Y DALE CON LA MOTO

Informe: Carrera de motos resistida en Costa Bonita, falta de permisos y las operaciones de prensa contra concejales

sábado, 7 de mayo de 2022 · 14:06

Una vez más la Comuna ha decidido lanzar operaciones de prensa contra la oposición en vistas de su imposibilidad de reconocer sus fallas e irregularidades. Una vez más, y como viene siendo desde 2020, el blanco ha sido la Unión Cívica Radical por hacer observaciones sobre la organización de una carrera enduro en Costa Bonita cuyos vecinos rechazan y ni siquiera cuenta con la totalidad de los permisos y gestiones que debe tener para llevarse a cabo.

Sucede que a través de la Comisión de Medio Ambiente que preside en el Honorable Concejo Deliberante, la concejal radical Felicitas Cabretón dio lugar al reclamo de vecinos que llevan años pidiéndole a la municipalidad que controle la circulación de motos por la localidad y los médanos aledaños. La situación de descontrol, que ya conoce numerosos lamentables accidentes en el lugar, ahora parece haber subido a la Municipalidad, que intenta acompañar la realización del evento de manera velada, tratando de impulsarlo a pesar de lo que tiene pendiente y que, en rigor de verdad, ya impediría que el evento se realice.

La carrera de motos fue anunciada hace tres semanas por medios de comunicación (no hubo comunicado oficial) por intermedio de Matías Sierra, quien garantizó a viva voz que sólo restaban algunos permisos y que estaba todo casi listo para una carrera de cerca de 200 motos y cuatriciclos. Curiosamente, Sierra apeló a conceptos nombrados hasta el cansancio por la gestión López de "romper la estacionalidad turística" con el evento. 

Sin demasiadas precisiones, la Comuna esperaba la aprobación final del Concejo Deliberante libre de cuestionamientos, dado que hay un sector público, la plaza de la virgen, que sería usado como boxes por los competidores. Sin embargo, las irregularidades que se presentaron, sobre todo por la falta de permisos que debe tener el organizador para usar pequeños terrenos privados en una porción del recorrido, encendieron las alarmas de la comunidad de Costa Bonita, que ya de por sí rechaza ampliamente el uso del lugar con vehículos a motor.

La molestia de los vecinos fue recogida por la concejal radical Felicitas Cabretón como presidente de la comisión de Medio Ambiente del HCD y se realizaron algunas reuniones para indagar en la cuestión. La molestia de los vecinos, que impulsó una junta de firmas digital y hasta fue reflejada en el diario local con varios testimonios, luego tuvo acompañamiento en la difusión de la protesta por parte de organizaciones ambientalistas de la ciudad como El Parque No Se Vende y Compromiso Costero. El apoyo de las organizaciones y la concejal al reclamo de los vecinos dio lugar a las ya obvias operaciones de prensa del municipio.

A través de su aparato de prensa la Comuna comenzó con insinuaciones sobre la negativa de algunos concejales a una "fiesta del deporte". Como la Comuna sabe que no cuenta con la totalidad de los permisos necesarios, las acusaciones contra los opositores se magnificaron de manera que la opinión pública encontrara responsables ajenos a la gestión municipal en caso de no concretarse el evento, la famosa "necochea del no", como los sectores más reaccionarios gustan de calificar a los cuestionamientos ambientalistas en la ciudad. 

 Mecanismos similares han usado cuando se interpusieron recursos judiciales en la intención de entregar parte del vivero municipal para canchas de tenis privadas en el parque Miguel Lillo o con el intento de venta forzada del Complejo Casino: en esas ocasiones las irregularidades de la Comuna resistidas por los vecinos son presentadas como si fueran ataques contra el avance de la ciudad. Lamentablemente fueron las acciones desacertadas de la Comuna y no las quejas u oposición que hubiera los factores reales que impidieron las concreciones. 

Posteriormente se lanzaron habituales cuestionamientos a los grupos ambientalistas por su acompañamiento a los vecinos, apuntando directamente (otra vez) a la responsable de Hidráulica en nuestra región, la ingeniera Susana Laborde, aparentemente sólo por el hecho de compartir en su muro de Facebook las quejas de los vecinos. Usando las mismas herramientas (comentarios en redes sociales, notas de opinión con firmas bajo pseudónimos y sin confirmación empírica de los datos publicados) también se lanzaron ataques contra la concejal radical.

