
Con vencimiento en 2028, el fideicomiso para la profundización de Puerto Quequén llegará a su final cuando cumpla 12 años de uso como la herramienta que permitió financiar una de las obras públicas más importantes en el distrito de los últimos años. Los trabajos realizados permiten hoy el ingreso de buques más grandes, con mayor calado y capacidad de carga, ampliando así la potencia exportadora de la terminal. El fideicomiso funcionó bien, la obra se hizo y ahora un prestigioso estudio de abogados terminó de certificar que todo fue un proceso transparente y sin falla.
El Consorcio de Gestión de Puerto Quequén contrató al estudio de abogados centenario, Beccar Varela, para brindar asesoramiento legal en la estructuración del fideicomiso y de esa manera garantizaron la mayor transparencia posible en la gestión de todo el negocio: el fideicomiso de dragado y profundización estuvo recaudando tasas y servicios por importantes sumas de dinero desde 2016, lo recaudado se usó para pagar las obras que se fueron haciendo y todos los movimientos fueron evaluados para certificar la regularidad del proceso.
"Los bancos privados para financiar este tipo de obras exigen una garantía de que el dinero prestado será devuelto; entonces, se diseñó una estructura legal que es el fideicomiso, que es independiente del puerto, es independiente de los bancos y de los miembros del puerto", explicó a Cuatro Vientos Felipe Videla, uno de los socios del estudio que vino a Quequén y mantuvo la semana pasada un encuentro con la presidente del Consorcio, Jimena López.
El fideicomiso funciona de manera automática: "Recibe parte de las tasas y cargos del puerto y sirve para asegurarle a los bancos que si en algún momento el puerto no hubiese podidod pagar el préstamo, se hubiera á cobrado de ese fideicomiso que tiene estructurado un mecanismo ante un incumplimiento, cómo hay que tratar las tasas, etc".
Esa doble función del fideicomiso, de asegurar el pago del crédito y a la vez ser pagador de la empresa que hizo la obra, "garantiza la transparencia en la administración de los fondos y la sustentabilidad porque es un fideicomiso que no depende de la gestión de turno del puerto, trasciende y sigue funcionando", señaló Videla. "Además el fiduciario (N del R: Macro Fiducia), que es quien administra los fondos del fideicomiso, es una entidad independiente, profesional y que debe rendir cuentas de todo lo que hace con los fondos", agregó.
Los abogados de Beccar Varela consideran que el fideicomiso funcionó bien. "¿Cuál es la mejor prueba de que esto funcionó? Es que atravesó las diversas crisis de nuestro país, atravesó la pandemia, atravesó sequías, atravesó cambios de gestión política y siguió funcionando y sigue funcionando al día de hoy y los bancos no tienen reclamos: se pagó lo que se tenía que pagar, la obra se hizo y funciona y el proveedor también recibió los pagos que tenía que recibir".
La obra cubierta por el fideicomiso tiene dos partes: la profundización rompiendo el lecho del río con taladros especiales, tarea que ya se terminó; y el mantenimiento, es decir, trabajos de remoción de arena y escombro del fondo del canal. Hasta el 2028 el fideicomiso seguirá activo como garantía de pago del dragado. Antes, en 2026 se terminará de pagar al segundo de los bancos que participaron del esquema para financiar la obra.
De cara al futuro, ahora la tarea del estudio se enfoca en evaluar los siguientes pasos a seguir. "Nosotros por un lado estamos asesorando al puerto en evaluar como continúa el fideicomiso una vez que se termine su propósito porque parece que falta pero 2026 es 'mañana' y uno de los objetivos, que es pagarle a los bancos, se termina el año que viene, entonces lo que se está analizando es como seguir utilizando esta herramienta", sostuvo Videla. "Evaluamos si se usa la misma estructura o si se la modifica, etc.", resumió.
La selección del estudio de abogados habló sobre el profesionalismo que el puerto quiere darle a la gestión del asunto: Beccar Varela es un estudio con 127 años de historia.
Fundado en 1897, se inició como un estudio familiar aunque para los años 90's se institucionalizó . Su cartera de clientes abarca a gigantes como el City Bank, con quienes trabajan desde que el banco americano abrió la pimer sede fuera de EEUU, en Buenos Aires en 1914; el gigante de las redes sociales Meta, con sede en Argentina; o el propio Consorcio de Gestión de Puerto Quequén, brindando un servicio de cercanía a sus clientes.
"El estudio trabaja en dos aspectos principales: la relación a largo plazo con los clientes y la generación de confianza, que nos conozcan y sientan que somos un equipo y no solo un proveedor de servicios y por eso es que estamos acá, presentes, porque nos gusta estar cerca", señaló Videla.