Casi el 63% de la gente eligió que no se hagan más obras públicas en Necochea

Con el amplio desfinanciamiento del gobierno nacional a las provincias (sobre todo y muy especialmente a la provinca de Buenos Aires), los municipios de todo el país han visto paralizada la obra pública en todos sus ámbitos, reduciendo la capacidad operativa de la la inmensa mayoría de las comunas, cuyos intendentes tienen serios problemas no ya para hacer grandes trabajos de infraestructura pendientes, sino hasta para el mantenimiento mínimo.

Y ese ejemplo sin dudas aplica a Necochea, donde las últimas grandes obras que se realizaron fueron durante el denostado gobierno de Facundo López a través de diferentes programas nacionales y provinciales. Durante su gestión, que terminó de manera ruidosa cuando finalmente teminaron los envíos de partidas a cuentagotas por parte del gobierno de María Eugenia Vidal se cortaron de cuajo (vía acción directa de operadores del PRO).

A pesar de ello, con esos fondos el massista llegó a terminar en 4 años el asfalto en dos importantes tramos de avenidas (10 y 554), la construcción de un centro comunitario frente al barrio 53 viviendas, la instalación del primer centro de monitoreo de cámaras de la ciudad y una serie de trabajos que quedaron pendientes y que luego fueron discontinuados. 

Seguidamente, su sucesor Arturo Rojas llegó a la intendencia y puede mostrar menos obras que su antecesor, aunque muchas tareas de mantenimiento (pintura en las calles, cartelería, recambio de luces y bacheos aleatorios). Rojas alimentó una imagen de gestor basado en microtrabajos magnificados por la propaganda pero de un limitado alcance: la obra más importante que se presentó en la primer gestión fueron 5 cuadras de asfalto en Avenida 58 presentadas sobre el final de la campaña de 2023.

Y en ese contexto es que Rojas se presentó como candidato a su reelección y ganó con casi el 50% de los votos, con un fuerte impulso de votantes que también eligieron al PRO y a La Libertad Avanza como sus opciones preferidas. Es más, Rojas se presentaba con un vecinalismo propio (Nueva Necochea) y una base importante de sus votantes estuvo sustentada directamente con votantes de esas facciones. Luego, en el balotaje Javier Milei ganó la presidencia sobre Sergio Massa y en Necochea un 62,6% votó al actual presidente y apenas un  37,4% votó por el entonces ministro de economía.

Actualmente el intendente Rojas enfrenta algunas dificultades de gestión que está sabiendo manejar con su habilidad política, aunque desde que manifestó su apoyo al gobernador Axel Kicillof en el lanzamiento del Movimiento Derecho Al Futuro (más por una necesidad institucional que por convicción política), comenzaron a verse en redes sociales distintas andanadas de críticas, tratando sobre todo de cuestionar la falta de obras, como si el desfinanciamiento del gobierno no existiera y la responsabiliadd fuera sólo del intendente.

Fingiendo demencia, los militantes y trolls de La Libertad Avanza acicatean la contradicción evidente de reclamar la falta de obras mientras son los principales responsables de la situación: el gobierno de Milei cortó la financiación de la obra pública en todo lo que va de su gobierno como si asfaltar caminos y construir edificios comunitarios no fuera para nada necesario. Absurdamente, mientras se retiran recursos, reclaman que se hagan obras  alimentando un malestar general del que son los principales responsables, tratando de endilgarle la situación a los opositores y a sus antecesores.

Y en este punto cabe la pregunta válida: ¿cuál es la lógica de recortar partidas presupuestarias para casi todo para reclamar luego que se haga casi todo? La respuesta existe en la contradicción libertaria y un aparente deseo destructivo e inconducente que está llevando al país a una de las peores crisis de su historia, muy a pesar del blindaje mediático.

En Necochea, el 62% de la gente no sólo avaló con su voto estos recortes sino que además hace oídos sordos a la evidencia sobre quiénes son los principales responsables y carente de autocríticas, es probable que la propia comunidad siga pagando el precio de sus malas decisiones, augurando un futuro negro para la ciudad que tomará muchos años revertir.