¿Adiós al Paseo Saludable de la Escollera?
La tarde del domingo, con un leve pero sostenido viento del sector sur, enseñó a miles de necochenses que salieron a recorrer la ciudad en la famosa "vuelta del perro" que abarca diferentes sectores de la ciudad, desde el parque Miguel Lillo y Avenida 10 hasta la costanera y el paso por Puerto Gardella, actualmente cerrado por la pandemia de coronavirus.
La oportunidad sirvió a numerosas familias que a bordo de sus vehículos recorrieron los diferentes puntos de interés evitando contactos con otros vecinos, en rigor de verdad, respetando el distanciamiento social.
Incluso la Escollera Sur de Necochea quedó abierta al paso de vehículos y registró una notable falta de personal de Prefectura Naval que usualmente está apostado en el ingreso al lugar.
A pesar de los carteles que indican expresamente que el paso en vehículos está prohibido por decreto y que está prohibido estacionar, la falta de personal de seguridad que garantiza el respeto de la norma hizo que la norma simplemente no se cumpliera y el "paseo saludable" inaugurado hace poco más de un año para que corredores, ciclistas o patinadores pudieran aprovechar la superficie, fue ocupado por vehículos como solía ser antes de la remodelación.
Algunos vehículos circulan a altas velocidades por la lisa superficie del nuevo asfalto de la escollera, por lo que se instalaron reductores de velocidad para evitar accidentes. De cualquier manera el paso volvió a hacerse peligroso para correr, pasar en bicicleta o simplemente caminar de la mano con un niño.
En Necochea el uso impropio de una camioneta en una playa cerca del Muelle de los Pescadores produjo hace casi dos años la muerte de un niño pequeño que jugaba en la arena. A raíz de eso, las autoridades impusieron nuevas normas para circular con vehículos a motor en los distintos sectores de la costa y se preparan para cobrar la estancia de vehículos en los sectores permitidos a través de un sistema como el del Estacionamiento Medido.
Además del riesgo que representan para los peatones, la circulación de vehículos por el lugar practicamente anula la intención de convertirlo en un "paseo saludable" para deportistas de diferentes disciplinas. En la ciudad la falta de una pista de atletismo con superficies duras hace que algunos "runners" corran por la calzada de las avenidas, corriendo riesgos e incluso incomodando el paso de algunos vehículos a diferentes horas del día.
Incluso algunos pescadores atribuyen su falta de pericia en el fino arte de la pesca al ruido de los motores que circulan constantemente por la calzada. Aunque incontrastable e incomprobable, la teoría aporta a la visible sensación de malestar que produjo entre los paseantes el encontrarse con el paso de vehículos por el lugar.
Como sea, cuando hay todo un debate sobre la apertura o no de Puerto Gardella y con el reciente cambio de autoridades del Consorcio de Gestión de Puerto Quequén, habrá que ver si la apertura respondió a una voluntad de mantener abierto el paso de vehículos desestimando el proyecto de hacer de ello un corredor para deportistas o si, por el contrario, se trató de una apertura de facto de algún vecino que luego fue imitada por otros en el marco de alguna falla circunstancial del sistema de control del lugar.
