ANIVERSARIO

Detenido/desaparecido: Se cumplen 36 años del secuestro de Jorge Horacio Foulkes

Secuestrado a sus 23 años, el corresponsal de LU 13, Radio Necochea y de La Voz del Pueblo, de Tres Arroyos, Jorge Horacio Foulkes, lleva 36 años desaparecido. Este 17 de marzo se cumple un nuevo aniversario de su desaparición.
lunes, 17 de marzo de 2014 · 10:33
NECOCHEA (Cuatro Vientos) - En 1978 fue secuestrado por una "patota" de la dictadura militar el periodista Jorge Horacio Foulkes, corresponsal de LU 13, Radio Necochea y de La Voz del Pueblo, de Tres Arroyos. El periodista permanece desaparecido y es uno de los 11 desaparecidos oriundos de nuestra localidad que desaparecieron durante el llamado Proceso de Reorganización Nacional.

A propósito de Foulkes, Beatriz Blanco publicó a través de la agencia de noticias contrainformativa Rodolfo Walsh:

Para quienes conocimos a Foulkes nunca fue una línea en una lista, sino un recuerdo imborrable. Con él compartimos las expectativas veinteañeras y no por eso poco comprometidas, de ser periodista y militante. .El era alto, corpulento, con rasgos que no ocultaban su origen dinamarqués y de un humor agridulce. Nosotros en las aulas de la vieja casona de la Escuela Superior de Periodismo de la Universidad de La Plata, ubicada en ese entonces en 10 y 54 lo llamábamos Coco, allá por 1975. 

Coco había nacido el 30 de enero de 1955, en la ciudad bonaerense de Tres Arroyos. Egresó a principios de los 70 del colegio Nacional de Tres Arroyos y se trasladó a la ciudad de La Plata, donde cursó la carrera de periodismo. 

En los últimos años de cursada se desempeñó como ayudante alumno de la cátedra de Redacción I. Dos docentes desaparecidos Horacio Bertoleth (profesor de fotografía) y su compañera, Susana Medina (profesora de Lingüística) fueron nuestros profesores. De aquella época de estudiante se conserva una revista que armó artesanalmente sobre el Golpe de Pinochet en Chile, para un trabajo práctico. 

Con el Golpe, declarado el 24 de marzo de 1976, la dictadura cerró la Esculea de Periodismo de la Universidad Nacional de La Plata. Foulkes junto a varios compañeros iniciaron una tarea de resistencia para que volviera a funcionar. Se realizaron reuniones en las casas de algunos alumnos para organizar una campaña. Así fue que se mandaron cartas a intelectuales reconocidos para generar una corriente de opinión favorable a la reapertura, se pegaron obleas en Diagonal 80, reclamando por la Escuela, en las noches y camuflados como parejas recostadas en la oscuridad. 

Una vez finalizada la carrera de Periodismo en La Plata, se vino a vivir a Buenos Aires en 1977. Fue increíble su alegría el día que nos dijo "conseguí trabajo en periodismo". LU.24, Radio Tres Arroyos lo había contratado para recibir telefónicamente la cotización de los granos desde la Bolsa de Cereales. También cubrió la tradicional Feria de la Rural de Buenos Aires para La Voz del Pueblo, de Tres Arroyos. Conseguir trabajo quería decir para Coco insertarse en los medios y trabajar para la contrainformación. 

Estas fueron las primeras y las últimas experiencias en un medio periodístico masivo y sobre temas agropecuarios, porque su ciudad de origen está íntimamente ligada a la actividad rural. Sin embargo, su pasión era la política. Admiraba la prosa de Arlt, y su libro de cabecera en materia de entrevistas era Personas y personajes, de la uruguaya María Ester Giglio, editado por De la Flor, mientras que con respecto a Reportaje al pie del patíbulo, de Julius Fucik, decía Coco en una dedicatoria: "Hay encerrada en este montón de páginas amontonadas, una hermosa y fresca lección de vida. Me gustaría, de corazón, que encuentres en ella, lo mismo que encontré yo.” 23 XII 76. 

En 1977 terminó de cursar la licenciatura en periodismo en la Universidad de La Plata y se vino a Buenos Aires. La ciudad de La Plata era irrespirable y para colmo el director de la Escuela de Periodismo, Daniel Pavón pertenecía a los servicios de Informaciones de la Marina. En el diario Clarín del 25 de septiembre de 1999 se da cuenta de los buenos oficios de este personaje, centralizando archivos de persecución a los estudiantes universitarios de todo el país. En Astilleros Río Santiago, para dar un ejemplo, cargaban obreros en camiones en la madrugada que hoy continúan desaparecidos No era un buen lugar donde quedarse. Había que insertarse en los medios, tejer una red de resistencia y contrainformación entre los periodistas que trabajaban en grandes medios. Rescatar aquella información que terminaba en el papelero por culpa del terror y la censura. 

