22/10/2025 - Edición Nº315

Necochea

La maltería anunció que verterá 1.800.000 litros de agua contaminada por día al Río Quequén

06/07/2025 11:21 |



El dato se conoció a través del Estudio de Impacto Ambiental que presentó la empresa Maltén S.A, que en los últimos meses compró un terreno de 50 hectáreas a orillas del Río Quequén donde plantea intalar una maltería con la intención de producir malta volcando los desechos al río. El uso del agua para el proceso de maceración y lavado de la cebada para convertirla en malta demandará tres pozos de agua que absorverán 2400 m3 de agua diarios generando un desperdicio diario de 1.800.000 litros de agua contaminada por día en sus picos de actividad.

"La demanda de agua de la planta se ubica en 2400 m3/día que será suministrada por 3 pozos subterráneos con un caudal de explotación de 50 m3/h y extraídos a 80 m de profundidad del acuífero Pampeano", indicó Maltén en el informe de impacto ambiental presentado para la audiencia pública que tendrá lugar el próximo 15 de julio en La Plata . "De los 3 pozos se prevé que 2 funcionen en forma simultánea mientras que el tercero sea de backup en caso de falla de uno de los que estarán funcionando", agrega el informe y aclara: "También, se contará con un sistema de captación de agua superficial que consistirá en la instalación de una toma de agua del río Quequén que funcionará como reserva de los pozos". 

La mayor parte del agua extraída de los pozos estará destinada al proceso de malteado (5 m3 / tn de cebada, 2.000 m3 por batch de 400 tn de cebada); mientras que se estiman 21 m3 / día para uso sanitario y consultivo y otro porcentaje menor para actividades de limpieza, etc.

El proyecto depende casi exclusivamente de poder arrojar sus desperdicios al río

Aunque los desperdicios son orgánicos y eventualmente irán degradándose, la concentración de la cantidad ingente de agua consumida, contaminada y vertida tendrá un fuerte impacto en la ribera del río, donde la ciudad lleva años desarrollando un polo turístico y un paseo. Los vecinos temen que la contaminación y los malos olores de la fábrica arruinen completamente el lugar. En rigor de verdad, todo el proyecto parece depender de poder verter los desperdicios al río.

"Se estima un caudal máximo de vuelco de 1800 m3/ día, con un caudal constante máximo de 100 m3 /h", señaló la empresa en su informe. "El volumen de agua residual que se genera en las instalaciones de fabricación de malta corresponde al agua total consumida descontando la que se incorpora al producto final, la que se evapora en las operaciones de producción y servicios auxiliares y, la que queda absorbida en la matriz sólida de los descartes de proceso", señaló Maltén.

Vale la aclaración, Maltén informó que su trabajo será estacional, con dos meses de trabajo inteneso y el resto del año con menor actividad, por lo que las cifras de volcado son para los picos de intensidad que tendrá la producción. De cualquier modo la planta consumirá en un solo día el equivalente a casi 89 piscinas de agua domiciliarias (2400 m3 diarios) y contaminando y vertiendo al río el 75% de todo lo que use (1800 m3 diarios).

Por lo pronto falta conocer el resultado de la Audiencia Pública en la que las diferentes partes interesadas (a favor y en contra del proyecto) podrán presentar su perspectiva. La audiencia no es viculante, aunque Maltén tiene un largo camino por recorrer antes que se hagan los primeros movimientos. Por lo pronto, recién se han iniciado trámites de prefactibilidad frente a la Autoridad del Agua y poco más. Si completa los permisos, la construcción de la planta tiene un plazo de finalización de 2 años y medio.

En el estudio de impacto ambiental Maltén destaca que la puesta en funcionamiento de la maltería representaría la creación de entre 400 y 600 puestos de trabajo que impactarían directamente en el desarrollo de la ciudad, algo para nada despreciable que deberá ser sopesado con el mayor criterio, más que nada porque la instalación de una industria de semejante magnitud a orillas del río Quequén podría causar un impacto tan grande que modificará el panorama turístico y dañará el medio ambiente en una escala hasta el momento desconocida para la ribera, que de cualquier manera sufre de varios vertidos, sobre todo en la margen de Necochea.

Gráfico explicativo que presentó MAltén para mostrar el tratamiento de sus desperdicios

El tratamiento de los efluentes

Este es el texto completo del Informe de Impacto Ambiental con el que la empresa Maltén explicó resumidamente el proceso de vertido al río:

La planta de malta generará efluentes líquidos durante su operación, constituidos mayormente por agua y materia orgánica. El volumen de agua residual que se genera en las instalaciones de  fabricación de malta corresponde al agua total consumida descontando la que se incorpora al producto final, la que se evapora en las operaciones de producción y servicios auxiliares y, la que queda absorbida en la matriz sólida de los descartes de proceso.
 
Los efluentes generados durante el proceso, ligados a la etapa de maceración y lavados de equipos de la etapa de remojo, serán enviados a una planta de tratamiento dentro del predio para adecuar los parámetros de vuelco a la Resolución Nº 336/2003 del ADA y posteriormente serán descargados al sistema pluvial local, con factibilidad otorgada por el municipio. 

Se estima un caudal máximo de vuelco de 1800 m3/ día, con un caudal constante máximo de 100 m3 /h.

Se diseñó la Planta de Tratamiento de Efluentes Industriales (PTEI) cuyo objetivo es degradar la materia orgánica carbonácea y en el proceso de los sistemas (anaerobios + anóxicos + aerobio) retener en la biomasa fósforo al efecto de removerlo total o parcialmente del líquido crudo para ser extraído con el lodo biológico.

Una vez que el líquido pasa por el tanque de ecualización ingresa al tanque anaeróbico del tipo UASB. En esta etapa se reduce la DQO en aproximadamente un 80%. Se generará biogás (que pasará por un biofiltro previo a su salida) y un barro estabilizado que será purgado al espesador de lodos.

A continuación, el efluente ingresa a un segundo tanque con sectores anóxico y netamente aeróbico. Se instalarán sopladores y difusores para la distribución de oxígeno, y circuladores para manteniendo la recirculación interna necesaria. El tratamiento biológico aerobio permite que se alcanzan los niveles del orden de 160 mg/litro de DQO y concentraciones de SS inferiores a los 300 mg/l.

Por último, se realiza un tratamiento fisicoquímico en el que el efluente se dirige a tanques de sedimentación donde se clarifica el agua al permitir la decantación de los sólidos suspendidos. La baja velocidad de flujo en el sedimentador secundario y la aplicación previa de coagulantes y floculante (cloruro férrico) facilita la sedimentación de los flocs formados.

En una unidad de tratamiento complementario se adicionan productos químicos al agua clarificada para el ajuste final de la calidad de líquido, ya sea de pH o para desinfección final (adicción de hipoclorito de sodio).

Previo a su bombeo y descarga, en la Cámara de toma de muestras y medición de caudales (CTMMA) se llevará un control del caudal vertido y parámetros como temperatura, conductividad, PH, DBO, DQO, N.NH4 y P. El monitoreo se ajustará a la normativa vigente y a lo dispuesto por la Autoridad del Agua.
 
Se prevé que tanto en el digestor anaeróbico como en el sistema aeróbico se produzcan biosólidos,  los cuales serán acondicionados, pudiendo ser reutilizados como mejorador de suelos o cobertura de rellenos sanitarios.

Se prevé la generación de efluentes cloacales generados en las áreas de oficinas, vestuarios e instalaciones no productivas. Se verterán a la red existente según lo habilitado por el municipio. El aporte no excederá los 3,5 m3 /día.

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