
Estados Unidos da un paso histórico hacia la regulación de las criptomonedas. La Cámara de Representantes aprobó este jueves la Ley GENIUS, convirtiéndose en el primer proyecto legislativo integral que establece normas específicas para las stablecoins, un tipo de criptoactivo cuyo valor se encuentra vinculado a activos del mundo real, usualmente el dólar.
Con el respaldo del Partido Republicano, la ley introduce una serie de requisitos para los emisores de stablecoins, entre los que se destaca la obligación de mantener reservas líquidas en paridad 1:1 con el dólar estadounidense. Además, las plataformas emisoras deberán someterse a auditorías periódicas que garanticen el cumplimiento de estas disposiciones.
El presidente Donald Trump ya expresó públicamente su apoyo al proyecto, por lo que su firma —último paso formal— se da prácticamente por descontada. "Esta ley modernizará el sistema de pagos, protegerá a los consumidores y consolidará el dominio del dólar en las finanzas digitales globales", aseguró el senador republicano Bill Hagerty, principal impulsor de la normativa.
Si bien el gobierno celebra la aprobación, el camino hacia la implementación efectiva presenta desafíos regulatorios y técnicos. Actualmente, el mercado de stablecoins tiene una capitalización que ronda los 260 mil millones de dólares, siendo liderado por Tether (USDT) y USD Coin (USDC), que concentran el 60% y el 25% del mercado, respectivamente.
En este contexto, Tether anunció recientemente que evalúa lanzar una stablecoin dirigida exclusivamente al mercado estadounidense, con normas y mecanismos de cumplimiento ajustados a la nueva legislación. Según su CEO, Paolo Ardoino, la versión actual de USDT no contempla las exigencias específicas del ecosistema regulatorio norteamericano.
Con la Ley GENIUS prácticamente sellada, el Congreso estadounidense deberá avanzar en la aprobación de dos proyectos clave que complementan el nuevo enfoque regulatorio: la Ley CLARITY y la Ley Anti-CBDC.
El proyecto CLARITY busca establecer cuándo un token debe considerarse un valor (security) o una mercancía (commodity). También introduce la posibilidad de que las plataformas descentralizadas se certifiquen como “blockchains maduras”, reduciendo su nivel de supervisión. Además, crea nuevas categorías regulatorias para exchanges y brokers de activos digitales.
En paralelo, la Ley Anti-CBDC propone prohibir cualquier intento de la Reserva Federal de emitir una moneda digital estatal, también conocida como CBDC (Central Bank Digital Currency). De aprobarse, bloquearía la implementación de una moneda digital respaldada por el banco central.
Una vez que Trump firme la Ley GENIUS, comenzará una nueva etapa: la reglamentación técnica. El Departamento del Tesoro, junto a otras agencias federales, deberá definir los criterios de licencias, mecanismos de supervisión, y estándares de transparencia aplicables a los emisores de stablecoins.
El ecosistema cripto estadounidense se prepara así para entrar en una nueva fase, marcada por reglas claras, responsabilidades definidas y un mayor control estatal. La pregunta ahora es cómo responderá el mercado global ante esta transformación en la arquitectura regulatoria de las finanzas digitales.