CENTRO DE MONITOREO

¿Cuál fue el negocio?: La Muni pasó de anunciar 110 cámaras a mencionar que hay "más de 200"

martes, 23 de mayo de 2023 · 11:12

Finalmente, tras casi dos años de promesas dilatadas para ajustar la inauguración a la campaña del intendente Arturo Rojas, se presentó la semana pasada el traslado del Centro de Monitoreo de Cámaras de vigilancia que funcionaba desde 2018 en el primer piso del Centro Cívico.

El conveniente atraso para la presentación del traslado, que en 2018 tomó menos de 6 meses de concreción, para el caso de Rojas siguió un camino tortuoso, con la reiteración de promesas en medio de una ola de inseguridad que el municipio dejó crecer tanto que no tuvo más remedio que adelantar la inauguración, pautada originalmente para llegar en el punto álgido de la campaña. Esto no fue así y ahora la propaganda municipal usa todos sus medios para imponer otro relato engañoso.

Sucede que luego de las dilaciones, que incluso tuvieron lugar para tener un año prácticamente inactiva a la secretaría de Gobierno en este tema, cuando Gabriela Góngora estaba al mando. A propósito, no faltaron las internas dentro de Nueva Necochea al respecto del traslado del Centro de Monitoreo y en los pasillos las miradas recriminatorias apuntan al secretario Martínez como artífice de supuestas operaciones para desestabilizar a Góngora. Además del centro de monitoreo, la Muni prometió durante toda la gestión la llegada de la Policía Montada a una base en el parque Miguel Lillo, una instalación simple de módulos de containers que también lleva una dilación que se ajusta a la agenda electoral.

Pero las dilaciones no son los únicos factores que revelan el uso electoral que hace la campaña del intendente del tema de la seguridad: el número de cámaras que hay en la ciudad actualmente no está claro, no tanto porque no existan las constancias, sino porque el municipio deliberadamente está volcando información capciosa que no aclara las cosas y busca instalar datos que no son contrastados por nadie más que por los redactores del discurso del jefe comunal.

Es que a lo largo de todo el tiempo que se habló del tema, la Comuna fue modificando su discurso como si no fuera necesaria tener responsabilidad a la hora de comunicar. Son varios los factores que han construído la irresponsabilidad de la gestión Rojas a la hora de informar sus actos de gobierno, con la desaparición de expedientes, la mentira deliberada y un discurso capcioso que literalmente intenta manipular la opinión pública con fines políticos, todo financiado con dineros públicos y pautas oficiales.

En principio la gestión jamás reconoció que el Centro de Monitoreo ya estaba en funcionamiento e intentó presentarlo como algo nuevo. Cuando ya era evidente la mentira, el discurso giró y reconoció que se trataba de un traslado, aunque ni siquiera reconoció abiertamente el estado de funcionamiento del lugar. La respuesta es simple: como el Centro se inauguró durante la gestión de Facundo López y el discurso de Rojas se basa en desestimar e incluso difamar a su predecesor, la cuestión ni siquiera ha sido mencionada, buscando así recoger méritos ajenos como propios.

Y el dato no es menor porque al momento de salir del gobierno, la gestión López dejó un centro de monitoreo funcionando con más de 80 cámaras conectadas de manera inalámbrica. Para su presentación Nueva Necochea obvió reiteradamente el dato para darle dimensión a su propio anuncio, en un nuevo intento por borrar el pasado y contarlo a su placer, casi como si realmente creyera que tiene atributos supernaturales que le permiten digitar la realidad cotidiana de los vecinos, algo que lamentablemente no alcanza para dar una respuesta real a los problemas del distrito.

Fue con ese pensamiento mágico que la gestión del intendente entonces no sólo borró el pasado, sino que se inventa un futuro que apenas si existe en el ámbito de las promesas: aunque en reiteradas oportunidades el oficialismo habló de 110 o 120 cámaras que serían revisadas en el Centro de Monitoreo (nótese la aclaración: serían revisadas, no instaladas desde cero), la imprecisión del número daba la pauta de lo capcioso de los anuncios. El Concejo Deliberante aprobó el uso de una partida extra de dinero para hacer el traslado y la compra de cámaras, aunque la cifra que constaba en los papeles es distinta a la que intenta presentar la Comuna.

Tras un año y medio de repetir que serían revisadas 110 cámaras (o 120, dependiendo el entusiasmo que tuviera quien prometía), con un acto con toda la pompa el intendente inauguró el traslado y la propaganda inmediatamente empezó a mencionar primero que había casi 200 cámaras y luego empezó a tratar de normalizar que son más de 200.

Así sin más, de la noche a la mañana el intendente y su equipo magnificaron su anuncio y duplicaron su promesa sin dar mayores explicaciones: las 110 (o 120, no se sabe) cámaras prometidas de golpe se convirtieron en 200. No hubo ninguna explicación oficial sobre ese cambio de discurso. Tampoco se escucharon declaraciones oficiales explicativas, por lo que se estima que se trata sencillamente de otra magnificación irresponsable de la campaña electoral del intendente, que busca hacer pie en un tema que el intendente dejó completamente abandonado en los casi 4 años que lleva de mandato. 

