
Cristina Fernández de Kirchner iba a ser detenida en Comodoro Py y alojada en una celda entre uno y cuatro días, como ocurrió con otros condenados en la causa Vialidad, entre ellos Nelson Periotti, de 80 años y con graves problemas de salud. Sin embargo, ante la amenaza de una movilización multitudinaria que la acompañaría caminando hasta el tribunal, el Gobierno y los jueces optaron por notificarla en su domicilio, evitando un posible impacto político y mediático.
A pesar de esta decisión, una multitud histórica desbordó Plaza de Mayo, mostrando el respaldo popular a la expresidenta y el rechazo a una sentencia que muchos consideran política. Teniendo en cuenta las múltiples irregularidades del proceso y que apenas poco menos del 50% de la gente votó al kirchnerismo en la última elección presidencial, la reacción resulta verosímil al relato de una Cristina reempoderada por el uso político que la derecha quiso imprimir a la condena quitándole a la líder de la oposición la oportunidad de candidatearse en los comicios legislativos.
Con la gente en la Plaza, Cristina difundió un mensaje en redes sociales, respaldada por sus abogados, quienes sostienen que no está privada de sus derechos políticos.
El Tribunal impuso restricciones inusuales para un arresto domiciliario, como el uso de tobillera electrónica, limitación de visitas y una cláusula ambigua que sugiere que no puede salir al balcón, algo que estaba irritando demasiado al oficialismo y periodistas que no esperaban que la condena enardeciera a la militancia. Por el tema del balcón, sus abogados pidieron aclaraciones formales al tribunal. Además, presentarán un pedido para ampliar la lista de personas autorizadas a visitarla.
Mientras tanto, se advierte un tratamiento diferenciado: represores con prisión domiciliaria gozan de amplias libertades, mientras que en el caso de CFK las restricciones parecen estar orientadas a limitar su actividad política y su contacto con la sociedad. Esa sencilla comparación ha bastado para que la polémica sobre el trato que recibe la ex mandataria sigue siendo completamente fuera de lo usual, lo que causa indignación reaccionaria en sus partidarios.
La marcha del miércoles dejó en claro que, pese a los intentos de silenciarla, Cristina sigue siendo una figura central en la vida política argentina. Desde todo el país salieron colectivos para ir a la marcha: desde Necochea partieron varias y nutridas comitivas de diferentes organizaciones del peronismo y afines, desde el PJ hasta Patria Grande.