Carrera floja de papeles

La única certeza real que hay detrás del embrollo y el ruido que ha decidido generar la Comuna y su prensa por el evento no sólo tiene que ver con la intención política de la gestión Rojas de construir enemigos que le permitan sostener una épica electoral, sino con que en realidad la organización del evento aún no ha terminado con las gestiones que debe hacer, principalmente, obtener el permiso de los dueños de algunos terrenos por donde pasa el circuito y la cobertura de la policía para cuestiones de seguridad.

Es que a las quejas de los vecinos canalizadas por el Concejo se suman irregularidades mayores: los organizadores de la carrera no sólo no obtuvieron aún los permisos de algunos privados, sino que además no contarían con cobertura de seguridad por parte de la policía dado que no presentaron la documentación pertinente para tener los adicionales. En el trasfondo, hay una interna en la federación que da marco al evento, con denuncias por fraude incluídas, lo que estaría imposibilitando la certificación de los organizadores frente a la policía.

Esa situación fue informada por la policía a la Municipalidad y debiera estar expresamente incluida en el expediente tramitado en el Concejo Deliberante para realizar el evento:

Es en ese contexto que la oposición de los vecinos hizo pie en el Concejo a través de la Comisión de Medio Ambiente, revelando así las irregularidades y planteando las incógnitas que además fueron acompañadas por agrupaciones ambientalistas. La preocupación no sólo tiene que ver con ruidos molestos o destrucción del ambiente natural, sino por la posible ocurrencia de accidentes y la responsabilidad civil que cabría en caso suceder, como pasó en una de las ediciones del Enduropale en 2017.

La respuesta de la Comuna, lejos de tratar de regularizar la situación, fue lanzar acusaciones a través de los medios de comunicación afines, en lo que parece ser su única herramienta política, sin ideas o propuestas superadoras cada vez que encuentra alguna dificultad.

Ciudad opereta

La gestión Rojas parece no conocer ninguna clase de límites cuando se trata de conseguir sus objetivos, sin importar si hay que cumplir la ley o responder a la verdad en su discurso o comunicados oficiales, tal como ya ha hecho notar en otras ocasiones como con las vacunaciones VIP, la fiesta clandestina del intendente en plena pandemia o algunos negocios y contrataciones dudosas por las que no termina de dar respuestas.

Para cada situación la Comuna usó un amplio dispositivo de prensa que repercutió operaciones de prensa contra cualquiera que hiciera alguna observación corriéndose apenas un casillero de lo que espera el municipio que se conozca, percibidos inmediatamente como enemigos en la mesa chica del jefe comunal. Por alguna razón, el gobierno municipal está altamente preocupado por posibles operaciones de prensa en su contra, que nunca suceden ni nadie promueve.

En ese contexto, la gestión Rojas sí suele lanzar operaciones y su blanco preferido ha sido la UCR, un sector político de peso propio que en la Comuna ven como el único potencial riesgo a sus aspiraciones reelectorales del año que viene. En 2019 el radicalismo era aliado del intendente en Juntos, cuando el jefe comunal llevó adelante una intensa campaña en la que no faltaron múltiples operaciones de prensa contra su antecesor, Facundo López. El temor de Rojas y sus funcionarios es que ahora esas operaciones que lanzaron en el pasado encuentren una devolución de sus ex aliados y no duda en señalar a cualquiera que le parezca sospechoso de hacerle el "caldo gordo" a los opositores.

Más precisamente, los blancos de sus ataques en esta nueva etapa han sido la concejal Cabretón, el concejal Gonzalo Diez y el presidente del comité radical Emiliano Abasolo, Alberto Esnaola. Visto en clave electoral, estos movimientos podrían estar anticipando una potencial interna en Juntos entre el radicalismo y Nueva Necochea.

Con los radicales en la mira, la intención de la gestión Rojas ha sido construir al centenario partido como un enemigo secularizado y escondido que maquina en soledad y en su contra para detener cuanto proyecto se presente, algo que no sólo no responde a ninguna verdad objetiva contrastable (esto se puede observar en el archivo del Concejo Deliberante, donde la participación positiva del bloque radical ha acompañado, no sin algunas observaciones, la inmensa mayoría de las propuestas del Ejecutivo) sino que además está proyectado desde un costoso e ineficiente aparato de prensa financiado exageradamente con  dinero público.

Así las cosas, la Comuna trata de usar su propia desprolijidad al impulsar eventos resistidos y flojos de papales como arma arrojadiza contra quienes razonablemente expresan la preocupación no sólo por el interés de vecinos movilizados desde hace años por esta cuestión, sino también por quienes percibe como amenazas a sus intereses reelectorales en 2023. De turismo, desarrollo o medio ambiente, la Comuna ha dicho poco y nada en esta ocasión y apuntó todos sus cañones a la rosca política.

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