
De a poco se van conociendo detalles sobre la futura instalación de una nueva planta industrial en el distrito, más precisamente en la ruta de circunvalación y el río, en la orilla de Quequén, donde se plantea la construcción de una maltería de la firma Maltén S.A. La convocatoria a una audiencia pública por parte del Ministerio de Ambiente de la Provincia de Buenos Aires tiene que ver con el impacto inmediato que la instalación de una fábrica a orillas del río podría tener en la comunidad. El punto fuerte del proyecto: la promesa de 400 a 600 empleos directos.
Sucede que en el llamado a la audiencia pública que promueve la provincia se publicó la documentación que han presentado los inversionistas, con detalles sobre la operatoria que incluyen el uso de agua del Río Quequén. Si bien hay una primera admisión burocrática de la Autoridad del Agua para el proyecto, todavía hay muchas instancias que no han sido tramitadas y varios temas que generan gran preocupación.
"El proyecto prevé construir una planta incorporando la última tecnología disponible para la elaboración de malta que será destinada a la exportación para la industria cervecera. La provisión de cebada será de 150.000 tn/año y la capacidad total de producción de malta será de 120.000 tn/año", señala Maltén en el Estudio de Impacto Ambiental que presentó para su aprobación.
En su predio de unas 14 hectáreas, la empresa estima picos de movimiento de más de 20 camiones diarios en temporada (noviembre y diciembre) y construirá una playa de camiones para 60 vehículos. El uso de sustancias tóxicas como la soda cáusica o fosfina en la limpieza del cereal sumado al consumo industrial de agua y la descarga de desechos al río son factores a tener muy en cuenta para la instalación de una fábrica justo frente a un polo turístico de la ciudad.
Indudablemente la inversión va a promover nuevas (y valiosas) fuentes de trabajo, en principio durante la construcción en sí de las instalaciones, y luego cuando sea puesta en funcionamiento, requerirá una mano de obra que se presenta como una oportunidad para los locales. Ese impacto positivo y deseable para la economía local tiene un contrapeso en el pasivo ambiental que genera y que en la mayoría de los casos, no es evaluado acabadamente por la población, que luego lamenta las consecuencias de un daño sobre el que no estaba debidamente informada.
La obligación del gobierno provincial de informar al público mediante la realización de estas audiencias tiene que ver con el impacto sobre los bienes comunes que se genera con estos emprendimientos. Justo frente a la fábrica se viene desarrollando desde hace años el barrio Paseo de la Ribera, cuyo crecimiento lo ha planteado como un punto elegido por turistas y locales para distrutar del río.
Para ejemplificar el tipo de procedimientos que plantea el proyecto vale la mención: durante la primera limpieza de la cebada se usa fosfina, el agrotóxico que causó la muerte de una joven en el barrio portuario de Quequén en 2014, cuyos residuos que deben ser tratados adecuadamente porque son muy peligrosos para el ambiente y las personas. Durante la limpieza del cereal también se generan muchos desperdicios con cáscaras de semillas, polivillo y otro particulado que será almacenado y vendido como forraje.
Además, durante el proceso de secado de la cebada, tras la maceración en agua, se liberan con extractores de aire importantes cantidades de CO2 a la atmósfera. Es conocido que las malterías generan olores muy fuertes, por lo que se espera la instalación de alguna clase de filtro buscando que no se repita el "caso Marmetto", con una fábrica produciendo pestilencias en medio de la ciudad. En el Paseo de la Ribera resistieron en el pasado la instalación casi de prepo de una planta de ratamiento de residuos y ahora el polo podría verse perjudicado por la maltería.
Además del impacto del particulado, los olores de los gases en el aire y el vertido de aguas residuales al río, la planta también requerirá la extracción de agua de pozo y mucha energía eléctrica y gas para los hornos calentadores.
El proceso de secado se realizará a través de calentadores con un consumo total de 800 m3/h de gas y requerirá 130 KWh de electricidad por tn de malta. Para una producción de 120.000 toneladas de malta, la demanda de potencia será de 3,9 MW. Luego de esta etapa de secado la malta puede almacenarse hasta 24 meses sin perder su calidad.
La mayoría de los ítems tienen puntaje muy negativo para este emprendimiento y todos los impactos positivos presentan una moderada magnitud (Imagen: EIA de Malten S.A.)
La planta requiere el uso de mucha agua para funcionar, unos 2400 m3 de agua por día, que serán extrídos de 3 pozos de 80 m de profundidad, aunque también habrá captación de agua superficial del río para reserva. Maltén estudió el agua del Quequén y "de acuerdo a los resultados obtenidos, las aguas muestreadas son aptas para proceso de malteado". Resta determinar, si según las normas vigentes, el Quequén tiene un caudal suficiente que permita la extracción de agua para uso industrial.
La maceración de la cebada requiere que se sumerja el cereal en 12 tanques de 88 metros cúbicos llenos de agua, que luego debe ser tratada antes de ser vertida en el río. La empresa calcula un caudal de agua de 75 metros cúbicos por hora que deberá ser tratado antes de desecharlo por el "sistema pluvial", es decir, el río Quequén. "Se estima un caudal máximo de vuelco de 1800 m3 / día, con un caudal constante máximo de 100 m3 /h", reportó la empresa en su estudio de Impacto Ambiental.
En el estudio de impacto ambiental la empresa reconoce múltiples puntos negativos (casi todos) y apenas un puñado de beneficios que se reducen a la parquización del espacio donde se instalará la planta (son 14 hectáreas de la fábrica en un predio de casi 50) y la creación de puestos de trabajo, muy necesarios en el distrito.
"La construcción de la Planta demandará 24 meses de actividades de obra, con una demanda promedio de personal de 400 puestos de trabajo directos (con picos de 600 puestos)", señaló la empresa en su documento.
El estudio de Maltén aclara que el predio donde se pretende instalar la planta "se ubica en la “Zona Parque Industrial” (ZPI) (Ord. 2005/1981) que permite la radicación de cualquier tipo de industrias (incluyendo las de 3era. categoría). Cuenta con certificado de zonificación conforme emitida por el municipio".
Maltén reconoció en la comunidad hay mútiples intereses que serían afectados con su proyecto, siendo al menos 60 partes que "pueden tener relación con el proyecto o ser afectados por el mismo, pudiendo de este modo generarse una opinión al respecto": 37 de esas partes (57%) son actores estatales como autoridades regulatorias nacionales, provinciales y municipales; 15 son clubes, sindicatos y organizaciones sociales; y 11 son empresas de sectores agroindustrial, turístico y comercial
Por lo pronto quedan varias semanas para que los interesados en participar de la Audiencia Pública accedan a la información y haga sus consultas. Durante los primeros días, la comunidad tendrá la información del proyecto disponible para su lectura, y posteriormente quedará abierta la recepción de observaciones, comentarios y sugerencias sobre el mismo. La información quedará a disposición durante todo el proceso en la página web del Ministerio.