen las dietas milagro, conseguirás perder peso en poco tiempo, pero lo recuperarás tanto o más rápido.

Comenzar a cuidarte también implica empezar a desconfiar de los alimentos que metes en la cesta de la compra. Revisa etiquetas en el supermercado y rechaza aquellos alimentos con grasas escondidas de dudosa procedencia. Procura elegir alimentos frescos y naturales como las frutas y todo tipo de vegetales, así como proteínas sanas y bajas en grasas (ternera magra, pollo, pavo, pescados, quesos y lácteos descremados, huevos…). Aleja la tentación de tu despensa y borra de la lista de la compra la bollería industrial, los precocinados y snacks salados.
 
Renuncia al sedentarismo. No se trata de realizar ejercicios extenuantes en el gimnasio, sino de mantenerte en movimiento para acelerar el metabolismo y quemar grasas. Un ejercicio tan saludable y tan sencillo como andar, está a tu alcance y puede ayudarte mucho más de lo que crees, a adelgazar. Comienza con 30 minutos unas 3-4 veces a la semana y ves aumentando el tiempo.

Además, aprovecha a darle un buen repaso a la casa mientras pones tu música favorita a todo volumen, bájate del autobús un par de paradas antes, desempolva la bicicleta del trastero y utilízala para moverte por la ciudad con libertad cuidando del medio ambiente y poniendo en forma a la vez tus piernas y tu trasero, olvídate del ascensor y sube y baja las escaleras a pie… Se trata de recuperar pequeños gestos y hábitos que te harán quemar calorías y ponerte en forma casi sin esfuerzo.

No nos cansaremos de repetirlo, el agua es indispensable para el organismo, mantiene la piel hidratada, controla el apetito y elimina toxinas, sin embargo, no siempre se bebe la suficiente. Debes tomar, al menos, 2 litros de agua diarios. Piensa en un buen vaso de agua fría como un verdadero placer (sin hacer ningún esfuerzo, tu cuerpo gastará algunas calorías para volver a su temperatura ideal). Puedes aromatizarla con unas rodajas de limón y apostar también por las infusiones depurativas, ideales las de té verde, de gran poder antioxidante y diurético.
Evita las tentaciones

Si conoces tus debilidades, evita las tentaciones. Así, en caso de que el hambre a media tarde o antes de acostarte te resulte una dura prueba a la que hacer frente, ten siempre a mano para esos momentos de debilidad, alimentos "seguros” y snacks ligeros que no engordan como fruta, gelatina sin azúcar, tomatitos cherry, yogures desnatados o quesitos bajos en grasa, pechuga de pavo en lonchas, e incluso zumos vegetales a los que las famosas se han vuelto adictas, son ideales para matar el gusanillo de forma sana sin poner en riesgo tu figura.

Para ganar las sucesivas batallas que están por llegar es necesario conocer a tu enemigo. No te engañes ni te pongas excusas, sabes muy bien que los fritos, las harinas refinadas y la bollería industrial no pueden tener cabida (salvo excepción), en tu plan para adelgazar, asúmelo y crea una lista con todos esos alimentos enemigos, junto a ellos, la opción saludable y ligera por la que los sustituyes. Así, cambiarás los snacks por frutos secos naturales, los postres lácteos por yogures descremados y gelatinas light, el pan blanco por pan integral de semillas, la bollería industrial por galletas integrales y cereales sin refinar como la saludable avena, etc.
No te obsesiones con el peso

Si acostumbras a pesarte todos los días, ten cuidado con las malas pasadas que puede jugarte este artilugio, ya que puede desanimarte si no lo utilizas bien. Pésate siempre en la misma balanza, idealmente a la misma hora (en similares circunstancias) y sin ropa. No obstante, ten en cuenta que el peso fluctúa de un día a otro, y dentro del día también, no permitas que llegue a desanimarte.

Para comprobar tus progresos es más confiable y especialmente motivante, que tengas en cuenta los cambios que se producen en tu volumen corporal teniendo como referencia tu ropa.
Si rompes las reglas...

Si has caído en la tentación, quizá te sientas culpable y tentada a volver a tus hábitos anteriores, ¡no lo permitas! Un pequeño tropiezo no significa que no llegues a alcanzar tus metas, así que, tras disfrutar de tu homenaje culinario, asegúrate de que la siguiente comida sea equilibrada y saludable para seguir mirando hacia delante en la consecución de tu objetivo de adelgazamiento. ¡Lo conseguirás!
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Satisfacción
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