Con una popularidad en pleno desplome, el dólar y los mercados metiendo presión y cercado por escándalos de corrupción (PAMI, ANDIS, LIBRA, etc), el presidente Javier Milei cerrará esta tarde la campaña de las elecciones legislativas bonaerenses en Moreno, locación donde su imagen es pésima y en un predio que no cumple las condiciones de seguridad mínimas. En las últimas horas el presidente dijo en una entrevista a un canal de TV europeo que el kirchnerismo podría intentar matarlo. Referentes de Milei como Donald Trump y Jair Bolsonaro supieron enfrentar atentados que elevaron su popularidad cuando estaban en dificultades. Crecen las sospechas de que podría haber un autoatentado.
El cierre de campaña de La Libertad Avanza se realizará este miércoles en una cancha de fútbol en el corazón del partido de Moreno, en el tercer cordón del conurbano. En los últimos días, el gobierno de la provincia de Buenos Aires, a través de una nota del ministro de seguridad bonaerense, Javier Alonso, informó a la Casa Militar encargada de la seguridad del presidente que el lugar no es apto para el acto, por lo que por estas horas Milei y sus ministros están revisando su decisión.
Los dos datos combinados encendieron las alertas por un lado y las suspicacias por otro: con antecedentes de incidentes recientes en actos de campaña libertarianos, donde incluso se vio al presidente Milei gritando y provocando a la gente por la calle, las posibilidades de que se produzcan desmanes se ajustan a un eventual relato de victimización que puede buscar el mandatario para salir de las dificultades que enfrenta en casi todos los ámbitos.
Es que la polpularidad de Milei en el tercer cordón del conurbano es muy baja y casi un 60% de la gente directamente considera la gestión como muy mala en esa parte de la provincia. El propio gobernador Axel Kicillof viene advirtiendo del riesgo al que se expone el presidente, cuyo acto en sí mismo puede ser visto como una provocación por una población circundante que fue muy afectada por las políticas del gobierno libertariano.
Esta mañana el presidente convocó en Casa Rosada a sus ministros para evaluar la situación: como los casos de corrupción están en todos los medios de comunicación, nuevos incidentes en actos de campaña se presentarían como un antídoto similar al que levantaron en su momento las campañas de Donald Trump en USA y de Jair Bolsonaro en Brasil.
Literalmente La Libertad Avanza busca cerrar su campaña en un lugar donde haya el mayor riesgo posible de resultar en desmanes: el gobierno provincial advirtió que no existen salidas de emergencia para el lugar, que todo alrededor del predio hay pilas de escombros; y que las calles están anegadas por las lluvias, provocando que haya una sola vía de acceso. Además, hay mala iluminación y el acceso al predio del público es el mismo que el del mandatario y su comitiva.
Más allá de la advertencia, el gobierno provincial asistirá con presencia policial al acto, cuya seguridad está a cargo de la Casa Militar, que depende del gobierno nacional. Los aportes de provincia incluyen 8 unidades antidisturbios de Infantería, 3 grupos ROP (Reestablecimiento de Orden Público), 8 motos GPM (equipo de respuesta rápida), y al menos una veintena de efectivos más 4 motos y móviles para desvíos de tránsito.
El acto está previsto para las 17 horas de este miércoles 3-09 en la cancha del club Villa Ángela. Los libertarios movilizaría unos 100 micros procedentes de toda la provincia para el cierre de campaña, por lo que las advertencias del Ministerio de Seguridad bonaerense llegan para "abrir el paraguas" frente a eventuales episodios que resultarían harto convenientes a la narrativa de Milei y su esquema de provocación permanente.
El gobierno libertario tiene a la victimización como uno de los elementos centrales de su narrativa. En declaraciones al programa de TV Belga En Tout Liberté el presidente Milei exageró irresponsablemente y en su relato hater señaló de nuevo al kirchnerismo, llegando a acusarlo de querer matarlo.
"Están aplicando lo que se llama "la estrategia de Cortés", que es la de quemar las naves... es a todo o nada, digamos. Y eso implica desde tratar de destruir el programa económico desde el Congreso de la Nación a hacer manifestaciones violentas en las calles o intentar matarme o, si fuera el caso, inventarme cualquier tipo de aberración", soltó el mandatario.
La semana pasada se viralizó un video en el que el propio presidente iba en una caravana en Lomas de Zamora provocando a la gente arriba de una camioneta junto a su hermana, Karina Milei, el candidato José Luis Espert y el armador Sebastián Pareja. Todos fueron grabados desde la calle y se los vio gritando y amenazando a la gente que miraba desde la vereda, lo que terminó en incidentes cuando los presentes les tiraron con verduras y botellas de plástico, provocando su huída del lugar.
En Corrientes, Karina Milei y Martín Menem tuvieron que retirarse de un acto de campaña increpados por la gente. Poco después La Libertad Avanza perdió por paliza en la provincia mesopotámica. Lo que evalúa ahora el gobierno en Casa Rosada es si nuevos incidentes en un acto resultarán benéficos o no para su campaña: después de todo, hasta ahora nada está consiguiendo tapar la indignación popular con los casos de corrupción que se detectaron mientras el gobierno aplicaba recortes en nombre de la honestidad...
Mientras tanto, el intento del gobierno es alimentar la hipótesis de que está bajo ataque, tratando de hacer verosímil la idea de que al presidente podrían querer matarlo. Esta semana la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich enunció las acusaciones llegando incluso a denunciar un complot internacional y a solicitar a la Justicia que haga allanamientos a periodistas para tratar de acallar las denuncias de corrupción sobre los Milei.
Con antecedentes de ataques previos, una retórica de violencia y agresiones permanentes y, sobre todo, muy complicado por las denuncias de corrupción y con una popularidad en caída, la hipótesis del autoatentado tiene una plataforma sobre la que se establece de manera verosímil: nada mejor como un evento de alto impacto para mover la atención del electorado, sobre todo cuando esa atención comienza a ser desfavorable. A Bolsonaro y Trump les funcionó.