
Con su cámara, Cabezas retrató verdades incómodas del poder. Entre sus trabajos más emblemáticos está la fotografía de Alfredo Yabrán, un empresario que hacía sus negocios a costa del Estado argentino. Aquella imagen rompió el anonimato de Yabrán y marcó el destino de Cabezas.
El fotoperiodista de la editorial Perfil fue brutalmente asesinado por un grupo de sicarios, integrado por custodios, delincuentes y agentes de la Policía Bonaerense por encargo de ese poderoso empresario.
Gabriel Michi, amigo y compañero de coberturas de Cabezas, sostuvo que su muerte fue “el peor crimen contra la libertad de expresión desde que volvió la democracia”. Por otro lado, el escritor y periodista Joaquín Sánchez Mariño describió que Cabezas “pagó con su propia vida la entrega absoluta al periodismo”.
La periodista especializada en Derechos Humanos Micaela Urdinez recordó a Cabezas y expresó que todavía hay periodistas “que se encuentran en riesgo” por el hecho de realizar su profesión. En el mismo sentido, el periodista y autor de “Rosario”, Germán de los Santos, manifestó la importancia de recordar a Cabezas en los contextos actuales, ya que el periodismo se ve asediado por el poder político.
Por lo tanto, rememorar a José Luis Cabezas es valorar el rol de los medios y honrar la valentía de quienes enfrentan las sombras con la verdad. A 28 años de ese día, el legado de Cabezas está más presente que nunca.