La petrolera estatal YPF se prepara para lanzar en junio un innovador sistema de modificación de precios que promete transformar la forma en la que se comercializan los combustibles en Argentina. A través de una estrategia basada en el comportamiento de ventas individual de cada una de sus más de 1.600 estaciones de servicio distribuidas a lo largo del país, la empresa busca optimizar sus ingresos, adaptarse a las dinámicas del mercado y ofrecer precios más competitivos a los consumidores.
La iniciativa, conocida como micropricing, permitirá ajustar el valor de la nafta y el gasoil varias veces al día, según la demanda local de cada estación. Esta herramienta tecnológica estará monitoreada desde el Real Time Intelligence Center (RTIC), un centro de operaciones de última generación ubicado en el barrio porteño de Puerto Madero, desde donde se controlarán en tiempo real las ventas y se aplicarán los ajustes correspondientes.
El presidente y CEO de YPF, Horacio Marín, explicó la lógica detrás del nuevo sistema: “En determinadas localidades, como puede ser un pueblo donde de noche cae la demanda y la rentabilidad disminuye, podemos aplicar estrategias como el autodespacho y la baja temporal de precios para atraer más consumidores y mantener el flujo de ventas. De este modo, la rentabilidad se sostiene y la gente accede a un combustible más barato”.
El micropricing no sólo se aplicará a las estaciones de servicio, sino que ya ha demostrado su eficacia en otras áreas clave de la empresa. En Vaca Muerta, uno de los yacimientos más importantes del país, esta herramienta tecnológica ha permitido optimizar la perforación de pozos, recortando los tiempos en un 45,5% y aumentando la velocidad de perforación en más del 60%. Según datos difundidos por la empresa, estas mejoras generan ahorros anuales estimados en 200 millones de dólares en el sector de exploración y producción.
Durante una presentación realizada en abril en la Bolsa de Nueva York (NYSE), YPF expuso que esta transformación tecnológica también alcanzará el área de refinación y distribución de combustibles. En ese sentido, la empresa estima que, a mediano plazo, podría alcanzar una eficiencia acumulada cercana a los 800 millones de dólares en cinco años, lo que redundaría en un incremento del margen de ganancia de alrededor de 6 dólares por barril refinado.
La flexibilidad en los precios también se conecta con recientes medidas adoptadas a nivel nacional. A principios de mayo, tras la decisión del Gobierno de postergar hasta junio la actualización de impuestos sobre los combustibles, los precios en surtidor bajaron en promedio un 4%. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por ejemplo, la nafta Súper quedó en $1170, mientras que la Premium se ubicó en $1386. El gasoil, por su parte, se comercializa a $1173 y su versión Premium a $1354.
Estos cambios se inscriben en una política más amplia de reordenamiento del mercado energético, donde YPF busca recuperar rentabilidad sin perder competitividad frente a sus competidores privados, en un escenario marcado por la inflación, la fluctuación del dólar y el impacto de los precios internacionales del crudo.
En definitiva, con esta nueva modalidad de precios dinámicos, la compañía apuesta a una mayor eficiencia en todos sus segmentos, desde la producción hasta el expendio minorista, consolidando su liderazgo en el mercado local e incorporando herramientas tecnológicas que ya son tendencia en grandes compañías petroleras del mundo.