ESLABÓN PERDIDO
Submarino nazi: Preparan una nueva expedición al fondo del mar
Costa Bonita se ha convertido en el escenario de un enigma histórico que ha despertado la curiosidad de investigadores y aficionados por igual. El año pasado, un grupo liderado por la agrupación Eslabón Perdido hizo un descubrimiento asombroso: hierros retorcidos que podrían ser vestigios de submarinos nazis que buscaron refugio en estas playas del sur de América, huyendo de la derrota en la Segunda Guerra Mundial.
Dos submarinos, capaces de navegar sumergidos y cruzar el océano sin reabastecimiento, fueron entregados en el puerto de Mar del Plata, lo cual refuerza la teoría de la presencia de embarcaciones nazis en aguas argentinas. Sin embargo, los restos hallados en Quequén podrían pertenecer a una tercera nave. El escritor Abel Basti, es uno de los principales defensores de la hipótesis de que Adolf Hitler y su esposa llegaron a Argentina en estos submarinos. No obstante, abundan las pruebas de la muerte de Hitler, cuyos restos calcinados fueron encontrados en los jardines del búnker de la Cancillería en Berlín por los soviéticos tras el avance de los aliados sobre la ciudad.
El descubrimiento de los hierros retorcidos ha sido evaluado por el doctor Fabio Bisciotti, experto en identificación de embarcaciones naufragadas de la Segunda Guerra Mundial y miembro de La Liga Naval Italiana. Bisciotti confirmó que se trata de los restos de un submarino alemán de la época. Su pericia, respaldada por su vasta experiencia en la materia, añade más peso a la teoría de la presencia de submarinos nazis en las costas argentinas.
Ante este hallazgo, Abel Basti ya está planificando una nueva expedición para el próximo verano, con el objetivo de obtener imágenes más claras, realizar mediciones precisas y confirmar de manera fehaciente que se trata de una nave de origen alemán de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, Basti se ha encontrado con obstáculos en su camino. Según sus declaraciones a Infobae, las respuestas de la Prefectura no han sido satisfactorias e incluso intentaron cobrarles por el uso de los barcos para llegar hasta el naufragio. Basti asegura que la motivación de Eslabón Perdido es puramente histórica y no busca obtener beneficios económicos para ninguna empresa privada.
Ante la falta de respuesta de las autoridades argentinas, La Liga Naval Italiana ha presentado un escrito en el consulado argentino en Roma, dirigido al canciller Santiago Cafiero, ofreciendo su colaboración para intentar identificar los restos que ya han sido catalogados como un naufragio en las cartas náuticas del Estado argentino.
Mientras tanto, Basti continúa recopilando pruebas. Eslabón Perdido ha difundido una imagen captada por un sonar de barrido lateral de la Prefectura, en la cual se puede apreciar la silueta de la embarcación encallada frente a las costas de Quequén. Según Basti, las dimensiones de la silueta coinciden con las de un submarino, evidenciando su forma angosta característica de un U-Boot, a diferencia de un barco convencional.
La Prefectura tomó imágenes adicionales utilizando un Vehículo Operado en Forma Remota (ROV) y buzos sumergidos, lo que permitió confirmar la existencia del naufragio. Los restos se encuentran a una profundidad de entre 25 y 30 metros y consisten en una masa uniforme de hierros retorcidos.
Según Basti, existen documentos de la Armada Argentina que registran avistamientos y operaciones en el litoral marítimo que respaldan la teoría de que varios submarinos nazis llegaron a las costas argentinas. Según sus palabras, los submarinos fueron hundidos intencionalmente después de ser abandonados para no dejar rastros. Sin embargo, cuando Basti intentó acceder a la documentación desclasificada de la Armada, se encontró con negativas y obstáculos legales que le impidieron obtener la información deseada.
En paralelo, Fabio Bisciotti, jefe de Operaciones Submarinas de La Liga Naval Italiana, ha presentado un plan de acción de tres días para operar en aguas argentinas junto a Eslabón Perdido. La idea es llevar a cabo esta expedición a mediados de diciembre de este año, aprovechando las condiciones climáticas favorables. Utilizarán un sonar de barrido de triple haz que generará una imagen tridimensional de los restos, lo más parecida posible a una fotografía de alta definición.
A pesar de que la Prefectura aún no ha otorgado su aprobación para la expedición, Basti sostiene que nadie puede impedirles realizar un barrido con un sonar en la superficie del océano. Además, ya cuentan con todas las autorizaciones necesarias para tomar imágenes submarinas. El objetivo principal de la expedición será obtener imágenes detalladas de objetos como un supuesto periscopio y la escotilla, así como realizar mediciones precisas. Esto permitirá determinar con mayor precisión si se trata efectivamente de un submarino nazi y buscar evidencia de si fue hundido intencionalmente después de que la tripulación desembarcara.
El viaje durará tres días y se llevará a cabo en un barco prestado por una organización internacional, cuya identidad aún no se ha revelado. En la expedición participarán aproximadamente 15 personas, incluyendo dos buzos especializados en fotografía submarina. Además, tres miembros de Eslabón Perdido y dos especialistas europeos en documentación y material cartográfico formarán parte del equipo. Todos los participantes en la expedición trabajarán de forma voluntaria, motivados por el deseo de arrojar luz sobre los eventos históricos relacionados con la posible llegada de nazis a Argentina al finalizar la Segunda Guerra Mundial.
Las teorías sobre los destinos posibles de Hitler después de la guerra son variadas. Según la versión oficial de los aliados, Hitler se quitó la vida en el búnker de Berlín el 30 de abril de 1945. Sin embargo, existen rumores y testimonios que sugieren la posibilidad de que Hitler haya escapado y encontrado refugio en Argentina. Informes secretos de la Embajada estadounidense en Buenos Aires mencionan la llegada de un submarino, el U-530, antes de su rendición. Además, un informe del agregado militar de la embajada norteamericana en Buenos Aires en septiembre de 1944 señala la existencia de una gran colonia alemana en Argentina que podría haber proporcionado refugio a Hitler.
Incluso hay un documento desclasificado de la inteligencia de Estados Unidos fechado en octubre de 1955 que contiene las denuncias de un ex soldado de las SS llamado Philip Citroën, quien afirma que Hitler estuvo escondido en Argentina y luego se trasladó a Colombia. Estos indicios y testimonios han alimentado las especulaciones sobre la posibilidad de que Hitler haya sobrevivido y haya encontrado refugio en América del Sur.
La nueva expedición liderada por Eslabón Perdido y La Liga Naval Italiana se propone arrojar luz sobre la llegada de alemanes a Argentina después de la Segunda Guerra Mundial. A través de un equipo de alta tecnología y una cuidadosa documentación, esperan obtener imágenes e información precisa que pueda respaldar o refutar estas teorías históricas.
A pesar de la falta de respuestas oficiales y los obstáculos burocráticos que han enfrentado, Abel Basti y su equipo siguen comprometidos en su búsqueda de la verdad histórica. Con cada expedición y descubrimiento, esperan contribuir al conocimiento y comprensión de los eventos que rodearon el final de la Segunda Guerra Mundial y las posibles conexiones con Argentina.
El próximo verano marcará un nuevo capítulo en esta búsqueda incansable de respuestas. A medida que Eslabón Perdido y La Liga Naval Italiana se preparan para embarcarse en su expedición, el mundo aguarda con anticipación para conocer los resultados y descubrir si estos hierros retorcidos frente a las costas de Quequén son realmente los vestigios de un submarino nazi y, tal vez, una ventana a los eventos históricos que aún no han sido completamente revelados.