En los festejos por el 137º aniversario de Necochea, López abogó por “poder integrarnos como comunidad”

“No es una cuestión solamente de lo que puede hacer el Estado, también implica a través de un Estado el hecho de poder respetar al prójimo, poder respetar a los que piensan distinto, pero por sobre todas las cosas, poder lograr integrarnos como comunidad”, expresó en su alocución el intendente municipal Facundo López en el marco de los festejos del 137º aniversario de Necochea.

Las celebraciones que comenzaron el primer fin de semana de octubre, continuaron este viernes 12 en la Plaza Dardo Rocha con la colocación de las ofrendas florales por parte de las autoridades municipales en los monumentos de Ángel Ignacio Murga, Victorio de la Canal y en el de Mariano Necochea. Más tarde, se desarrolló el acto oficial, el desfile y el tradicional corte de torta.

López manifestó que “cuando llega una fecha como esta uno pone en el debe y el haber lo que transmitir, pero más allá de eso quiero resaltar el hecho de tener valores que tratamos de demostrarlos cotidianamente” y agregó: “Quiero hacer una reflexión puntual en esta oportunidad, y voy a hacer hincapié en cómo venimos trabajando en el ámbito deportivo” al tiempo que agregó “cuando agarramos el Distrito, teníamos un Polideportivo arruinado y arrumbado y una actividad deportiva dejada de lado como política de estado”.

“Tres años después triplicamos la delegación que fue a las finales de los Juegos Bonaerenses, dado que la mayor cantidad de escuelas trabajaron mancomunadamente para que eso se haga realidad” como así también destacó la Escuela Todos al Agua “ destinada para personas con discapacidad y que ya es modelo en la provincia”, aseguró el jefe comunal.

“Estamos en condiciones de mejorar la calidad de vida de cada uno de nuestros chicos, y para eso estamos presentes también en cada uno de los barrios, y ese es el valor más importante para destacar”, subrayó el jefe comunal.

Acto seguido, el Intendente resaltó que “nos implica como Estado el hecho de poder respetar al prójimo y a los que piensan distinto, pero por sobre todas las cosas poder integrarnos como comunidad, y esto es lo que venimos demostrando en cada una de las áreas”.

“Tengo los mejores recuerdos de cuando llegué a esta ciudad a los 7 años, porque todos nos abrieron, a mí y a mi familia, las manos, los brazos y el corazón. Y espero que en lo que me queda de gestión les pueda devolver todo ese cariño y ese afecto que me demuestran cotidianamente”, amplió en su alocución López.

Y cerró: “Sigamos trabajando juntos por una Necochea pujante y creciente, para que cada uno de los que acá vivimos estemos orgullosos de lo logrado”.

Antes de dicho encuentro protocolar, desarrollado en la puerta del municipio y en el que el historiador local Alejandro Andersen contó la historia de la ciudad y sus antepasados, el jefe comunal, acompañado por concejales y funcionarios de su equipo de gobierno, recorrió los tres monumentos tradicionales para colocar las ofrendas florales: primero, se hizo el reconocimiento en el de Ángel Ignacio Murga (Av. 58 y 61) y luego en el de Victorio de la Canal (57 y 60), ambos fundadores del Distrito.

Por último, López colocó el ramo en el monumento del general Mariano Necochea, emplazado en la rotonda de avenidas 58 y 59, ocasión en la que también se descubrió un pedestal cuya urna contiene tierra de las Pampas de Junín, donada por la logia Mariano Necochea de Perú. En ese momento, Jorge Constantino, de la Logia local Sol Argentino 60 Nº 447, explicó el origen de la misma, y contó que esa tierra fue testigo de una de las grandes hazañas del general Necochea.

Tras la colocación de las ofrendas florales y del acto protocolar, el festejo de la ciudad continuó con el tradicional desfile, con la presencia de instituciones escolares, deportivas y otras entidades intermedias, mientras que el cierre fue bien tradicionalista con los gauchos a caballo.

Como corolario, se presentó un número artístico a cargo de alumnas de la Escuela de Artes “Orillas del Quequén” y se cortó una abundante torta, momento en el que el jefe comunal entregó la primera porción a una niña que encabezaba la larga fila.