CORONAVIRUS

¿Por qué el escrache social podría empeorar la propagación del CoVID 19 en Necochea?

sábado, 30 de mayo de 2020 · 10:12

"Los que están escrachando en las redes sociales están siendo peores que la propagación del virus en sí... nos complican mucho el trabajo", se lamentaba por lo bajo un funcionario en las últimas horas, durante la conferencia de prensa de las autoridades municipales al respecto de nuevos contagios de CoVID 19.

Lo que inspiraba el comentario solapado es una historia repetida de los últimos años en las redes sociales donde participan los necochenses: en cuanto se conoce alguna noticia resonante, la gente pide conocer nombres de los protagonistas sin importar si ello va contra la ley o si puede provocar un daño mayor a la situación general, aún cuando se invoca un bien mayor. Por ejemplo, con los 6 primeros nuevos casos de coronavirus en nuestro distrito, la presión social por saber los nombres de los infectados se amparaba mayormente en un deseo por saber si se había estado en contacto con ellos. 

El reclamo ganó la agresividad que sólo las redes sociales permiten y esa actitud se expandió tan rapidamente que las propias autoridades salieron a pedir calma a los vecinos.

"Los vecinos tienen una cuota enorme de responsabilidad a través del uso de las redes sociales para que no haya mala información, para que no estigmaticemos a las personas que hoy tienen CoVID positivo porque muchas veces esa estigmatización, ese escrache social hace que la persona tenga más angustia por lo que está pasando en las redes sociales o los comentarios que por la propia enfermedad", indicó este jueves el intendente Arturo Rojas durante una cnferencia de prensa.

En el mismo sentido, la secretaria de Salud, Ruth Kalle, comentó que "es importante que la población tenga conciencia que nuestra única manera de obtener los datos fehacientes es con el interrogatorio".

Los reclamos para que se publicaran los nombres terminaron haciendo que algunos medios de comunicación locales, proclives a violar la intimidad de las personas y poner en la picota a vecinos de a pie, usaran las redes sociales para filtrar algunas menciones, algo que no hizo más que empeorar la situación. 

Las autoridades explicaron reiteradamente en las últimas horas que es importante evitar mencionar nombres de contagiados para evitar que el escarnio público los intimide. Si una persona que está infectada o está en aislamiento pero forma parte del mapa de contagios que está armando la Comuna se siente intimidada, puede que omita ciertos detalles vitales para realizarle un seguimiento al avance de la infección. 

Al conocerse el caso del baby shower fueron los vecinos infractores quienes sin necesidad de escarnio se presentaron ante las autoridades para brindar mayor información reconociendo su falta sin ser señalados como delincuentes; sin embargo, la catarata de insultos recibidos hizo que los primeros relatos ni siquiera contaran la cantidad real de personas participantes del convite.

Como la forma en que la Comuna puede seguir el avance de la enfermedad en el distrito es interrogando a los casos confirmados, la intimidación es altamente condicionante y se pide aa la población que evite propagar la información para evitar que se introduzcan elementos distorsivos a los relatos.

Más allá de las recomendaciones cautas que hacen las autoridades, la publicación de nombres de infectados o casos sospechosos configura un delito tipificado en la Ley de Protección de Datos Personales (Nº 25.326) y podría incluso decantar en demandas civiles de personas cuyos nombres se vean afectados por publicaciones irresponsables de terceros, como viene pasando en las redes sociales necochenses.

Publicar nombres de infectados es delito

La identidad de las personas que padecen coronavirus no puede ser revelada, excepto se cuente con el consentimiento explícito del paciente dado que de lo contrario se incurre en un delito grave. 

Así lo disponen las leyes vigentes en la Argentina. Y resto fue analizado y precisado por la Agencia de Acceso a la Información Pública (AAIP). 

En medio de los temores y la incertidumbre que genera el avance de la pandemia, muchos lectores han recriminado a los medios de comunicación en todo el mundo que identifiquen a los infectados como posibilidad de reaseguro para evitar un acercamiento a esas personas. 

Eso no solo no es posible sino que también, al menos en la Argentina, es ilegal. 

La AAIP comunicó que el tratamiento de información referida a la salud es una actividad que debe llevarse adelante con especial cuidado, respetando la privacidad de las personas, de acuerdo a la Ley 25.326 de Protección de Datos Personales.

En este sentido, la Agencia remarcó algunos de los principios fundamentales de la regulación vigente, en particular referidos a datos personales de salud:

Los datos de salud son una categoría de datos sensibles y en consecuencia merecen una protección más rigurosa (artículos 2 y 7 - Ley 25.326).

La divulgación del nombre de un paciente que padezca de coronavirus requiere de su consentimiento (artículo 5 - Ley 25.326).

Los establecimientos sanitarios y los profesionales de la salud pueden procesar y cederse entre sí datos de los pacientes, siempre y cuando cumplan con el secreto profesional (artículo 8 - Ley 25.326).

La obligación de secreto profesional subsistirá aun después de finalizada la relación con el paciente (artículo 10 - Ley 25.326).

Para usar la información del paciente con fines incompatibles con su tratamiento médico, se debe requerir su consentimiento pleno, libre e informado (artículo 4, inciso 3 y artículo 5 - Ley 25.326)

El Ministerio de Salud de la Nación y los ministerios provinciales se encuentran facultados a requerir, recolectar, cederse entre sí o procesar de cualquier otro modo información de salud sin consentimiento de los pacientes, conforme a las competencias explícitas e implícitas que les hayan sido conferidas por ley (artículo 5, inciso 2 b y artículo 11, inciso 3 b 
- Ley 25.326).

Cualquier persona que considere que su privacidad o sus datos personales están siendo afectados puede realizar una denuncia ante la Agencia.

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