Una sesión de tatuajes se convirtió en una pesadilla horrorosa para una joven de 20 años, que llegó a un estudio ubicado en el barrio Florencio Sánchez de la localidad balnearia por recomendación. Allí, lo que parecía una sencilla experiencia se convirtió en un calvario. Primero, el tatuador, de 30 años, comenzó derivando la charla a temas de índole sexual. Luego, cuando la víctima intentó salir del lugar, la golpeó y la obligó a practicarle sexo oral, encerrándola en el estudio.
Una vez que pudo escapar, la chica radicó la denuncia en la Comisaría de la Mujer y la Familia. Constatadas las lesiones y los hechos, la fiscal Florencia Salas imputó al tatuador por los delitos de “abuso sexual con acceso carnal, con lesiones agravadas por violencia de género y privación ilegítima de la libertad”.
Luego del hecho, el hombre se disponía a fugarse a la Ciudad de Buenos Aires. Abordó un micro en la terminal de Mar del Plata y esperaba llegar a Retiro. La rápida intervención judicial hizo que se montara un operativo en la Capital Federal que terminó con la detención del sujeto.
Las autoridades ultiman diligencias para coordinar el traslado del tatuador a la cárcel de Batán, por lo que aún se desconoce cuándo podrá ser citado para declarar en Tribunales.