Embellecimiento de la Plaza Dardo Rocha: Todavía no se inauguró y ya se rompieron las veredas

Los síntomas de crisis de la política de maquillaje y make up de Nueva Necochea se hacen cada vez más evidentes y el aparato mediático montado desde la oficina de propaganda de Arturo Rojas no alcanza para enmascarar lo que se puede apreciar con solo caminar por las calles.

Ayer dábamos cuenta en Cuatro Vientos de la oscuridad que presentó La Rambla durante el fin de semana de Pascuas, fecha clave para el turismo local. Ahora es la Plaza Dardo Rocha la que sirve de escenario para diluir el discurso desarrollista de la propaganda oficial.

Durante 2021, la Muni apuntaló su relato a partir de la obra de embellecimiento de la Plaza Dardo Rocha. Durante meses fue soltando notas mediáticas en su portal oficial –que se replicaban tal cual en los medios paralelos de sus funcionarios- con los avances de lo que calificaron como “la obra que marcará un antes y un después para el distrito”.

En concreto, el Municipio encargó a la empresa Kosko SRL, quien trabajó en conjunto con personal del Corralón, una remodelación integral de la plaza central de la ciudad. El proyecto incluyó, citando información oficial, “el recambio total de las veredas internas, recambio de juegos, obras de accesibilidad para personas discapacitadas, sendas peatonales, sectores verdes, nuevo mobiliario, espacios estancos destinados a la recreación y resguardados por la vegetación, iluminación LED y cestos, entre otras cuestiones estéticas”. Además, para el diseño paisajístico contaron con la colaboración del periodista Juan Miceli.

Para llevar a cabo esta transformación, el Fondo de Infraestructura Municipal 2021 desembolsó unos $17.829.362.39. Asimismo, para el control de esta y otras obras se contrataron a arquitectos ligados a las empresas constructoras que terminan ganando las licitaciones.

Desde el período de campaña de las elecciones de medio término de 2021 en adelante, los trabajos se aceleraron y ya avanzado el 2022 quedó prácticamente terminada la obra. Sin embargo, pese a los esfuerzos que hizo el sistema propagandístico del Intendente por darle trascendencia, nunca se inauguró y sencillament6e comenzó a ser utilizada.

Luego, el tema se fue diluyendo y la obra, que venía a cambiar el distrito, curiosamente salió de la agenda pública sin una inauguración oficial. En paralelo, el movimiento de obreros en la plaza fue menguando hasta desaparecer, con el proyecto, a la vista, ejecutado casi por completo. Por lo tanto, cualquiera podría creer que la obra finalizó. Entonces, el que calla otorga.

Así surge un primer interrogante: ¿Por qué no hubo inauguración oficial?

Pero el tiempo pasó y uno puede disfrutar de una plaza visiblemente renovada, con juegos nuevos, nuevo diseño de sendas y veredas y luces LED. Sin embargo, si uno presta atención a las veredas, puede notar el llamativo deterioro que han sufrido pese al poco tiempo que tienen.

En algunos sectores el cemento se está agrietando y los bordes se resquebrajaron. Incluso, en uno de los juegos puede verse cómo ha ido desapareciendo la capa superior de la carpeta, que se ha desgranado al punto de convertirse en un suelo demasiado peligroso para los niños y las niñas que acceden a la calesita integradora que está emplazada arriba. Esto también puede verse en la carpeta de otros juegos.

Aquí surge un segundo interrogante: ¿Qué material se usó para las veredas y las carpetas de la Plaza Dardo Rocha?

Como se mencionó antes, el municipio delegó el control de las obras en un grupo de arquitectos que, casualmente, están ligados a las empresas adjudicatarias. Por lo tanto, no fue el Estado quien controló que se hayan utilizado los materiales correspondientes para ese tipo de obras, tanto en cantidad como en calidad; que se hayan cumplido los plazos estipulados y demás detalles, sino que fueron los propios contratistas, que sin ninguna clase de supervisión estatal, habrían ahorrado en materiales que ahora comenzaron a agrietarse.

Esto, puede dar una idea de por qué, en tan solo algunos meses, las veredas y las carpetas de la plaza principal de Necochea exhiben tal deterioro. Asimismo, este problema no es exclusivo de la plaza. El mismo estado presentan las veredas nuevas de avenida 2, que en el sector comprendido entre 71 y 67 no están terminadas, y las veredas aledañas al cartel de Necochea que está en la playa, a la altura de Sotavento.

Pero este tipo de problemas tampoco es exclusivo de Nueva Necochea. Ya se veían este tipo de resultados durante las gestiones de José Luis Vidal y de Facundo López. Fue el propio Vidal el que anunció con bombos y platillos un embellecimiento de la Villa Balnearia que omitió recapar el asfalto de algunas calles. Y en el caso de López, un error técnico de uno de los ingenieros municipales dejó como saldo la obra de la avenida 75 sin terminar.

Con estos datos, vale la pena preguntarse si no sería bueno que el Estado Municipal garantice que las obras, para las que destina dinero y personal, puedan perdurar en el tiempo. Eso, teniendo en cuenta que tiene facultades y recursos para hacerlo.