Con el correr de las horas, tras conocerse la condena sobre el ex director del Hospital José Irurzun de Quequén por abuso sexual simple sobre una empleada administrativa se conocieron detalles sobre el caso que, más allá de representar un episodio de violencia sobre la mujer, también calificó como un abuso del médico de su posición de poder dentro de la estructura hospitalaria, un flagelo que sufren a diario muchas mujeres en todo el país.
Sucede que con el correr de los testimonios durante el juicio Juzgado en lo Correccional Nº 1 a cargo del Dr Ernesto Juliano (Causa Nº 14.633) se conocieron los testimonios de la víctima, el victimario (el ex director del Irurzun, el kinesiólogo Nicolás Salguero) y de distintas compañeras y compañeros de trabajo de ambos que estuvieron presentes el día que se produjeron los hechos, el 14 de abril del 2021.
Según el relato de la víctima, el día 14 de abril, temprano en la mañana Salguero la llamó a su despacho aparentemente para hablar con ella sobre un caso en el que un paciente había fallecido el día anterior, aunque al entrar a la oficina de su superior se encontró con que las intenciones eran otras. Cuando la víctima preguntó a su jefe qué quería, este le habría respondido "olerte, olerte porque me gustas".
Ante la declaración directa, basada en situaciones anteriores en los que ambos se habían estado probando perfumes en la oficina, la mujer entendió que no correspondía e intentó negarse, a lo que el doctor intentó avanzar y tocó un pecho de la víctima en un intento de besarla. Tras librarse de la avanzada el doctor le habría pedido que no hablara del tema con nadie y la mujer escapó de la oficina contándole la situación a una compañera y luego retirándose del hospital llamando a su esposo.
Al día siguiente la víctima hizo una denuncia formal recurriendo inicialmente al Sindicato de Trabajadores Municipales de Necochea (STMN) y ya no volvió a trabajar en 3 meses. En el interín, el municipio decidió separar a Salguero de su puesto y buscar un reemplazo a la brevedad: el doctor había conseguido el puesto por su apoyo manifiesto al intendente Arturo Rojas y cuando el caso comenzó a conocerse en los pasillos del hospital obligó a tomar medidas fuertes.
Entretanto, en el hospital comenzaron a correr versiones cruzadas entre una minoría que decidió apoyar a la víctima y el resto de los empleados que lamentablemente naturalizaban la situación. Según la propia víctima sólo una compañera administrativa se solidarizó con ella y al día de hoy el resto de sus compañeras rompìó relación y le dio la espalda. "¿Por una teta vas a hacer semejante escándalo?", "hubieses aprovechado la situación", "te hubieras arrodillado y ganabas horas extras" fueron algunas de las expresiones que le habrían dicho a la víctima sus propias compañeras, provocando el natural rechazo de la empleada.
"Me sentí humillada por la soberbia y la impunidad con la que se manejaba Salguero, me preguntaba qué podía hacer una administrativa, un cuatro de copas, contra un director", sostuvo la víctima durante el juicio y explicó que ya había trabajado en lo privado con directivos, con compañeros hombres y que nunca había pasado por situaciones como esa.
¿Adicción al sexo?
En el trasfondo del juicio con dimes y diretes de oficina, siguieron corriendo versiones cruzadas en el que incluso algunas compañeras de trabajo acusaron a la víctima de haber tenido declaraciones insinuadoras sobre la relación con Salguero y un trato cercano que desestimaba el panorama de un posible abuso. El juicio contó con el testimonio de otra ex compañera de trabajo de Salguero que contó un episodio en el que el doctor se había metido en el baño mientras ella estaba ocupándolo haciendo declaraciones inapropiadas, lo que nunca tuvo consecuencias sobe el galeno dado que las autoridades del hospital consideraron que se había tratado de "una joda".
Como para coronar la situación, entre los testimonios corrió otra versión, esta vez sobre el doctor: según la víctima, una de sus compañeras de trabajo la llamó al día siguiente del episodio en cuestión y le dijo que había increpado al doctor y que la explicación que este le dió fue que "él le había respondido que estaba bajo tratamiento psicológico por su adicción al sexo y que quería probar el auto control y no pudo".
La situación no fue aclarada aunque incluso pudo vislumbrarse una insinuación sobre la existencia de un problema en el mensaje que el doctor le mandó a la víctima al día siguiente del hecho, tratando de disculparse y asegurando que "no soy así y seguro que tiene que ver con mi estado. Estoy dispuesto a decírtelo. Avisame si puedo". La víctima nunca respondió los mensajes.
Finalmente el tribunal decidió condenar a 2 años y seis meses de prisión condicional al doctor por "abuso sexual simple", teniendo que presentarse durante ese período en el Patronato de Liberados. Además, en todo ese tiempo deberá participar en un taller destinado a erradicar conductas de violencia de género y "abstenerse de acercarse a un radio menor a los 50 metros respecto de la persona de la víctima, de su domicilio, lugar de trabajo, esparcimiento o donde fuere que la misma se encuentre, medida que comprende todo tipo de contacto a través de cualquier medio tecnológico (telefónico, mensajes, redes sociales, etc.)", como indica la condena.
Por último, Salguero quedó inhabilitado de forma perpetua para ejercer cargos directivos en entidades públicas, en vistas de que la condena también establece que hubo un abuso de poder que también quedó sancionado.