
Con importante concurrencia de estudiantes, docentes, graduados y personal alineados en diferentes sindicatos y agrupaciones, la marcha contra el veto del financiamiento universitario tuvo un capítulo local con concentración y marcha por las calles del centro de la ciudad.
Finalmente la Cámara de Diputados rechazó el veto de la ley para los fondos universitarios y de los fondos para el Hospital Garrahan, estableciendo finalmente un control del Poder Legislativo al Poder Ejecutivo en dos temas (salud y educación) sobre los que el gobierno de Javier Milei no mostró ninguna clase de respeto.
En Necochea la convocatoria atrajo a distintos partidos políticos, desde la UCR a la izquierda, pasando por el abanico de agrupaciones peronistas; sindicatos como UDOCBa, CeTERA y ATE; centros de estudiantes de los diferentes institutos terciarios de la ciudad; graduados y jubilados, además de algunos concejales e incluso funcionarios municipales.
Una característica de la marcha fue la reaparición de las banderas partidarias, que en otras protestas anteriores en la era Milei habían permanecido guardadas por el clima de antipolítica instalado desde los insultos del presidente y sus partidarios. La convocatoria mostró distintos componentes que traducen una homogeneidad de la oposición cuando se trata de defender la educación pública y las universidades en particular como herramientas de movilidad social ascendente.
Cuando la convocatoria estaba en su pico, docentes agremiados leyeron el documento que fue presentado en todas las plazas del país donde se replicó la protesta.
Posteriormente, marcharon por el centro de la ciudad para visibilizar su protesta. Poco después de las 18 horas la marcha habia terminado y la Cámara de Diputados rechazó el veto presidencial, provocando una derrota más para los libertarianos.