Rumores de venta: ¿Por qué no se replanta en el Parque Miguel Lillo?

Las simples declaraciones abundaron en una masiva protesta que llegó a nuestra redacción en forma de cartas de lector y mensajes vía redes sociales.

Está claro que la sola idea de que se vendan terrenos del parque para usufructo privado levanta zarpullido entre los vecinos, que en más de una oportunidad se han declarado masivamente en contra de la iniciativa. La pregunta la lanza el periodista Horacio Castelli: "¿Porqué a los inversores privados les vamos a entregar lo que costó tantos años crear y mantener (en estos momentos se podría decir: mal mantener), en lugar de promover la compra de tierras privadas u oficiales para que ellos mismos las foresten y luego sí  desarrollen actividades inmobiliarias, turísticas, etc.?"

Y sigue: "Esta última acción fue realizada en los municipios de Pinamar, Villa Gesell, Mar de las Pampas, entre otros".

"Como ya no se puede justificar la venta del Parque Miguel Lillo para su rescate, ya que las inversiones privadas depredarían la masa arbórea, ahora se quiere justificar débilmente apuntando que su venta permitiría mejorar servicios", agrega Castelli.

Las palabras de Castelli resultan adecuadas: justamente esa depredación, en manos tanto de particulares y privados como de instituciones públicas (llámese, Municipalidad de Necochea), es la que permite que la situación haya llegado a este momento.

Es decir, el parque está intencionalmente abandonado y aunque se especulan las razones, no hay mayores respuestas sobre por qué ha quedado en este estado. Las respuestas podrían comenzar a vislumbrarse cuando el "momismo" revela sus intenciones de vender algunos sectores.

Cabe recordar que desde hace años que los claros del parque generados por incendios (sobre todo en el sector frente al barrio Médanos) siguen sin ser replantados debidamente. La excusa oficial, otorgada por autoridades municipales a los medios y a los vecinos a mediados del 2013, cuando versiones indicaban que se estaba mensurando el parque para su posterior loteo, fue que los retoños "no prendían", es decir, no llegaban a crecer para pasar a ser árboles.

En diálogo con Cuatro Vientos, el biólogo necochense e investigadore del CONICET, Martín López, explicó la situación de los grandes claros que surgieron en los últimos años en el parque a raíz de los incendios.

"Cualquier planta que se vuelva a plantar en un lugar que se incendió, teoricamente tiene las propiedad de volver a "prender" y más a favor, porque todos los nutrientes de los organismos que se quemaron quedaron en el lugar. No hay ninguna negativa", destacó López. 

Sobre los pinos dijo que "las pinas acidifican el lugar porque tienen alto contenido de resina, entonces eso al descomponerse en el sustrato acidifica más el suelo pero cuando uno planta un retoño normalmente suele hacer un buen compost. Eso habla de un mantenimiento: es decir, si vos vas a plantar arbolitos tenés que tener gente informada de cómo hacer ese trabajo y de cómo mantenerlo".

En ese sentido, López contó que "no hace falta tener demasiados conocimientos, basta con hacer una charla previa con todos los empleados del parque y decirles: 'mire, esto se planta así, se riega cada tanto y el color de tierra tiene que ser tal'. Cuando se observe otra cosa se lo informa al superior y listo".

De esa forma, dijo, se puede hacer un seguimiento en manos de gente idónea de cada caso, consiguiendo así agentes multiplicadores que puedan cuidar un montón de arbolitos. López dijo que en la zona frente al barrio privado hay un faltante de 400 árboles.

¿Por qué no se hace?  

La pregunta que se hacen todos los necochenses es por qué no se ha replantado el sector quemado del parque. Lo que respondió la Muni es que las plantas, en contra de lo que sostiene López, no lograban volver a crecer.

Sin embargo, existe un plan de reforestación que la Municipalidad nunca ejecutó completamente y terminó abandonando.

Martín López explicó que "entre 2001 y 2007 la Municipalidad citó al ISEA (N del R: Instituto Superior de Estudios Ambientales) de La Plata y el ecólogo Jorge Frenshi, profesor de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de La Plata, junto a otros colegas elaboran un plan de mantenimiento para el Parque MIguel Lillo, en el cual habla de un raleo, de una forestación y deforestación de árboles para e mantenimiento del predio".

Lo que se buscaba era "evitar riesgos civiles (que se pueda caer un árbol); para hacer leña estipulada en una acción social, en la Municipalidad; y logicamente para embellecer el lugar y que se vea bien verde". "Eso en las imágenes de Google se ve: cada año va decayendo", dijo el biólogo (ver nota relacionada).

López aseguró que en un principio el plan se llevó adelante en manos de la Secretaria de Planeamiento y Medio Ambiente Andrea Frigerio, pero que lamentablemente los cambios políticos y los diferentes intereses en juego hicieron que el plan se fuera abandonando. López destacó que Frigerio es una profesional idónea, que finalmente quedó sometida a los vaivenes políticos del distrito.

¿Tendrán que ver esos vaivenes políticos (y los incendios intencionales) con alguna clase de interés económico creado desde hace años para ir loteando el parque y vendiéndolo?

En ese sentido López piensa que queda en manos de la gente de Necochea el realizar reclamos y presionar a la dirigencia para que ejecute los planes que tiene pendientes. "Está en la comunidad la posibilidad de pedir y presionar un poquitito por el Parque, que es de todos nosotros", cerró.