Repudio al acto macrista con la simulación de cadáveres embolsados frente a Casa Rosada
El acto macrista del 27F, convocado inicialmente vía Twitter por la militancia digital del PRO, llegó a desbordar los límites del pensamiento democrático y presentó un lamentable episodio en el que se colocaron bolsas mortuorias simulando contener cuerpos humanos con carteles con los nombres de referentes de derechos humanos en el país.
Bajo las denominaciones "Los pibes de la Cámpora" o "Estela de Carlotto", los manifestantes depositaron los paquetes en la puerta de la Casa Rosada, en un desagradable gesto que mereció la omisión de buena parte de la cobertura periodística por un lado y el rechazo de las organizaciones de Derechos Humanos de todo el país.
En Necochea la Comisión por la Memoria Militante emitió un comunicado repudiando el "happening" que no fue más que una amenaza pública que excede la manifestación pacífica y configuró un mensaje que habrá de ser penado por la ley en casod e encontrarse a los responsables:
La Comisión por la Memoria Militante de Necochea repudia la modalidad de expresión pública de descontento que militantes y simpatizantes de Juntos por el Cambio realizaron el pasado 27 de febrero en la Plaza de Mayo, ocasión en la que se observó la utilización de bolsas mortuorias llevando el nombre de reconocidos referentes de organizaciones de derechos humanos.
En un país regido por la democracia la libre expresión es un derecho, la apología del delito, no. Expresar el deseo de muerte de referentes de derechos humanos que siempre pidieron justicia y nunca venganza por la tortura y desaparición de sus seres queridos en manos del terrorismo de Estado nos hace retroceder como país al momento de construir una sociedad respetuosa de las diferencias.
La presente ha sido una manifestación de odio y muerte que en nada aporta a la discusión plural y al disenso democrático; todo lo contrario, propicia el desencuentro, la descalificación y el repudio, al manifestar violencia simbólica que instala al “otro” en una bolsa mortuoria. ¿Qué lugar pretenden que ese “otro” les de en su discurso, en sus prácticas, en sus pensamientos ante tal aberración pública?
Estas manifestaciones de odio, esta apología del delito de lo que fue la práctica de eliminación del enemigo de la última dictadura cívico-eclesiástica-militar, deben ser investigadas por la justicia y conocerse sus impulsores y organizadores. Acciones de esta naturaleza, no pueden quedar impunes en nombre de la libre expresión.
Comisión por la Memoria Militante de Necochea
