Interesante editorial de la reconocida periodista local, María José Hegui, del portal local La Palabra y el canal de TV TSN, que señaló prácticas comunes dentro de los medios de comunicación, sobre todo los digitales: el robo de reportes informativos y notas como forma de replicar noticias sin contrastar.

Así Hegui avanzó explicando el valor del trabajo propio y ajeno y la "ética periodística" perdida en el proceso de brindar noticias frescas (y no tanto) a la audiencia:

Cuando el “copy paste” se caga en el periodismo (o viceversa)

La teoría de nuestra “vocación” nos cuenta un montón de cosas pero fundamentalmente nos alienta a ser parte de la noticia que contamos. Ser un simple relator, propagador, nos corre del eje del fin para el que creímos haber nacido, nos humilla,  ni más ni menos.

Mis maestros del periodismo, y no vale citarlos porque ellos lo saben, me enseñaron una vez, hace 20 años, que lo único que no podía hacer era perder la duda, es decir mi capacidad de preguntar y, fundamentalmente, de preguntar por los que no podían preguntar. Ese era el servicio, esa era la misión, más allá de la línea editorial, más allá de las ideologías. Nosotros somos preguntadores de la realidad, nosotros encontramos la duda en cada hecho, porque para eso nos formamos, porque para eso elegimos ser PERIODISTAS.

Al correr de los años, parece que las cosas están cambiando y es lógico, pero no por eso me voy a resignar a aceptarlas mansamente. El periodismo digital impuso códigos nuevos, impuso una nueva forma y se pasó por las bolas la ética profesional de los que todavía la respetábamos.

Hoy parece fácil, muchos diarios digitales o blogs replican las mismas noticias y algunos, los más respetuosos, citan la fuente de lo que leyeron; a modo de confesión, al final, con letras chicas, abalados en  ese colega que les parece confiable. Y lo grave del teléfono descompuesto de los medios locales es que el “colega confiable” tal vez ya había hecho un copy paste de otro “colega confiable” que en el fondo no era tan fiable o que en una de esas le convenía y todo resultó una mentira replicada en las redes por lectores  “confianzudos”. Y eso fue el tema del día, sólo porque uno, con suerte, levantó el teléfono y preguntó. O, en el mejor de los casos, aislados por cierto, se llegó hasta el lugar del hecho y hasta se atrevió a sacar la foto.

Y así las cosas, si yo mañana reescribo con cuidado un jeroglífico del parte de la policía y lo convierto en noticia, o desgravo una excelente entrevista que se dio por radio y aclaro de donde la transcribo pero me tomo el laburo, vienen un par que copian y pegan. Tu título, tu foto, tu idea, tu olfato de la información, tu noticia en general. En realidad son colegas y capaz que hasta los querés, pero te roban el laburo.

Quien suscribe se ha cansado de estos pequeños ladronzuelos de la profesión. Tiene ganas de que la cosa se vuelva competitiva en serio, y  no por cantidad de anunciantes porque soy el peor ejemplo, pero si por pluma. Quiero verme humillada por mis “colegas” a la hora de escribir una noticia ….quisiera ver a todos esos supuestos “periodistas” preguntando cada vez que les toca un mano a mano o metiendo bocado en una conferencia de prensa. Tengo ganas de que cuando me digan “vos sos buena periodista” no verme más en la obligación de responder que “en el país de los ciegos, el tuerto es rey”.

Por último, valga la aclaración, hay numerosos PERIODISTAS BUENOS en Necochea y por ellos escribo y me saco el sombrero. Esos quedan exentos de esta crítica y siguen siendo mi inspiración, escribo también por esos que inclusos sin decirlo, se sienten como yo de manoseados cuando les roban las noticias.