Tiene cáncer de mama, es empleada hospitalaria y la sumariaron por quejarse en Facebook de los recortes en el Irurzun

La pulsión de la gestión de Arturo Rojas y la secretaria de salud Andrea Perestiuk por ficcionar una completa normalidad en el sistema de salud público local ya está rayando el surrealismo, no sólo por la negación sistemática del problema y la constante impostura proselitista para encarar los anuncios, sino por las persecuciones que desencadena cuando se eleva una voz crítica que le molesta, llegando incluso a aprovecharse de su poder para sancionar a parte de su personal que además son pacientes y que protestan con los recortes.

Fue el caso de María del Carmen González, quien es paciente oncológica y recibía atención en el Hospital Irurzun, donde también trabaja. Cuando María del Carmen recibió la noticia del inminente cierre del área de Oncología del hospital quequenense, advirtió de la situación a través de las redes sociales, provocando el enojo de la secretaría de Salud, que como toda respuesta comenzó con aprietes y amenazas a los empleados para que detuvieran lo que percibían como una "campaña" que no era más que la reacción normal de pacientes y trabajadores cuando ven bajo amenaza sus fuentes laborales o los servicios que reciben.

En su doble rol de personal hospitalario y paciente oncológica desde hace tres años, María del Carmen resultó una molestia muy grande para la gestión Rojas, por lo que se le inició un sumario administrativo por sus posteos en las redes sociales advirtiendo sobre la situación. 

El sumario (decreto Nº 3587), firmado en disconformidad por María del Carmen, que negó las acusaciones elaboradas por el Ejecutivo para iniciar el proceso, fue ordenado directamente por el intendente Rojas y la secretaria de Gobierno Gabriela Góngora, considerando que María del Carmen "se encuentra manteniendo una conducta que puede ser reprochable en caso de ser acreditada". En otras palabras, inició un sumario sin tener acreditadas las pruebas de su propia acusación.

Además, la Comuna consideró que "tal como surge de una primera lectura, mediante publicación en redes sociales ha emitido información falsa, "carente de sustento informativo de fuentes oficiales y totalmente erróneo, genera confusión, malestar, incertidumbre y angustia a las personas afectadas que hacen uso del mencionado servicio" -esto es, Oncología- como asimismo invita a la divulgación de dicha desinformación, lo que indudablemente desprestigia a la Municipalidad de Necochea".

Desafortunadamente la Comuna eligió una vez más un camino represivo para con su propio personal sin importar si el sumario lo inició incluso contra una paciente que recibió la información del cierre del servicio en Quequén a manos de los propios especialistas que están en el área. De hecho, ella misma se desempeña en el hospital Irurzun, por lo que con información oficial la Comuna parece referirse a su propio aparato de propaganda, que oficia de comunicación oficial con comunicado llenos de omisiones y de caracter puramente proselitista.

Resulta al menos curioso reconocer en el documento oficial ver a la Comuna invocando a la "información oficial" cuando su propia comunicación resulta ser en completo un dispositivo de propaganda electoral que suele funcionar omitiendo datos relevantes y proyectando mensajes que, lejos de informar, buscan publicitar "acciones" de gobierno para la campaña reelectoral de Rojas y su equipo. La desinformación en Necochea lleva años bajando a la población desde su propia web oficial, usada como plataforma de propaganda más que de comunicación oficial, sobre todo desde que Rojas asumió en la intendencia.

Más allá de las valoraciones subjetivas que pudieran hacerse sobre esa interpretación que hace la Comuna sobre la "información oficial", lo cierto es que la reacción a la medida no se ha hecho esperar y varias agrupaciones ya han expresado su solidaridad con la paciente/empleada, magnificando la visibilidad de un conflicto que va in crescendo.

Persecución a las voces críticas

Si algo ha caracterizado a la gestión Rojas es su completa intolerancia con la disidencia, algo que no ha dudado en mostrar cuando se escucharon voces críticas por diferentes temas a lo largo de los tres años que el intendente lleva en su cargo.

Ante cualquier protesta o pedido de informe, la Comuna ha sabido lanzar una y otra vez campañas de prensa adicta a la pauta oficial desprestigiando a unos y a otros, ataques con trolls en redes sociales y creación de operetas buscando condicionar la opinión pública cada vez que lo consideró necesario.

La persecución contra sus propios empleados ha abarcado el recorte de horas extra en el marco de negociaciones paritarias; el lanzamiento de noticias falsas para condicionar esas negociaciones y hasta el escarnio público sobre empleados acusados falsamente, como fue el caso del vergonzoso operativo policial dispuesto por una falsa denuncia de robo de comida en el hospital Ferreyra. Literalmente la gestión ha desplegado operativos de control sobre los empleados cada vez que se produjo una filtración en la prensa independiente: episodios de este tipo se han visto sobre todo en el área de Salud y en Tránsito, aunque también en Gobierno y en otras áreas.

Las víctimas de esos embates son tanto opositores políticos y empleados propios como algunos proveedores e incluso medios de comunicación. Con la llegada de Alejandro Silva al área de prensa municipal la primera medida que tomó fue la de suprimir el acceso a la información a periodistas y medios de comunicación que eran visibilizados como potenciales amenazas al cerco mediático que intenta imponer la gestión. Cuatro Vientos fue uno de los medios segregados sólo por publicar la interna entre los cuadros de Nueva Necochea durante el armado de listas en 2021.

Nuevo anuncio para la tribuna

En este marco, la decisión de acusar y sumariar a una paciente/empleada se complementó con otro anuncio de campaña del municipio con la intención de vincular la grave crisis en salud que atraviesa el municipio con sus gestiones para resolverla, por lo que la secretaria de Salud Andrea Perestiuk (una de las funcionarias más acusadas de destratos hacia el personal) esta semana anunció la incorporación de dos médicos que cubrirán un día a la semana servicios de ginecología y oncología en el Hospital Ferreyra de Necochea.

“Este nuevo personal se suma a otras incorporaciones que ya venimos haciendo en los últimos meses, porque además tenemos ochos médicos nuevos en la guardia, también con capacidad y bien formados, lo que nos permite tener la cobertura completa, con tres profesionales por guardia todos los días, lo que nos da la posibilidad de hacer la asistencia de la emergencia prehospitalaria”, señaló la funcionaria.

Lamentablemente las incorporaciones no han sido comunicadas oficialmente ni figuran entre los decretos emitidos por el Ejecutivo, por lo que las palabras de la funcionaria en la web oficial entran en una zona de dudas razonables que se traslucen en virtud de las quejas de los vecinos y la evidencia a la vista.

Antes de ordenar el sumario contra la paciente/empleada, Perestiuk había expresado su molestia con las revelaciones en reuniones privadas con el personal del Irurzun y había anunciado que la incorporación de un reemplazo para el oncólogo saliente en el hospital quequenense casi estaba asegurada. El "casi" fue omitido por la prensa oficial, que directamente salió a asegurar que la atención oncológica estaba garantizada.

Con constantes tergiversaciones y manipulación de los anuncios, la Comuna ha elevado la irritación de los empleados y pacientes del Irurzun, que ya saben que el servicio de Oncolgía será cerrado, obligando a los pacientes a trasladarse a Necochea para recibir tratamiento. En el camino la gestión de Arturo Rojas invoca de manera cínica a la "información oficial" tratando de instalar su relato como una verdad incuestionable y digna de crédito, aún cuando ni siquiera tiene argumentos en la mano y los vecinos y empleados ya se levantan en pie de protesta abierta.