
Una situación inesperada y dolorosa sacudió a la familia de José Luis Cabezas, el fotógrafo asesinado en enero de 1997 en Pinamar, cuando uno de sus sobrinos tuvo un encuentro casual con uno de los homicidas de su tío. El episodio, cargado de indignación y frustración, ocurrió hace aproximadamente tres semanas en un recital en la ciudad de Baradero.
Gladys, hermana de José Luis, relató el incidente en una entrevista con Radio La Red. Según detalló, su hijo asistía a un evento musical y decidió comprar un choripán en uno de los puestos del lugar. Lo que comenzó como una charla casual con el parrillero terminó en una revelación perturbadora: el hombre que lo atendió era Horacio Braga, integrante de Los Horneros, el grupo que ejecutó el brutal asesinato del fotógrafo.
"Mi hijo estaba hablando con el parrillero sobre el recital, sobre lo bien que la estaba pasando, y en medio de la conversación este hombre le dijo algo inesperado. Le contó que tenía varios puestos de comida en la provincia y que había estado preso, pero lo que realmente lo dejó perplejo fue cuando agregó: ‘Yo fui uno de los que mató a Cabezas’”, relató Gladys.
La confesión dejó al joven atónito. Con incredulidad, logró responder: “Jodeme, era mi tío”. Según contó Gladys, Braga respondió con indiferencia: “¡Uh, loco, qué sé yo!”. Tras este encuentro, el joven regresó al recital, pero no logró disfrutarlo. La situación lo dejó tan impactado que decidió volver al puesto y grabar al parrillero.
“Cuando mi hijo empezó a filmarlo, Braga reaccionó con soberbia. Le dijo: ‘Te lo conté y no me dijiste nada, y ahora me venís a filmar’. Es una impunidad total”, comentó Gladys, visiblemente indignada. Cabe recordar que Braga fue el último de Los Horneros en recuperar su libertad, en abril de 2005, tras cumplir una condena que muchos consideran insuficiente.
Gladys también apuntó contra la Justicia, asegurando que las penas dictadas contra los responsables del asesinato de su hermano no fueron ejemplares. “Cuando una persona mata a otra, tiene que recibir una condena ejemplar. Ninguno de ellos la tuvo. De hecho, se jactan de haberlo matado”, denunció.
El caso de José Luis Cabezas sigue siendo un doloroso recuerdo de impunidad en Argentina. Este encuentro casual en un recital reavivó la herida de una familia que, años después, sigue reclamando justicia verdadera por el crimen que marcó al país.