Municipales re calientes: Con el quite de bonificaciones "le metieron la mano en el bolsillo al trabajador"
La necesidad de la gestión del intendente Arturo Rojas de mantener su imagen de gestor a cargo de "obras que transforman" (?) se basa tanto en su capacidad de emitir propaganda (128 millones de pesos para este año en publicidad en medios de comunicación vinculados a sus propios funcionarios) que se vio en la obligación de imponer recortes salariales injustificados que, a la postre, dañan seriamente el frágil poder adquisitivo de sus empleados.
Es que con el depósito de los salarios de enero trabajadores de diferentes áreas vieron que las sumas percibidas estaban incluso por debajo de los niveles de diciembre, aún cuando se suponía que el Ejecutivo había concedido una recomposición del 13% acordada en paritarias para este mes.
El recorte se debió a que el Ejecutivo decidió unilateralmente quitar bonificaciones a un número indeterminado de empleados, como los que perciben los camioneros o los empleados de obras sanitarias por "tareas riesgosas", los que se pagan por "nocturnidad" a algunos turnos de enfermería en los hospitales o incluso el pago por el bloqueo del título a profesionales que se desempeñan en una dependencia municipal. La medida ni siquiera fue anunciada con antelación y fue tan arbitraria que en el sindicato la calificaron directamente como "meterle la mano en el bolsillo a los trabajadores".
La protesta del Sindicato de Trabajadores Municipales de Necochea se basó en que las bonificaciones por uso y costumbre se habían convertido en parte del salario de los empleados, por lo que el retiro arbitrario de las mismas sería directamente inconstitucional. Hace tan solo dos años el Ejecutivo reconoció que mandar a manejar los camiones municipales a sus empleados es una "tarea de riesgo", algo que quedó más que claro luego del episodio que le costó la vida a una motociclista en Quequén atropellada por un camión municipal que no tenía frenos, ni VTV al día, entre otras irregularidades.
Ante las crecientes protestas de los empleados, que fueron registrando los recortes en sus cuentas bancarias a lo largo del día miércoles, el Sindicato envió rápidamente una nota al Ejecutivo pidiendo que retrotraiga la medida, algo que no sucedió y encendió aún más los ánimos.
Según pudo saber Cuatro Vientos, la Secretaría de Gobierno intentó usar el restablecimiento de las bonificaciones como una suerte de "moneda de cambio" para las negociaciones paritarias que se esperan en marzo, algo que generó indignación en los representantes sindicales, que convocaron a asambleas que se celebraron en las dependencias más afectadas por la medida.
Desde las 19 horas fue convocada una asamblea en la que está sobre la mesa la posibilidad mínima de realizar una marcha y quite de colaboración para todos los afiliados del Sindicato y con una seria posibilidad de iniciar un paro hasta que se restablezcan las bonificaciones retiradas.
Personal de los dos hospitales municipales (Dr Emilio Ferreyra y José Irurzun), de Obras Sanitarias, del Corralón Municipal y algunos en Tránsito se vieron afectados y ya estaban dispuestos a iniciar el paro de actividades, aunque finalmente la promesa del Ejecutivo de rectificar la medida y depositar los faltantes dejó todo en suspenso.
La relación entre los municipales y el Ejecutivo se ha deteriorado ostensiblemente a lo largo de la gestión de Rojas al frente de la Comuna. El pago en término de los salarios y unas pocas reivindicaciones fueron el único mérito del intendente, que obtuvo con eso negociaciones paritarias atrasadas con respecto a la inflación y se permitió destratos varios sobre la planta de empleados que parece ir camino a la debacle con las constantes avanzadas del Ejecutivo.
En algunas declaraciones representantes del Ejecutivo insinuaron que el quite de las bonificaciones respondía a un estudio que comenzó a evaluar la correspondencia de algunos importes que se pagan a los empleados y que la reacción tuvo intencionalidad política. Lo cierto es que el quite del casi 20% a un salario de 70 mil pesos no causaría gracia a nadie y obviamente generaría una reacción inmediata.
A pesar de la intención del Ejecutivo de politizar el tema, no se descarta que la medida haya sido tomada para medir la intensidad de la respuesta o la capacidad de movilización de los trabajadores, sobre todo si se tiene en cuenta que se insinuó la posibilidad de usar las bonificaciones para negociar más adelante. En cualquier caso, la Comuna busca ahorrar en el personal mientras dispone gastos millonarios para promover la campaña reelectoral del intendente.
Aunque el Ejecutivo se sigue moviendo como si aún contara con la displicencia de sus empleados, el pago en término ya no se percibe como mérito de la gestión sino como una obligación restablecida que no quita los demás deberes del Ejecutivo para con el personal a su cargo. Y esto es algo que ahora el Sindicato está dispuesto a hacer valer, analizando entonces nuevas medidas de fuerza y movilizaciones.