30/04/2025 - Edición Nº140

Argentina

Recapturaron al “Carnicero de Giles” tras doce días prófugo

09/09/2024 |



Después de doce días prófugo, Luis Fernando Iribarren, conocido como el “Carnicero de San Andrés de Giles”, fue finalmente recapturado por una brigada de la Policía Federal en la provincia de Santiago del Estero. Iribarren, condenado a cadena perpetua por una serie de horribles asesinatos que incluyeron a su propia familia, había escapado el 28 de agosto durante una salida transitoria que le fue concedida para rendir un examen de la carrera de Derecho en la Universidad Nacional de La Plata. La noticia de su fuga conmocionó al país y desató un operativo de búsqueda que finalmente culminó con su arresto en la localidad de Villa Atamisqui, a 140 kilómetros de la capital de Santiago del Estero.

El nombre de Luis Fernando Iribarren es sinónimo de terror en la historia criminal de Argentina. En 1995, sus crímenes estremecieron al país cuando se descubrió que había asesinado a sus padres, hermanos y una tía. Este múltiple homicidio lo llevó a la cárcel, donde permaneció casi 30 años cumpliendo una condena de reclusión perpetua en la Unidad 26 del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB). Sin embargo, en una escalofriante repetición de su comportamiento manipulador, Iribarren logró burlar las medidas de seguridad y se fugó aprovechando una salida transitoria sin custodia, permitida por el Juzgado de Ejecución N°1 del Departamento Judicial de Mercedes.

La huida

Desde el momento en que no regresó al penal de Lisandro Olmos, el 28 de agosto, las alarmas se encendieron en las fuerzas de seguridad. Se sospechaba que la excusa de estudiar Derecho no era más que una pantalla para planear su fuga, una teoría que rápidamente cobró fuerza cuando Iribarren no se presentó nuevamente en la cárcel en el horario estipulado. Se activó un operativo nacional para dar con su paradero. Durante su huida, se cree que cruzó por varias provincias, e incluso llegó a adquirir un vehículo en Santa Fe, lo que facilitó su desplazamiento hacia el norte del país.

El trabajo de la División Búsqueda de Prófugos de la Policía Federal fue clave para su recaptura. Durante días, los agentes rastrearon cada pista y movimiento del asesino. Finalmente, fue localizado en una pensión de Villa Atamisqui, donde intentaba encontrar un lugar para pasar la noche. Este pequeño pueblo, alejado de las grandes ciudades, parecía ser el refugio perfecto para alguien que intentaba pasar desapercibido, pero la policía estaba un paso adelante.

Los crímenes que horrorizaron al país

Para entender la dimensión de la peligrosidad de Iribarren, es necesario remontarse a 1995, cuando sus macabros crímenes salieron a la luz. Durante casi una década, había mantenido la fachada de que su familia se había mudado a Paraguay debido a problemas económicos. Sin embargo, la realidad era mucho más oscura. Iribarren había asesinado a sus padres, Luis Juan Iribarren y Marta Langevin, así como a sus dos hermanos, Marcelo y María Cecilia, y a su tía Alcira.

El 31 de agosto de 1995, un llamado anónimo a la comisaría de San Andrés de Giles alertó a la policía sobre la ausencia prolongada de Alcira, la tía de Luis Fernando. Al llegar a su casa, los oficiales descubrieron un olor nauseabundo que emanaba del interior de la vivienda. Lo que encontraron fue el cuerpo de Alcira, brutalmente asesinada a hachazos. Enterrada en el patio, la escena del crimen reveló la brutalidad del asesino.

Ante la presión de las autoridades, Iribarren confesó no solo el asesinato de su tía, sino también los crímenes cometidos contra el resto de su familia casi diez años antes. En un relato escalofriante, detalló cómo, una noche lluviosa, armado con una carabina calibre 22, entró a la habitación de sus padres y hermana menor y los mató a tiros. Luego, fumó un cigarrillo en el patio, regresó al interior de la casa y disparó dos veces contra su hermano de 15 años, a quien también asesinó a golpes.

En sus declaraciones, Iribarren mostró una frialdad aterradora. En un momento, mientras explicaba el motivo de los crímenes, simplemente mencionó que "les tenía bronca" y que esa fue la razón por la que los mató. Este desprecio absoluto por la vida humana y la falta de remordimiento contribuyeron a su apodo, "El Carnicero de San Andrés de Giles". Incluso, en un juicio lleno de detalles perturbadores, los peritos lo describieron como "omnipotente, narcisista y paranoide".

Un plan de fuga cuidadosamente elaborado

Aunque cumplía una condena de reclusión perpetua, Iribarren logró durante años ganarse la confianza de las autoridades penitenciarias y del sistema judicial. Su comportamiento en la cárcel fue el de un interno aparentemente rehabilitado, lo que le permitió acceder a las salidas transitorias. Esta fachada de buen comportamiento fue clave para su plan de escape.

La autorización para rendir exámenes en la Universidad Nacional de La Plata era, en realidad, la oportunidad perfecta para ejecutar su fuga. El hecho de que se le permitiera salir sin custodia despertó serias críticas hacia el sistema de salidas transitorias, especialmente en casos de reclusos con antecedentes tan peligrosos como los de Iribarren. Se sospecha que nunca tuvo la intención de rendir el examen y que su plan de fuga estaba en marcha mucho antes de esa fecha.

Durante los doce días que estuvo prófugo, Iribarren se desplazó por diferentes provincias, probablemente utilizando documentos falsificados y evitando los controles policiales. Su captura en Santiago del Estero puso fin a una pesadilla que mantuvo en vilo a la sociedad argentina, pero también dejó al descubierto las fallas en los sistemas de control sobre los reclusos de alta peligrosidad.

Críticas al sistema penitenciario y judicial

La fuga de Iribarren ha generado un intenso debate sobre las medidas de seguridad en las cárceles y las decisiones judiciales que permiten salidas transitorias a presos condenados por crímenes tan atroces. ¿Cómo es posible que alguien como Iribarren, con antecedentes de asesinato múltiple y una historia de manipulación, haya tenido la oportunidad de fugarse bajo el pretexto de un examen universitario?

Las críticas se han dirigido tanto al Servicio Penitenciario Bonaerense como al sistema judicial que autorizó las salidas sin custodia. Aunque la recaptura de Iribarren trajo alivio, el hecho de que lograra escapar pone en cuestión la eficacia de los controles sobre los presos de máxima peligrosidad y la evaluación de sus comportamientos durante la reclusión.

Un final para el "Carnicero"

Luis Fernando Iribarren fue trasladado nuevamente a la cárcel de Lisandro Olmos, donde continuará cumpliendo su condena de reclusión perpetua. La posibilidad de futuras salidas transitorias ha quedado completamente descartada, y su regreso a la prisión es, para muchos, el cierre de un episodio oscuro y aterrador en la historia criminal del país.

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