MOVIMIENTOS EN LOS MERCADOS
#NiUnaMenos: ¿El feminismo también es un nicho de mercado?
El creciente movimiento feminista mundial podría ser absorbido y vaciado de su contenido por los mercados, aprovechando una ideología para volverla un objeto de intercambio más.
NECOCHEA (Cuatro Vientos) - Este miércoles 3 de junio se celebrará en todo el país una serie de manifestaciones en diferentes ciudades (incluída Necochea) para visualizar la problemática de la violencia de género detrás de la consigna #NiUnaMenos. Las manifestaciones, que ponen el énfasis en la violencia del hombre sobre la mujer (rara vez en sentido opuesto), tiene una fuerte orientación feminista en apoyo de figuras judiciales como la del feminicidio, muy en boga en estos días gracias a una sostenida campaña mediática impulsada mayormente por ONG's europeas y estadounidenses.
Las campañas, más allá de visualizar un problema social que en el pasado se mantenía velado, revelan que la sociedad está siendo fuertemente influída por consignas feministas, que no sólo buscan modificar algunas malas costumbres insertadas en la sociedad patriarcal sino que además son aprovechadas por los mercados dándole nuevas formas e interpretaciones.
El portal Pijamasurf analiza esa cuestión en un reporte titulado "¿El feminismo es solamente otro nicho de mercado?":
Como repetimos a menudo, la regla de nuestra era es que no hay afuera del capitalismo: cualquier mercancía, cualquier marca, e incluso parece que cualquier idea, puede sufrir de la noche a la mañana el tratamiento mercadológico y aparecer disfrazado de sí mismo (sin los ingredientes radicales, dañinos o engordantes) en los mostradores. Es el caso de la nueva moda: las tangas son cosa del pasado, la lencería femenina es (por si alguien lo dudara) una imposición del heteropatriarcado y la respuesta del mercado (disfrazada de respuesta social) es una nueva línea de lencería que busca, a través de una suerte de neo-conservadurismo prêt-à-porter, equilibrar la balanza ideológica.
En un momento donde tanto Beyoncé como Lena Dunham son íconos feministas, la palabra adquiere un rasgo chic muy mercadeable: no se trata ya de reconocer la equidad y la igualdad sociales entre hombres y mujeres, sino de hacer colecciones primavera-verano para el "espíritu de los tiempos.” Y nos guste o no, vivimos en días feministas.
Julia Baylis y Mayan Toledano fundaron la marca Me and You, una línea de ropa interior "de abuela moderna”, que dialoga con el nicho feminista más superficial de los milennials: su producto más vendido es una pieza de ropa interior con la palabra "feminista” impresa en letras rosas sobre el trasero, y con una línea de cintura bastante más alta de lo que acostumbra esta generación. El lote de bombachas "feministas” se agotó en pocos días.
El discurso de Baylis y Toledano es el de un publicista, disfrazado de algunos giros ideológicos: "La mayoría de la lencería está diseñada para gustar a un hombre. Para nosotras, eso no entra ni siquiera en consideración. Esta es ropa interior que usas totalmente para ti. Tal vez nadie vaya a verla, o tal vez pongas tu foto con ella en Instagram para compartirla con todos los que conoces.”
Pero al igual que Victoria’s Secret (sus supuestos enemigos), Me and You sigue sexualizando la ropa interior al promover un "nuevo” modelo de sexy: "Lo que es sexy para nosotras es ser naturales y cómodas”.
La venta de tangas bajó desde el año pasado un 7%, y las bombachas de abuela aprovechan esa caída impulsándose con un 17% más que en años anteriores. La manera más sencilla para el mercado de lidiar con una idea radical o contracultural es transformarla en moda: hemos visto pasar lo mismo una y otra vez, y seguramente volverá a ocurrir.
¿Podríamos decir que existe ropa interior apta o más apropiada para, por ejemplo, conservadores o liberales, ropa que nos convierte por arte de magia en mexicanos o chinos, hombres o mujeres, o simplemente estamos sumidos en falsas elecciones de mercado, y transformándonos en lo que la disponibilidad y las necesidades de nicho mercado necesitan que seamos? Una opción más en un mostrador (o en una boleta electoral) no "amplía” la capacidad de decisión y representación de la gente, pero nos hace creer que estamos eligiendo por nosotros mismos. O mismas: "No hay nada malo con querer ser sexy de manera más tradicional y usar una tanga [aquí el giro neo-conservador descrito al inicio]; eso no quiere decir que no seas feminista [después de todo, amiga, tú también eres parte del mercado]. Este es un paso adelante para aceptar más variedad de la que se ofrecía antes.”
Dicho de otro modo: el feminismo sí es un nicho de mercado (con versiones para todos gustos, sabores, edades y presupuestos), pero no solamente se trata de eso.
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