
Tras una extensa jornada legislativa que se prolongó por más de diez horas, el Senado de la Nación rechazó el proyecto conocido como Ficha Limpia, que impedía postularse a cargos electivos nacionales a personas con condena en segunda instancia. La votación terminó con un ajustado 36 a 35, quedando a tan solo un voto de alcanzar la mayoría necesaria para su aprobación.
La iniciativa, impulsada por sectores de la oposición, apuntaba a establecer un filtro ético en la presentación de candidaturas. Su implementación habría tenido un efecto inmediato: excluir de la carrera electoral a figuras con sentencias judiciales firmes en instancias no definitivas, entre ellas, la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
El resultado generó una fuerte repercusión en el ámbito político, especialmente entre los bloques dialoguistas y el oficialismo libertario, quienes esperaban capitalizar el debate como una muestra de transparencia institucional. Pero dos votos fueron decisivos para el desenlace: los de los senadores misioneros Sonia Rojas Decut y Carlos Arce, ambos representantes del Frente Renovador de la Concordia, el espacio que lidera el ex gobernador Carlos Rovira.
La decisión de los misioneros no sorprendió del todo. En 2020, Rovira ya había logrado frenar una versión provincial del proyecto, impulsada por la legisladora radical Anita Minder. Fieles a su estilo hermético, ni Rojas Decut ni Arce dieron declaraciones a la prensa acreditada, y volvieron a expresarse exclusivamente con el voto en el recinto.
La vice presidenta y presidenta del Senado, Victoria Villarruel, no ocultó su desconcierto al conocerse el resultado. Su gesto serio, casi incrédulo, sintetizó la decepción de los sectores que confiaban en sancionar una ley con fuerte respaldo social.
Desde principios de año, el proyecto Ficha Limpia se convirtió en una pieza clave del ajedrez político. Si bien surgió como una bandera ética, no tardó en ser utilizada como herramienta de presión y negociación. Tanto La Libertad Avanza como el PRO buscaron apropiarse de la agenda, no solo para marcar distancia del kirchnerismo, sino también para hacer avanzar sus propias internas de cara a un año electoral.
En medio de esta disputa, el foco volvió a posarse sobre los senadores de Misiones, cuya postura oscilante fue interpretada como una señal de que existía un acuerdo tácito entre el oficialismo nacional y el kirchnerismo. Según versiones que circularon en los pasillos del Congreso desde febrero, la negociación consistía en que el Gobierno no avanzara con el Criptogate —la investigación sobre la supuesta compra irregular de criptomonedas por parte del Estado— a cambio de que el peronismo no frenara Ficha Limpia. Finalmente, ni una cosa ni la otra prosperaron.
La senadora cordobesa Alejandra Vigo fue una de las primeras en manifestar su malestar y apuntó directamente contra el Ejecutivo. En su cuenta de X (ex Twitter), escribió: “Dio frutos el acuerdo entre el gobierno de Misiones y el Ejecutivo nacional, que conformaron una sociedad política para las próximas elecciones provinciales que lleva una candidata libertaria en la lista”. Y remató: “Como lo advertimos, el gobierno de Milei terminó siendo funcional al kirchnerismo”.
Desde Casa Rosada, mientras tanto, la confusión fue total. Entre el lunes y el martes previos a la sesión, circulaban versiones encontradas: algunas fuentes aseguraban que faltaban apenas cuatro votos, otras daban por aprobada la norma. La falta de una línea clara reflejó las contradicciones internas del oficialismo.
En paralelo, el PRO utilizó el debate como plataforma para fortalecer a una de sus figuras en la Ciudad de Buenos Aires: la diputada Silvia Lospennato, principal impulsora del proyecto. La expectativa era lograr un triunfo legislativo que potencie su campaña para la Legislatura porteña. Pero los libertarios, celosos de no ceder protagonismo a sus rivales internos, se resistieron a darles la victoria en bandeja.
El punto de mayor tensión se vivió el pasado 22 de abril. En una reunión de Labor Parlamentaria, el jefe del bloque de La Libertad Avanza, Ezequiel Atauche, solicitó que el proyecto no fuera incluido en el temario de una sesión dedicada a homenajear al papa Francisco. Según testigos, Atauche reconoció abiertamente ante legisladores dialoguistas que el Gobierno no quería tratar el tema ni esa semana ni el 7 de mayo, una revelación que dejó atónitos a varios presentes.
Así, el proyecto Ficha Limpia queda archivado por este año. Solo podrá volver a ser presentado en el Congreso a partir del 1 de marzo de 2026. Un timing que no es menor, considerando que 2025 será un año electoral clave. Por ahora, la puerta se cerró, pero el debate, sin dudas, seguirá abierto.