Resurgen los problemas en la escuela Orillas del Quequén

Días atrás los alumnos encontraron que algunas de las clases habían sido movidas de horario, por ejemplo, si comenzaban a las 20 horas y finalizaban a las 22, en el nuevo esquema se corría el horario media hora más tarde. Las quejas de los alumnos generaron un debate en el que las autoridades sostuvieron que el cambio se realizaba porque de cualquier manera las luminarias del predio habían sido reemplazadas, garantizando la seguridad del lugar.

Sin embargo, las luminarias en realidad no están funcionando y el predio es nuevamente una boca de lobo.

La situación está generando malestar en la escuela provincial, que el ante año pasado (en diciembre 2014)  ya vivió una ocupación pacífica de los alumnos que se prolongó por 15 días. En aquella oportunidad los alumnos reclamaban por las condiciones edilicias de la escuela y por la falta de seguridad en el predio.

Ángeles Iparraguirre es alumna miembro del Centro de Estudiantes de la Escuela Provincial Orillas del Quequén y miembro del Movimiento Estudiantil Necochea y contó a Cuatro Vientos que las explicaciones de las autoridades fueron cambiando y no resultaron satisfactorias.

"El martes el director de la escuela Esteban Carraro fue citado por los chicos del Centro en un aula donde había problemas porque todos los estudiantes se quejaban por el horario de clase, no sólo porque avisaron en el momento que salían a las diez y media de la noche, sí no tambien por que una de las excusas era "la iluminación ya está"", contó a Iparraguirre. 

Aparentemente, luego de la protesta de los alumnos frente a la versión de las autoridades (la iluminación aún deja mucho que desear), la explicación de las autoridades giró en torno a la próxima instalación de las luminarias que habrían sido compradas por la cooperadora de la escuela. Y luego no mucho más.

"Todo sigue igual, como cuando tomamos la escuela", aseguró Iparraguirre. En 2015 los alumnos tomaron la escuela pacificamente y se quedaron dentro del edificio hasta conseguir una respuesta de las autoridades. En aquel entonces los destrozos en manos de desconocidos que ingresaban a la escuela por la noche generó el conflicto que la gestión Vidal resolvió con la instalación de una serie de luces y disponer de un puesto policial en la entrada del predio. Las luces duraron poco y los policías siguen en la entrada, aunque los alumnos sostienen que no es suficiente.

"La realidad es que es tierra de nadie. Y miles de emociones y sentirés son vulnerados. Porque posta que a muchos les da miedo..no somos nada . Sólo matrícula para que la escuela no cierre", sostuvo Iparraguirre.

Recientemente personal auxiliar de la escuela elevó un reclamo similar enviado a la redacción de Cuatro Vientos, dando la pauta de que la situación no responde a un simple capricho de los alumnos sino que parece ser una molestia que sufren todos los vecinos que usan el predio, tanto alumnos como trabajadores.