Preocupación en el Parque Miguel Lillo: ¿Se están talando árboles vivos para repartir leña?
La pregunta flota en el aire y podría encontrar respuesta más pronto que tarde en virtud de algún comunicado oficial al respecto de este tema: diferentes agrupaciones ambientalistas reclaman explicaciones acerca de la tala de cerca de 100 ejemplares vivos de pinos en el parque Miguel Lillo.
Acompañando su denuncia con fotografías, las agrupaciones "Compromiso Costero", "El Parque no se Vende" y la "Asociación para la Conservación del Parque Miguel Lillo" efectuaron una recorrida por el lugar junto al ingeniero forestal José Garcés, quien pudo certificar que el corte fue sobre ejemplares vivos.
La gravedad del asunto radica en que sería la Comuna, a través de la Secretaría de Obras Públicas quien estaría detrás de la tala. Aunque la Comuna suele realizar raleos y remoción de ejemplares caídos luego de alguna tormenta, en este caso la sospecha apunta a que la Comuna estaría talando directamente los árboles vivos para repartir leña.
Una de las imágenes publicadas por el grupo de Facebook Necochea Ambiental (que agrupa a una serie de organizaciones ambientalistas de la ciudad) mostraba incluso un camión de la Municipalidad cargado de leña, saliendo del parque.
En el lugar de la tala, sobre el camino paralelo a avenida 2 detrás del viejo molino eólico, se pueden registrar hasta 85 pinos talados en un sector perfectamente sano del arbolado. Los ambientalistas pudieron certificar que de las plantas cortadas todavía brotaba savia, lo que indica que eran ejemplares vivos al momento del corte.
En el pasado reciente la gestión Rojas ya tuvo un primer roce con las agrupaciones ambientalistas sobre el manejo del parque. En el verano un incendio de causas desconocidas hizo que la Comuna abriera nuevas calles dentro de los terrenos del parque en cercanías a la zona de los campings sindicales.
En aquella oportunidad las autoridades alegaron que se trataba de la apertura de calles para el paso de eventuales rescatistas para casos de emergencias, aunque el criterio utilizado sería ampliamente debatido por las organizaciones ambientales.
Ahora el corte de ejemplares vivos mantienen en alerta a los ambientalistas, quienes analizan la posibilidad de realizar intervenciones como plantaciones a manos de los vecinos para reforestar espacios que lentamente van siendo desmontados por las diferentes gestiones comunales.
