Todos metidos: Hasta la Dirección de Juventud de la Municipalidad publicita la Bresh en el parque
Protestas desoídas, debate sesgado por la propaganda, acusaciones cruzadas y una buena dosis de ocultamiento oficial caracterizan los esfuerzos que hace el gobierno municipal para imponer la celebración de una fiesta masiva en terrenos otorgados en concesión para practicar deporte.
A las fallidas explicaciones del concejal Guillermo Sánchez, uno de los principales motorizadores del evento, que intentó justificar que la concesión está usando el predio para un uso no permitido (algo que incluso podría costarle la recisión del contrato al club), ahora se suma el uso de recursos municipales para promover el evento privado, llegando así a cruzar un nuevo límite y confundiendo la actividad privada con la gestión pública.
Si bien todo el tono de la gestión Rojas ha sido siempre que el estado municipal se mueva en función de los intereses privados de sus empresas amigas y funcionarios, no siempre estaban involucradas todas las áreas del gobierno para dar impulso a iniciativas que, además de fuera de norma, están siendo fuertemente resistidas por la población, que mira sorprendida como se intenta legitimar una fiesta con alcohol en un predio cedido por la municipalidad sólo a los efectos de realizar prácticas deportivas.
A las gestiones personales del intendente Rojas para conseguir de urgencia una habilitación para que la fiesta pueda vender bebidas alcohólicas (algo que por ahora no puede a pesar de la desinformación oficial y los anuncios de la organización del evento), se sumaron los ataques del concejal Sánchez contra las múltiples voces críticas que se han elevado y el intento de legitimación de la Secretaría de Legal y Técnica con un informe que intenta justificar el cambio de uso de la concesión.
Además, no están del todo claras las diferencias entre la productora local del evento "Lobo Produce" y el subsecretario de Comunicación de la Comuna, Alejandro Silva, ya muy cuestionado por su rol en la contratación de escenarios en fiestas municipales, con serias sospechas de sobreprecios en los contratos.
Toda la suma de factores dan a entender alguna de estas dos cosas: o el negocio es lo suficientemente grande como para tentar el movimiento de toda la maquinaria municipal en favor de un privado en tierras públicas facilitadas por alguna clase de interés extra o la gestión Rojas ha tomado la situación como una oportunidad de construir una épica que lo habilite a lanzar acusaciones usando las críticas como la justificación de todo lo que no ha hecho a lo largo de su mandato. Después de todo, además de las luces que puso el gobierno nacional y otras micro obras cosméticas, la gestión Rojas tiene poco y nada para mostrar en su campaña reelectoral y necesita señalar a alguien por su bastante flojo desempeño.
Más allá de ese análisis, la Comuna no ha mezquinado esfuerzos en romover el evento privado, al que descaradamente han calificado como un "evento social" comparable a un casamiento o un cumpleaños, y desde diferentes áreas municipales han usado recursos del estado para promover la fiesta, casi como si se tratara de una fiesta propia
Tanto el área de Turismo como Juventud usaron sus redes sociales para promover la venta de entradas de la fiesta Bresh. Los ingresos estimados por la fiesta podrían superar los 10 millones de pesos (entre entradas y venta de bebidas) por lo que los intereses en llevar adelante el evento no son pocos y, desde la perspectiva de la gestión Rojas, pareciera que se legitima pasar por alto las normas, los usos del parque, las autorizaciones necesarias y demás gestiones obligatorias para cualquier hijo de vecino que intente llevar adelante un evento de esta magnitud.
Así las cosas, diferentes áreas municipales se plegaron al aparato de propaganda municipal (pagado con dinero de los contribuyentes con autorización de uno de los interesados en que se realice la fiesta) y funcionan en tandem para conseguir que el evento privado en un club que concesiona terrenos públicos y que no cuenta con los permisos pertinentes pueda conseguir llevar adelante el negocio. La insistencia municipal a pesar de las protestas y la falta de transparencia alrededor de todo el asunto eleva las sospechas sobre la posibilidad que haya un negociado por detrás que está llegando al punto de poner en peligro una concesión que fue otorgada para la práctica de deportes de jóvenes de todo el distrito.