En Buenos Aires intentó reunir material y denunciar tanto las medidas económicas como las atrocidades que cometió la dictadura, desde las persecuciones a la censura. El junto a un grupo de compañeros militantes editaban la información que se recibía de manos, a veces anónimas, en forma de boletín de agencia. Esta tarea tenía un doble fin: difundir estas noticias y unir a los periodistas democráticos contra el fascismo, en la tarea de resistir con sus viejas Olivetti a un poder omnímodo y salvaje. En sus páginas se hablaba del negocio de los milicos en la construcción de las autopistas de la Capital Federal, y de los primeros testimonios de torturas sufridos por los prisioneros de la Esma que llegaban a sus manos en papelitos bien doblados, para nombrar algunos de los temas que permanecen en el recuerdo. 

Foulkes tenía 23 años recién estrenados, cuando en febrero de 1978 lo secuestraron en las cercanías de Av. Pueyrredón y Av. Córdoba, en Capital Federal. La denuncia de su desaparición ante la Conadep lleva fecha 17.03.78, y la fecha de su secuestro el 25 de febrero de 1978. Su padre pidió ayuda a su primo, Raúl Alfonsín, para ubicarlo, amén de presentar los infructuosos habeas corpus y buscarlo junto a su madre, Beatriz Sara Dinsen por todos los rincones, pero nada se supo de él. Ya en la década del 80, el padre Jorge Foulkes fue electo intendente de Tres Arroyos y una de las banderas de su campaña fue el reclamo de juicio y castigo para los responsables de las desapariciones. 

Es muy posible que Coco y un grupo de militantes del Partido Comunista Marxista Leninista de orientación maoísta que desarrollaba esa tarea de contrainformación, síntesis y recortes de diarios, recolección de información de casos de represión y secuestros, actos de censura, entre otros temas hayan formado parte de la actividad cotidiana de la Agencia Clandestina de Noticias (ANCLA) fundada por Rodolfo Walsh. Y decimos que es posible porque el trabajo en la clandestinidad y la resistencia no siempre permitía conocer las estructuras más grandes. Esta es una presunción que se afirma en la coincidencia de la revitalización de los trabajos del grupo en julio de 1977, días antes de iniciarse la segunda etapa de ANCLA después de la muerte de Walsh, según testimonio de Lila Pastoriza, quien afirma que se reanudaron los servicios de la agencia en agosto de 1977, a cargo de Horacio Verbitsky, en el libro ANCLA, de Natalia Vinelli. Además, se puede constatar en sus páginas las directrices y dinámica de trabajo idénticas a la tarea cumplida por el grupo al que pertenecía Foulkes. 

Según la CoNaDeP tras el secuestro lo alojaron en Centro de Detención Clandestina, El Banco, ubicado en Camino de Cintura y Av. Richieri, conocido como Puente 12. Después, hay sólo silencio. 

Muchos años después de su desaparición organismos de los derechos humanos de Tres Arroyos inauguraron la Plaza de la Memoria plantando 32 árboles, uno por cada desaparecido de la ciudad. Hay un árbol que tiene su nombre. 

Su madre, Beatriz.Sara Dinsen que vive en Tres Arroyos, recibe habitualmente la visita de escolares que preparan trabajos sobre derechos humanos en sus escuelas y contestó entrevistas telefónicas de estudiantes de la, ahora Facultad de Periodismo de la UNLP que trabajaron para reconstruir la memoria acerca de los desaparecidos de la vieja escuelita de Periodismo de La Plata. 

Coco vive en ese árbol de su ciudad natal, en cada pibe que hace un trabajo sobre derechos humanos y memoria que llega hasta la casa de Doña Beatriz, en cada estudiante de la ahora Facultad de Periodismo de la UNLP que buscó una foto, escribió un cartel o hurgó en los pliegues más dolorosos y heroicos de la lucha por la libertad. Coco vive en cada periodista que resiste y combate la opresión de su pueblo; en cada fotógrafo, en cada cronista que hoy pertenece a una agencia alternativa. Resisten, hoy en esta supuesta democracia.
 
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