Por lo pronto se desconoce cuál ha sido el conteo de cámaras que realizó Nueva Necochea para hacer sus anuncios, aunque está claro que el crédito en materia informativa no es lo suyo, mucho menos la veracidad de sus anuncios, que de tanto marketing político se olvida que está prestando un servicio público y no es solamente una "unidad de negocios" como suelen achacarle a la gestión por su pulsión de sólo llevar adelante políticas que faciliten empresas de amigos o funcionarios.

Ahora la propaganda ya intenta imponer el número de 200 cámaras como real, aunque en los hechos no se ha mostrado ni una constancia formal. De hecho, la prensa municipal que reiteró hasta el cansancio el tema de las 110 (o 120) cámaras, luego sin más naturalizó las "casi 200" y ahora el Concejo Deliberante (bajo órdenes del oficialista Guillermo Sánchez) ya se animó a decir "más de 200" cámaras en un parte de propaganda destinado a publicar las fotos de los concejales en el Centro de Monitoreo, apuntalando la campaña del intendente.

Como sea, sin explicaciones oficiales ni informes adecuados sobre los actos de gobierno, las acciones del Ejecutivo limitan al HCD a trabajo de escribanía, la oposición política brilla por su ausencia y el trabajo de los medios de comunicación (casi todos pautados y convertidos en medios de propaganda) no cuestiona nada, no se pregunta y, por supuesto, tampoco construye audiencia ni credibilidad.

Una práctica habitual del intendente

Está claro que la transparencia y la credibilidad del intendente Arturo Rojas está por los suelos. Tantos años de campaña forzada y la presentación de cada cosa como un acción de gobierno, presentando trabajos de mantenimiento como "pequeñas obras que transforman" está llegando a un límite que la propaganda no llega a tapar. En lo que va de la gestión, reclamos de vecinos por salud e inseguridad irrumpieron con violencia en el despacho del intendente, que ha intentado desestimar todo proyectando sus propios defectos como si fueran ajenos: para Rojas, aunque tenga comprados a casi todos los medios de la ciudad, toda protesta o episodio que lo revela en su naturaleza es una "opereta" surgida de alguien en las sombras que quiere desestabilizarlo. 

En el medio, la población recibe el relato capcioso de la campaña del intendente, que multiplica solo y sin observaciones de nadie sus propias promesas, práctica que tiene sus antecedentes notorios en Nueva Necochea, con dos episodios puntuales que ejemplifican el asunto.

En 2019 en medio de una campaña sucia sin precedentes, desde Nueva Necochea se dedicaron a deslegitimar al ex intendente Facundo López en medio de acusaciones que crecían (igual que la promesa del monitoreo de cámaras) al calor de los chisporroteos que lanzaba la campaña de Rojas, financiada en aquella oportunidad con dinero público del Puerto Quequén.

En ese año, la campaña de Rojas insistía con acusaciones que duplicaron por ejemplo la deuda municipal: decían que la deuda era de 1000 millones cuando apenas superaba los 500 millones. Irónicamente quien si duplicó la deuda del municipio fue Rojas al concederle a la empresa de recolección de basura el pago de casi 1000 millones por un servicio que no se prestó, algo por lo que el intendente Arturo Rojas y el secretario Ernesto Povilaitis fueron denunciados penalmente en la Justicia.

En otra exageración de campaña, Nueva Necochea multiplicó a medida que pasaba el tiempo el número de funcionarios que le endilgaban a la gestión López: aplicando presión gradual, Nueva Necochea y el intendente llegaron a acusar a López de tener como 130 funcionario políticos, aunque oficialmente había menos de 50. Otra vez irónicamente Rojas no sólo no redujo la planta política sino que usó la instalación de sus acusaciones falsas para imponer nuevos nombramientos. Así, la planta política del intendente Rojas es la más grande de la historia del distrito, con 75 cargos disponibles, un 50% más que su antecesor. Desde luego, la construcción de la mentira de los 130 funcionarios de López solaparon los nombramientos que impuso Rojas.

De esa clase de mentiras y manipulaciones se está nutriendo actualmente el intendente Rojas para tratar de arañar una reelección que se ve cada día más lejana y sólo perceptible en la burbuja de la propaganda municipal. En el mientras tanto la población ve cada vez con más claridad que hay pocas concreciones en las promesas de un intendente que llegó prometiendo mucho más de lo que ha podido concretar y el resto, o lo magnifica y tergiversa, o sencillamente lo pone debajo de la alfombra y confía en que las protestas de los vecinos logren ser contenidas a fuerza de propaganda o directamente aplicando maltratos para desincentivar voces díscolas.

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