Medio Ambiente en Necochea: Todo lo postergado una vez más al Concejo Deliberante
Si hay un tema que el Municipio ha descuidado en los últimos años es el Medio Ambiente, algo que con los años ha ido acumulando problemas mostrando la evidente desidia y desinterés real de las distintas gestiones comunales por un tema que debiera tener una consideración más urgente.
Este martes 31 de Octubre de 2024 se realizó una reunión de la Comisión de Medio Ambiente del Honorable Concejo Deliberante,
siendo presidida por el concejal Julián Kristiansen (UxP-PJ). La comisión recibió a las vecinas Maria Sol Rivarola y Maria Eugenia Gutiérrez las cuales presentaron un trabajo de investigación sobre tres problemáticas muy puntuales en la ciudad, una es punta Carballido y el inconveniente de los efluentes cloacales, el otro es la contaminación ambiental por el uso de los agroquímicos y el último de los temas fue la erosión costera.
Los concejales elevaron lo presentado por las vecinas a la Secretaría de Planeamiento, Obras y Servicios Públicos del municipio para que den un informe y saber en qué situación está en cada uno de estos temas.
Es que si hay algo que el municipio no está atendiendo desde hace años es el tema del Medio Ambiente. Es más, la actual gestión municipal se ha comportado de manera muy hostil sobre este tema, no sólo con el descuido habitual de todas las gestiones, sino aportando aún más problemas por su propio interés político.
Sucede que en Necochea existe uno de los basurales a cielo abierto más grandes del país y luego de cinco años de promesas y una renegociación del contrato de recolección de basura llena de puntos negros, la Comuna renovó el servicio a la misma empresa que lleva décadas contaminando el suelo e incumpliendo sus obligaciones.
Tal es así que en 2022, mientras todos festejaban el Mundial de Fútbol y se preparaban para las fiestas de fin de año, aprobó un nuevo contrato reconociendo una deuda por mil millones de pesos por un servicio que nunca se brindó y prometiendo una planta de separación de residuos que al día de hoy sigue siendo un galpón vacío. Obviamente, la montaña de basura sigue creciendo y las quemas frecuentes producen columnas de humo que incluso llegan a tapar la visibilidad de la ruta 228. La pulsión de hacer propaganda positiva de cada una de las cosas que hace, pone ahora en aprietos al intendente, que hace más de un año que debiera haber conseguido que la empresa cumpliera con las obras pautadas.
Todo parece indicar que la misma empresa hará una vez más lo mismo y que la planta de tratamiento de residuos siga postergada. En la mirada más optimista, el próximo año electoral podría llegar a publicarse alguna foto del galpón anunciando una puesta en marcha a medias, en una "primera etapa" ocultando lo evidente del incumplimiento.
Otra cuestión que sigue olvidada es la planta de efluentes cloacales. A cinco años de gestión, el Municipio ni siquiera ha comentado el tema. Es más, el caño de Punta Carballido sigue deteriorándose al punto que los efluentes ya se derraman directamente sobre la playa y toda la acción de la Comuna fue enviar máquinas a tapar el lugar de arena para que los vecinos no vean el desastre desde el camino costero. En el pasado se había instalado un cartel para señalizar el peligro por la contaminación, aunque la actual gestión mandó a retirarlo.
Siendo los dos temas de mayor envergadura, ambos problemas no sólo no han sido resueltos o mitigados, sino que la gestión del intendente Arturo Rojas ha puesto esfuerzo en ocultarlos: el contrato de la basura se aprobó mientras nadie prestaba atención y se le otorgó a la misma empresa que viene haciendo el desastre que hay ahora en el viejo camino a La Dulce; la planta de efluentes cloacales ni siquiera conoce alguna declaración seria del intendente y todo lo que se ha hecho fue tapar de arena el problema.
Así las cosas, el informe de las vecinas puede llegar a generar un pedido de informes al Ejecutivo por parte de los concejales, pero se necesita mucha más decisión política para avanzar en esta clase de cuestiones, siempre tan relegadas por la clase política y atacada por su militancia. Después de todo, cada vez que un grupo ambientalista hace un reclamo, el municipio despliega su maniqueísmo y difunde las teorías de "la Necochea del No", que descalifica a los que advierten de los problemas poniendo a las víctimas (los vecinos) en el lugar de los victimarios (la municipalidad y su desidia).