Empezaron a fallar las LED: ¿Quién se hará cargo de los recambios?

Esta mañana el diario Ecos Diarios publicó en un reporte bajo el título genérico "Sectores con falta de luminarias" una compilación de datos que dan muestra de las fallas que hay en el sistema de iluminación en diferentes barrios de la ciudad.

Puntualmente el diario señaló que existen "espacios oscuros producto de luminarias que están quemadas y que nunca se arreglan y que cuando se juntan más de dos sin funcionar se vuelven un problema para los vecinos".

Para ejemplificar, se mencionaron algunos espacios, como la avenida 2, entre 71 y 63 y la calle 63 entre 2 y 10; el puente Dardo Rocha, que además de estar en pésimas condiciones estructurales y representa un verdadero riesgo de derrumbe, tiene luminarias quemadas y algunas directamente ni siquiera fueron reemplazadas; la Avenida Almirante Brown en el tramo más cercano al puerto; y en la PLaza San Martín, donde el cono de sombra afectó la actividad de comerciantes y artesanos durante la temporada.

A pesar de las quejas de los vecinos al municipio y a la Usina, durante la temporada de verano no hubo mayor reacción de las autoridades, que entró en un letargo en el que no sólo los recambios de luminarias están postergados, sino la concreción de algunas de las obras que ya debieran haberse terminado y parecen estar siendo dilatadas para entrar en el cronograma de la campaña reelectoral del intendente Arturo Rojas.

Por otra parte hay que aclarar que si bien la responsabilidad es compartida entre la Usina Popular Cooperativa Sebastián de María  y la Municipalidad de Necochea en materia de alumbrado público en las calles, en los hechos la mayor parte de la responsabilidad (por no decir toda) recae sobre el intendente, dado que su partido "vecinalista" Nueva Necochea, controla a través de ex funcionarios municipales la mitad del Consejo de Administración de la cooperativa eléctrica. Así que si bien en lo formal son dos instituciones diferentes que trabajan mancomunadamente, en la práctica responden al mismo mando, situado en el sillón del intendente.

También es de destacar el conflicto que está pronto a suceder: aunque el intendente municipal y su equipo de gobierno y propaganda han sacado provecho político del recambio de luminarias en la ciudad, lo cierto es que las LED que se instalaron en las avenidas forman parte de un programa nacional de recambio que se hizo en todo el país, con financiación directa de las provincias. En Necochea el intendente mantuvo solapada esa situación y los carteles de obra se vieron menos que las menciones que hicieran en el Municipio de la financiación obtenida.

A su vez, el recambio de luminarias en las calles internas de la ciudad formó parte de una iniciativa por medio de la cual el municipio sólo se limitaba a formar expedientes en los que se aglutinaban a frentistas que se organizaban y terminaban pagándose el recambio de luces en convenio directo con un proveedor. Así fue como  cada vecino frentista que vio el recambio de luces en su cuadra lo hizo porque pagó por ellas un extra aparte del pago del alumbrado que viene normalmente en las tasas urbanas.

Esas mismas luces en las calles internas también han comenzado a fallar en diferentes puntos de la ciudad y caben una serie de interrogantes: si las luces fueron pagadas por el gobierno provincial y los vecinos a través de un programa de excepción, ¿de quién será la responsabilidad de financiar los recambios? ¿Cada vez que haya una falla los vecinos deberán volver a pagar nuevas lámparas, aún a pesar de estar pagando el servicio a través de las tasas? ¿No representa un peligroso antecedente la "normalización" del pago extra de luminarias por vía de convenio teniendo en cuenta que ese servicio se supone que ya es abonado por otras vías?

Al igual que otra serie de servicios como el apisonado de calles o el intento de extender la red de agua en avenida 91 pagado por frentistas, la gestión del intendente Arturo Rojas, que por lo demás impuso fuertes aumentos de tasas al comienzo de cada uno de los años que lleva de mandato, ha ido naturalizando el pago extra de servicios que ya se están cobrando y no se estaban brindando: en lugar de usar los fondos recaudados a tal efecto para hacer lo que debe hacer, la gestión se puso en un rol de "gerenciamiento" que además de cobrar como venía haciéndolo, impuso un modelo de "privatización secularizada" en el que los servicios se pagan dos veces y las responsabilidades quedan diluídas. A eso, el intendente y su equipo lo llama "uso eficiente de los recursos".