AUTOGESTIÓN

La Okupa reparó y donó una silla de ruedas a un asilo de ancianos

lunes, 31 de diciembre de 2018 · 13:23

Siguen las tareas comunitarias en el Centro Cultural La Okupa de avenida 10 y 79: en esta oportunidad en uno de sus talleres de reparación de bicicletas (Anarcokleta) repararon una silla de ruedas para asistir a un hogar de ancianos en la Villa Balnearia.

La silla completamente restaurada fue entregada el viernes pasado al hogar de ancianos San Andrés. Los trabajos respondieron a una tarea autogestiva del centro cultural.

"No se trata ni de solidaridad ni de caridad, sino de autogestión y empoderamiento que puede hacer cualquiera desde el llano: el ciudadano empoderado con una iniciativa que con autogestión puede hacer cosas para los demás", indicó desde La Okupa José Cañete, que lleva adelante en el lugar un taller de reparación de bicicletas (anarcokleta). "En este caso es una silla de ruedas, pero se puede hacer en cualquier ámbito", agregó.

"En la Okupa surgen estas cosas porque es un lugar con conciencia social", señaló Cañete. El Centro Cultural La Okupa no cuenta con financiación externa de ningún tipo y sus magros fondos provienen de actividades autogestivas y donaciones de vecinos. Recientemente repararon una bicicleta, la sortearon y con el dinero se pudo comprar los materiales para acondicionar la silla de ruedas.

El taller de reparación de bicicletas de La Okupa generó un motor autogestivo que desembocó en la donación de la silla de ruedas. Con apenas unos meses de existencia, los vecinos que se acercaron a reparar sus propias bicicletas terminaron reparando bicicletas de otros interesados y luego concretando la donación de la silla al hogar de ancianos San Andrés.

"En esto estamos hablando de trabajo, de autogestión y empoderamiento entre las personas, más en estos momentos de crisis y de egoísmos y viscicitudes que tiene cada persona", agregó Cañete.

La idea en la Okupa es "resignificar el lugar en el que estamos, más en este caso en el que no somos ni bicicleteros ni gente que conoce algo para arreglar sillas de ruedas". "Se trata de bien común y ganas de trabajar para generar cosas con los recursos que tenemos", señaló.

Entrega de la silla el viernes pasado

"Queremos construir valores, unión y una forma de empoderarnos y trabajar de forma autogestiva el día a día, ver que otras cosas son posibles y ver de qué forma hacerlas", agregó.

La silla de ruedas entregada el viernes pasado es la primera de una docena que esperan el trabajo de La Okupa en los próximos días. Uno de los materiales más costosos y que el taller requiere es pinturas en aerosol, por lo que se reciben donaciones en el lugar. 

Está previsto además que en La Okupa se lleguen a reparar sillas y sean donadas a vecinos necesitados, dado que una silla de ese tipo tiene un valor de cerca de 12 mil pesos cada una.

La Okupa lanzó un comunicado vía Facebook tras la donación:
    
Invertir los valores: se trata de usar a las cosas y querer a la gente. Trans-formar la materia a fin de trans-formar las existencias. No es caridad, es la dinámica del compartir. Encontrarse con y en le otrx de una manera fluída contra toda expectativa, dejarse sorprender. Deconstruír la forma de relacionarse con la materia y con lxs otrxs. 

A San Andrés se le brindó tiempo, trans-formación y a-mor. No por piedad. Sino porque es una experiencia vital y urgente. La calidad de vida de quienes nos precedieron es la tarea. En una sociedad que ve escombro, basura y descarte en todo y en todxs, combatimos esa lectura nefasta con acción directa desde lo cotidiano, desde la escucha.

El relato de lxs viejxs, sus palabras y su compañía son la mejor devolución.

Hacha y Palabra

Por su parte, desde el Hogar San Andrés también dedicaron unas palabras de agradecimiento al centro cultural por su tarea desinteresada:

Desde el Hogar San Andrés queremos agradecer la labor desinteresada de los integrantes de La Okupa, en especial del taller Anarkocleta, con quienes creamos un vínculo basado en la solidaridad. En el hogar recolectamos las sillas de ruedas y partes de las mismas que estaban deterioradas por el paso del tiempo, ellos las arreglarían. El resultado son sillas de ruedas en perfectas condiciones, una queda en el Hogar para aquellos residentes que necesitan usar silla de ruedas y la burocracia no empatiza con los tiempos de los adultos mayores, las otras quedarán en La Okupa a la espera de poder ayudar a quien no posee los medios para alquilar una silla de ruedas. Y así como las ruedas de estas sillas esperamos que la solidaridad ruede, que gire y que no pare, que nos unamos sin importarnos las ideas políticas, las religiosas, porque pensar diferente no es ser diferentes. Todos somos iguales, y entre todos podemos ayudarnos.

 

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Satisfacción
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47%
Bronca
0%
Tristeza
0%
Incertidumbre
24%
Indiferencia

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