El presidente colombiano defiende a Monsanto poniendo a 50 mil militares por todo Bogotá

NECOCHEA (Cuatro Vientos) - El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, anunció que unos 50.000 efectivos de la fuerzas militares trabajarán en conjunto con la Policía Nacional para restaurar la "movilidad de las carreteras". 

El líder colombiano ha tomado esta decisión tras los violentos disturbios que se desarrollaron este jueves en la capital y ha prometido subir videos a Internet para mostrar los actos de vandalismo.

 

A la vez, el mandatario ofreció una recompensa de más de US$ 5 mil a quienes ayuden a identificar a los agentes y a los manifestantes violentos. El presidente afirma que hay personas (a quienes había acusado  el martes de "generar una sensación de miedo en el país") que están obligando a los campesinos y a otros ciudadanos para participar en el paro.  

Por otro lado, Santos ha convocado este viernes a los gobernadores y alcaldes de las localidades afectadas por las protestas para coordinar acciones conjuntas y resolver el paro. 

Las protestas han tenido momentos de gran tensión y enfrentamientos entre los participantes y la Policía. Para acabar con la situación, Santos accedió a discutir a partir de este martes las reclamaciones de los campesinos, que afirman que los tratados de libre comercio les están arruinando los negocios y, entre otras cosas, denuncian el alto costo del combustible o los fertilizantes, así como los bajos precios que reciben por sus cosechas. 

La mayoría de los bloqueos en las carreteras, que han causado pérdidas millonarias, son obra de productores de papa y leche que piden poner fin a las importaciones de esos productos, así como una reducción del precio del diésel. Según Santos, entre esos campesinos disconformes estarían los agentes del caos...

Este jueves la capital amaneció con muchas actividades paralizadas debido a las 17 marchas programadas por diversos sectores que se unieron a la huelga del sector agropecuario, que ha dejado al menos cinco muertos. 

Desde el 19 de agosto pasado, Colombia ha vivido una serie de manifestaciones de origen campesino y agrario, esto a causa de la entrda en vigor de un Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y el gobierno del país sudamericano que, en términos generales, privilegia los intereses de grandes corporaciones de alimentos genéticamente modificados sobre el bienestar de agricultores y aun de la misma población nacional.

Las protestas se han presentado en diversos puntos del territorio colombiano, con participantes que se cuentan en decenas de miles y protagonizadas por algunos de los sectores más importantes del campo, entre ellos los de los arroceros y los cafetaleros. Asimismo, en días recientes se han sumado otros grupos como el de los mineros, el de los pequeños productores, transportistas e incluso el sector salud, una tendencia solidaria que de algún modo demuestra que, en el fondo, el problema no es solo de los campesinos, sino que más bien se vive una situación generalizada de desigualdad social con causas comunes.

Sin embargo, en el caso específico delas protestas agrarias, hasta ahora el principal motivo de descontento es la llamada Resolución 970 del Instituto Colombiano Agropecuario, la cual prohíbe a los campesinos almacenar semillas de sus propias cosechas para siembras futuras y, a cambio, permite únicamente la compra de semillas "certificadas”, un recurso legal en el que algunos han visto el favoritismo franco para empresas multinacionales como Monsanto, Dupont y Syngenta, las más importantes en el mercado de los alimentos transgénicos.