
Es año electoral y las imposturas de cara al público comienzan a hacerse ver en los rostros y palabras de los concejales, que ensayan algunos discursos reaccionarios y exageraciones para ocupar un espacio en la agenda de opinión pública local tocando temas que, si bien causan interés en la población, a gatas si representan apenas un inconveniente en la convivencia de la comunidad: los ruidos molestos causados por las motos.
Como la gente está harta de los ruidos de las motos y los cortes y la división municipal de Tránsito ha sido inefectiva para contener el problema, el municipio ha decidido pasar a una etapa más allá de los controles e iniciar denuncias penales que canalicen procesos en la Justicia contra algunos infractores. Este problema se repite en muchas ciudades del país y no hay demasiados antecedentes de medidas así, por lo que en el Concejo Deliberante pidieron informes sobre qué es lo que pasa.
Fue el concejal Mariano Valiante, del bloque Crear Más Libertad, quien presentó un pedido de minuta de comunicación para que el Concejo reciba información del Ejecutivo sobre los procedimientos que se están llevando a cabo por las motos. "Nos parecen perfectos los controles y apoyamos, pero no nos parece suficiente", señaló el concejal Valiante. "Es un tema que debemos seguir de cerca y tenemos que apoyar al Ejecutivo Municipal para que esto se termine", agregó.
Refiriéndose a episodios que denuncian los vecinos, Valiante soltó: "Seguramente también ocurre en distintos barrios de la ciudad cuando estos personajes, estos chicos, algunos no tan chicos "cuasi delincuentes" tiran cortes de motos". La definición de "cuasi delincuentes" para gente que genera ruidos molestos sigue la línea reaccionaria que mantiene el bloque libertario en línea directa con el gobierno nacional, que practicamente criminaliza a cualquiera que le sirva como blanco para alimentar su agenda del momento.
Desde el oficialismo, lejos de matizar la cuestión dado que es el que promueve en primera instancia la persecución penal de los infactores, redoblaron la apuesta y el concejal Jorge Martínez, secretario de Gobierno en su rol pivoteante entre el Ejecutivo y el Concejo, redobló la apuesta y agregó que los motociclistas son "cuasi delincuentes y algunos son delincuentes".
El funcionario concejal, que tiene a su cargo el área de seguridad del distrito, señaló que el municipio busca aplicar el artículo 193 bis del Código Penal sobre algunos motociclistas que han sido procesados por realizar manibras riesgosas que ponen en riesgo la vida de terceros. La persecución a la veintena de motociclistas que causan los ruidos molestos por la ciudad sirve como causa visible para el año electoral aunque esté lejos de representar una cuestión vital para el desarrollo de la comunidad.
Con el clima hostil ya desatado contra las motos, en la web municipal se refirieron a un "nuevo golpe al delito sobre ruedas", volcando una asociación libre entre delincuencia y motociclismo en un solo movimiento que de tan exagerado se entiende que se trata de mensajes de campaña.
Con las campañas a punto de empezar y sin obras públicas ni demasiado que presentar, enfocar el problema de la seguridad en un pequeño grupo de entusiastas de las motos como si fueran bandas delictivas organizadas e incontrolables ofrece al menos una vidriera al costo de consignas reaccionarias y sobredimensionadas. Por lo pronto, nadie debate que es importante terminar con los ruidos molestos, aunque la judicialización, los pedidos de informe y el uso del código penal extreman posiciones aunque no son garantía que el problema quede resuelto de inmediato.