¿Cerrarán la calle costera?: El grupo que controla el camping Miguel Lillo busca el Kabryl

viernes, 21 de septiembre de 2018 · 00:00

El jueves de la semana que viene se realizará la apertura de sobres de ofertas para la concesión del complejo Kabryl, lo que ha generado interés entre oferentes locales para tomar la explotación de una unidad que se percibe como un lucrativo negocio de cara a la temporada turística.

El Complejo Kabryl ubicado en un punto estratégico de la playa necochense, entre el Camping Miguel Lillo y el Barrio Médanos, es una preciada concesión y la única bajada de vehículos (y parada) hacia la playa en un kilómetro a la redonda que podría incluso volverse aún más valiosa de prosperar una oferta que espera ser analizada la semana que viene.

La concesión del Complejo venció en noviembre del año pasado y en enero de este año el HCD aprobó un pedido de informes sobre la situación de la concesión, reclamando acciones municipales que comenzaron a poco de iniciarse la nueva temporada de verano.

Sucede que el Complejo Kabryl contaría entre sus oferentes al mismo grupo empresarial que controla el Camping Miguel Lillo, Trabajar S.A. sobre el que pesan acusaciones de adquisición irregular del sitio de acampe. El grupo empresarial tiene en la mira al Complejo Kabryl, lo que podría desembocar en una fusión con el Camping Miguel Lillo y hasta en el cierre de la calle costera que los separa.

Esto en virtud de dos antecedentes principales: por un lado, las amplias irregularidades en la toma de la concesión (situación que obra en la justicia desde hace varios años) y que devinieron, por otro lado, en la fusión de dos unidades concesionadas, el camping propiamente dicho y un predio con cabañas de alquiler que funcionan todas dentro del mismo territorio.

El cierre de la calle costera podría entrar entre las posibilidades, teniendo en cuenta que ya hay antecedentes de esta situación incluso dentro de la gestión de Facundo López. Apenas iniciado su mandato los concesionarios del complejo Karamawi a unos 500 metros del Espigón en dirección a Punta Negra cercaron con vallas de madera un amplio terreno que en realidad era parte de la avenida costanera y fue utilizado para explotar el lugar como estacionamiento privado.

En aquella ocasión un grupo de vecinos planteó una resistencia, los concesionarios no quitaron el vallado, aunque se retiraron algunas tablas para permitir el paso de peatones.

Por la toma de la concesión del Camping Miguel Lillo fueron denunciados algunos de los miembros del grupo Trabajar S.A. y el ex intendente Daniel Molina junto con algunos funcionarios del gobierno radical de la década pasada.

Para el caso del Kabryl, el grupo tendría intenciones de presentarse, aunque en vistas de sus antecedentes hay sospechas fundadas de que su accionar podría terminar perjudicando al conjunto entero de vecinos.

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