30/04/2025 - Edición Nº140

Sociedad

Alerta gamers: Advierten que los juegos adictivos pueden convertirse en un trastorno mental

02/03/2022 |



Los videojuegos y pantallas pueden convertirse en un excelente medio recreativo para combatir los niveles de ansiedad, angustia y estrés, que se dispararon enormemente por causa del Covid-19. Pero es fundamental establecer límites adecuados de uso y consumo.

La comunidad gamer carece de fronteras y no para de crecer: en Argentina son más de 19 millones de jugadores (alrededor del 42% de sus habitantes) y hubo un aumento del 20 por ciento en la cantidad de gamers durante la pandemia, según datos de la Asociación de Deportes Electrónicos y Electromecánicos de Argentina.

La adicción a las pantallas pasa más desapercibida que otras adicciones, pero es igual de peligrosa. El uso incorrecto y desmesurado de las nuevas tecnologías afecta la salud física de los jóvenes, y se convierte en una causa de sobrepeso y sedentarismo, además de tener efectos negativos en las horas de sueño.

Sonia Herrero es Magister en Psicología y Directora de LARHED Mar del Plata, organización especializada en el tratamiento de adicciones y al ser consultada por la adicción a los videojuegos dijo que es un trastorno que tiene síntomas y signos que hacen que pueda diagnosticarse como un cuadro clínico. Es una adicción no química, aclara.

La profesional explica que este tipo de adicción es “todo lo que implica un trastorno del control de los impulsos y de desregulación emocional donde la persona pierde el control o el freno inhibitorio que hace que pueda manejarlo”. “La compulsión es lo que te indica que la persona perdió el control”, agrega.

En ese sentido, Herrero señala que “la persona esta mucho tiempo pensando en eso, tiene pensamientos automáticos de tipo obsesivo en detrimento de otro tipo de actividades, de situaciones y de relaciones y donde sí o sí lo tiene que hacer”.

Y una vez que desarrolla esos pensamientos, “después no tiene el control de la cantidad de tiempo, es como ilimitado, nunca le alcanza, y si no lo hace tiene síntomas como aburrimiento, inquietud, intolerancia, fastidio e irritabilidad”. “Eso te está indicando –define- que necesita volver a su objeto de consumo para restablecer el equilibrio perdido en la química cerebral”.

“Por supuesto que no se da cuenta porque es una conducta obsesiva y compulsiva donde son los otros los que se dan cuenta que su vida gira alrededor a esa conducta y ese objeto de consumo”, agrega.

Hubo iniciativas legislativas para tratar la cuestión, aún sin resultados concretos. En 2018 se presentaron tres proyectos en el Senado bonaerense.

Uno de ellos establecía la incorporación dentro del sistema educativo de programas de prevención sobre esta y otras adicciones, pero fue archivado en 2020. Desde ese año también da vueltas un proyecto para crear campañas de prevención y concientización sobre el uso nocivo de videojuegos.

En 2018, se presentaron 3 proyectos en el Senado pero ninguno prospero´. Según Sonia Herrero, crear campan~as de concientizacion sería un buen avance para instalar el tema en agenda. 

Lo primero que hace falta es concientizar a la población. Debería haber campañas como mínimo para alertar e instalar el tema en agenda.

Desde el Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Defensoría de Pueblo de la Provincia, elaboraron –junto con el Observatorio de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes- una “Guía de Seguridad y Desescalada Digital” para “contribuir al uso responsable y moderado de videojuegos, en vistas principalmente a lo que será la pospandemia”.

Tips

Observate. Identificá qué cosas hacés con el celular, las redes sociales o los videojuegos que antes del confinamiento no hacías. Detectá las áreas de mejora y suprimí conductas adquiridas: dormir con el celular, cambios de horarios por jugar o visitar sitios de streamer.

Conocé bien tus rutinas. De los cambios observados, centrate en aquellos rutinarios que implicaron el aumento del uso de pantallas. Tratá de conocer qué los provocó y cuándo se agudizan.

Establecé tus objetivos. Fijá de forma realista pero ambiciosa la nueva situación deseada tras el proceso de desescalada, para volver a un uso habitual o moderado, con objetivos parciales.

Generá una estrategia. Cambiá costumbres, recuperá horarios habituales a tus actividades, medí los avances. Creá rutinas de ocio no digital, desactivá notificaciones o dejá el celular fuera de tu vista.

Compartí tus metas. Hacé conocer a tu entorno tu voluntad en cambiar ciertos hábitos, y pediles colaboración.

Revisá tu plan. Periódicamente medí los avances, identificá y cambiá lo que no va bien.