NECOCHEA (Cuatro Vientos) - El Papa Francisco reunió el lunes en Guayaquil a 800.000 fieles bajo un sol de justicia en la primera misa campal de su gira por Sudamérica, en la que intercedió por las familias en problemas y presentó a una Iglesia más dispuesta a ayudar que a reprochar.
Una multitud exhausta por las largas vigilias y el calor que alcanzó los 32ºC, escuchó la liturgia de casi dos horas en el parque Los Samanes.
De regreso a la Sudamérica de los "frágiles" y "vulnerables", Francisco dedicó la homilía a la familia, uno de los grandes retos de su pontificado, ante los males que la asola como las "enfermedades" y la "falta de amor" y de trabajo.
"La familia constituye la gran riqueza social, que otras instituciones no pueden sustituir, que debe ser ayudada y potenciada, para no perder nunca el justo sentido de los servicios que la sociedad presta a los ciudadanos", dijo.
Añadió: "En efecto, estos no son una forma de limosna sino una verdadera deuda social respecto a la institución familiar, que tanto aporta al bien común de todos".