10/05/2025 - Edición Nº150

Argentina

Nahir Galarza reclama justicia: "Nunca tuve el beneficio de la duda"

07/03/2025 10:17 |



Han pasado más de siete años desde que Nahir Galarza fue detenida, juzgada y condenada a prisión perpetua por el asesinato de Fernando Pastorizzo, ocurrido el 29 de diciembre de 2017 en Gualeguaychú. A mediados de 2024, la Corte Suprema ratificó la sentencia, pero la joven, ahora de 26 años, insiste en que nunca fue escuchada por la Justicia.

“Nadie me dio una oportunidad”, afirmó en una reciente entrevista, en la que aseguró haber cambiado tras un profundo trabajo psicológico y emocional. Galarza sostuvo que, al momento del crimen, no lograba dimensionar la gravedad de la situación y denunció que su condena estuvo influenciada por la presión mediática y la falta de imparcialidad judicial.

“Nunca tuve el beneficio de la duda. Siempre fui la asesina que mató a su novio porque la quiso dejar”, expresó, al tiempo que señaló que podría solicitar la revisión de su condena. En su declaración, criticó la desigualdad de criterios en el sistema judicial, mencionando que otras reclusas condenadas por homicidio agravado por el vínculo recibieron penas de 14 o 15 años, mientras que a ella se le impuso cadena perpetua.

Galarza también cuestionó el manejo de las pruebas en su juicio, denunciando irregularidades en el peritaje de su teléfono celular y la filtración de material íntimo cuando era menor de edad. Según afirmó, una perito sin formación en informática forense habría manipulado conversaciones de su celular, y un funcionario judicial habría sido responsable de difundir un video privado grabado cuando tenía 16 años.

En cuanto a su relación con la familia de Fernando, reveló que intentó contactarse con sus padres, pero nunca obtuvo respuesta. “Si tuviera la oportunidad, les pediría perdón desde lo más sincero de mi corazón”, manifestó.

Por último, reiteró su pedido de justicia, exigiendo igualdad de derechos dentro del sistema penitenciario. “No quiero minimizar lo que pasó, pero yo también tengo derechos. Me dieron 35 años sin posibilidad de resocialización, como si el cambio y el progreso que logre acá dentro no sirvieran para nada”, concluyó.